Emprender en tiempos de pandemia

Mar Caribe: un oasis de energía positiva en la margen izquierda

La zaragozana Susana Ruiz decidió abrir las puertas de este local especializado en comida caribeña el pasado 24 de noviembre.

Susana Ruiz, propietaria de Mar Caribe
Susana Ruiz, propietaria de Mar Caribe
Camino Ivars

A punto de cumplir su primer mes de actividad desde la apertura, Mar Caribe (Salvador Allende, 55) abría sus puertas el pasado 24 de noviembre con el objetivo de convertirse en un oasis de energía positiva en la margen izquierda de Zaragoza. Algo que se consigue tan pronto como accedes al establecimiento, “pequeño pero matón”, como lo describe Susana Ruiz, su propietaria.

Con un aforo de tan solo 30 personas - “Bueno, ahora con las restricciones vigentes son nueve”, señala- y sin terraza, esta zaragozana de 48 años asegura que empezó su negocio “con lo que la gente está tratando de sobrevivir”: tan solo envío a domicilio y para llevar. “Hemos nacido en la peor parte de la crisis, ahora toca resistir hasta el final”, advierte.

Y es que, para Ruiz, no hay metas imposibles. “Yo soy del tipo de personas que se arrepiente de lo que no ha hecho, prefería no quedarme con las dudas”, admite. Sin embargo, aunque este era un sueño más planteado para dar forma dentro de unos años… la zaragozana explica que otro de los alicientes de abrir este negocio en tiempos de pandemia ha sido la necesidad. Con una familia monoparental y dos hijos a su cargo, Yoan (13) y Jara (7); tras casi dos décadas dedicada al mundo de la hostelería y los eventos, la crisis sanitaria ha provocado que se quedase sin trabajo. “Sobre todo trabajo en banquetes y bodas, pero este año no ha habido nada, por lo que me he visto sin recursos”, admite.

Mar Caribe: un oasis de energía positiva en la margen izquierda
Mar Caribe: un oasis de energía positiva en la margen izquierda
Camino Ivars

A eso se unía el hecho de la pasión que siente por Cuba -país en el que residió durante tres años- y por el trato con el público. “Yo he nacido para estar detrás de una barra, es lo que más me gusta”, asegura. Por eso, tras varios meses pensando en cómo podría sacar adelante a su familia, decidió lanzarse a la piscina: “Me di cuenta de que no había una gran oferta de comida caribeña en la ciudad y menos en la zona donde vivo, Zalfonada”.

Dicho y hecho, en septiembre comenzó la búsqueda del local y se puso manos a la obra para crear un espacio en el que el buen rollo y la energía positiva son fundamentales para completar la experiencia gastronómica del establecimiento. Con las paredes pintadas en azul turquesa y marrón claro -como las playas vírgenes caribeñas-, sobre cada mesa hay un plato con arena blanca, conchas y estrellas de mar de colores. “Cuando llegué a Cuba lo primero que sentí es que estaba como en casa, y es eso lo que quiero que sientan mis clientes. La filosofía cubana está basada en la alegría y aprovechar el momento”, destaca.

Por eso, Ruíz asegura que otro de sus objetivos es que cada uno de sus clientes abandone el establecimiento con una sonrisa. “No sé si va a salir bien o no, pero tampoco tenía muchas más alternativas. He invertido mis ahorros en este sueño y reconozco que ha sido la vez que más miedo he sentido en mi vida, pero hay que luchar por salir adelante, sea como sea”, afirma. Y es que, como explica, si hay algo que nos ha enseñado esta pandemia “es que no se pueden hacer tantos planes en esta vida”.

Por supuesto, asegura que, sin el apoyo de su familia, su actual pareja -Leandro, también chef- o los dueños del local, nada de esto sería posible: “Empezar está siendo difícil, pero lo vamos sacando. El letrero de la entrada, por ejemplo, lo ha pintado mi sobrina Nekane”. Y es que, como explica, el de Mar Caribe es un proyecto vivo que, cada día que pasa, va cambiando y evolucionando.

Un proyecto vivo, a pesar de la pandemia

“Empezamos con una propuesta de comida más genérica, con una parte más mediterránea y un plato caribeño a la semana. El éxito fue tal que pronto reformulamos y nos centramos en esto”, admite la hostelera. Y aunque actualmente cuentan en su carta con platos mexicanos, venezolanos y colombianos, su plato estrella es el cubano, hecho a la manera tradicional: “Preparo el arroz como aprendí allí, con el caldo del frijol -allí lo llaman congrí o ‘moros y cristianos’- acompañados por una carne -a elegir entre ternera, pollo o cerdo-, y una ración de yuca o plátano macho”.

Mar Caribe: un oasis de energía positiva en la margen izquierda
Mar Caribe: un oasis de energía positiva en la margen izquierda
Camino Ivars

Otro de sus platos más exitosos es el Especial Mar Caribe, un lomo asado que se prepara como lo hacen en el país cubano. “Además, cada plato se puede pedir en formato bocadillo o burrito, también para llevar”, añade Ruíz. Aunque durante los primeros días era ella misma quien realizaba cada envío a domicilio con su coche, hoy ha contratado a una plataforma ‘delivery’ que se suma al servicio ‘Take away’. “Casi no te queda nada de beneficio para el negocio, pero es mejor que no trabajar”, lamenta.

¿La clave del éxito de la propuesta de Mar Caribe? En opinión de la zaragozana radica en la originalidad de sus platos: “La gente se sorprende mucho porque no es el menú al que estamos acostumbrados y sobre todo agradece mucho que se prepare de la manera tradicional”.

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