Un estudio realizado en Zaragoza determina la evolución de CO2 en el interior de viviendas

El Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Zaragoza han podido determinar cómo evoluciona la concentración de CO2 y la calidad del aire en el interior de diferentes viviendas, en función del tipo de ventilación, del número de personas presentes y otras variables.

Zaragoza, 22 dic (EFE).- Un estudio científico realizado en Zaragoza en época pre-COVID (septiembre 2019-febrero 2020) del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Zaragoza han pod...
Gente con mascarilla en una calle de Zaragoza
Gente con mascarilla en una calle de Zaragoza
Oliver Duch

Un estudio científico realizado en Zaragoza en época pre-covid (septiembre 2019-febrero 2020) del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Zaragoza han podido determinar cómo evoluciona la concentración de CO2 y la calidad del aire en el interior de diferentes viviendas, en función del tipo de ventilación, del número de personas presentes y otras variables.

El trabajo, validado por el comité científico del congreso internacional CONTART, analiza cómo evolucionan diferentes parámetros que miden la calidad del aire y del ambiente interior de dos viviendas y con hipótesis de diferente ocupación. Una de ellas es construida en el año 2008 y otra certificada bajo el estándar Passivhaus y construida en 2019.

Los datos del estudio, aportan información muy significativa de como evoluciona la concentración de CO2 en el interior de una estancia con la presencia prolongada de personas.

Ya está aceptado por la comunidad científica y así se refleja en diversos informes del Ministerio de Sanidad y el Ministerio de Ciencia, que la transmisión predominante del SARS-CoV-2 se produce por el aire en forma de aerosoles.

Por ello, “es muy importante la calidad del aire interior dentro de los espacios cerrados y el modo en que estos aerosoles son capaces de ser disipados”, indican desde el COAATZ.

En el análisis de la ventilación en los edificios, es conocido desde hace muchos años que los aerosoles pueden permanecer en el aire suspendidos bastante tiempo y que solamente son capaces de ser dispersados y rebajados en su concentración hasta no ser nocivos, con una adecuada renovación de aire y, además, con unos flujos de aire que estén controlados en función del peso del contaminante principal a evacuar.

“A una menor concentración de CO2 mejor calidad del aire interior”, indican desde el colegio profesional. A este respecto, la calidad del aire en el exterior en una zona sin mucha contaminación en cuanto a concentración de CO2 se sitúa en torno a las 400 ppm (partes por millón).

Desde el COAATZ apuntan que “cuando aumenta la concentración de CO2, disminuye la de oxígeno y por lo tanto el aire que respiramos es de mucha peor calidad, lo que no sólo influye para aumentar la posibilidad de transmisión de la covid-19 vía aerosoles, si no que también influye en otros factores tan importantes para la vida cotidiana, como la calidad del sueño, el rendimiento escolar o laboral, etc”.

El estudio arroja como resultados que, en una habitación de un niño con un buen sistema de ventilación, la concentración de CO2 durante las horas nocturnas y con las ventanas cerradas tiene un valor medio de 821 ppm (partes por millón), y en una habitación con dos adultos y en las mismas condiciones de 1.007 ppm.

Sin embargo, el análisis de los mismos parámetros y con las mismas personas, en la vivienda construida en 2008 que no dispone ventilación mecánica, situación que se da en más del 95 % de las viviendas en Aragón, se obtienen unos datos de 2.266 ppm de CO2 en la habitación del niño y 3.379 ppm en la habitación de los adultos, lo que indica que la calidad de aire en el momento del sueño en esta segunda vivienda es muy mejorable.

Este estudio ha servido de base para análisis posteriores que simulan la relación de la concentración de CO2 en diversas estancias, con la dispersión de aerosoles y la ventilación necesaria en función de las personas y el tiempo de permanencia.

Desde el COAATZ recomienda una concentración de CO2 máxima para las reuniones de personas de 800 ppm, ya que en este caso sólo el 1 % del aire inhalado por una persona ya ha sido exhalado por otra persona; por ello esta es la tasa de CO2 que se recomienda para estancias interiores con presencia de personas no convivientes, hasta que se haya erradicado la pandemia de la covid-19.

Como ejemplo cabe citar que si en una estancia de 30 m² totalmente ventilada inicialmente, con una ocupación de 10 personas, en 14 minutos se alcanzaría la concentración de 800 ppm y, por lo tanto, sería necesario volver a ventilar de nuevo.

Los consejos para mejorar la seguridad de los encuentros navideños en cuanto al no contagio por aerosoles son: Tener una concentración de CO2 máxima en el interior de las estancias de 800ppm y para ello, ventilar frecuentemente en función de la superficie de la sala y el número de personas.

A menor número de personas, mejor calidad del aire, por ello, en la medida de lo posible limitar lo máximo posible el número de personas asistentes.

Estar sin mascarilla el tiempo mínimo imprescindible para la ingesta de alimentos.

A la hora de hablar, mejor con mascarilla, para disminuir la propagación de aerosoles.

Se recomienda hacer una distribución de dos mesas dentro del comedor separadas una distancia de al menos dos metros, al objeto de retardar la llegada de aerosoles de una zona a la otra.

En el caso de personas que ya hayan sufrido la enfermedad, disponerlas en el centro para que hagan de separación entre las personas con mayor susceptibilidad al contagio.

Para cantar o gritar, hacerlo al aire libre y siempre con la mascarilla. Ya que, en este caso, la concentración de aerosoles que emitimos es mucho mayor que al hablar. 

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