sucesos

La desaparición de botellas, ropa y perfumes de dos alijos acabará con cuatro policías ante un jurado

La jueza aprecia presunta malversación en la conducta de dos mandos y dos agentes, cuyas defensas pedirán el archivo.

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Los licores, cosméticos y demás efectos desaparecidos procedían de dos intervenciones policiales efectuadas en 2017 y se guardaban en un calabozo sin uso de la Jefatura Superior de Policía.
Heraldo.es

Un anónimo recibido el 9 de septiembre de 2019 en la Jefatura Superior de Policía de Aragón advirtiendo de la supuesta desaparición de cientos de botellas de primeras marcas, ropa, complementos y cosméticos procedentes de dos intervenciones judiciales está a punto de sentar a cuatro funcionarios del Cuerpo Nacional ante un jurado popular. Tras más de un año de pesquisas, la jueza que instruye la causa considera que existen indicios suficientes para imputar a los investigados –entre ellos, el inspector jefe de la Brigada Móvil y Seguridad Ciudadana, E. G. B., y el responsable del Grupo de Hurtos, subinspector J. R. A. P.– un delito de malversación. Y como estos son competencia del tribunal popular, la magistrada ha señalado una vista el próximo lunes para formalizar el trámite y pedir a la Fiscalía y la defensas que se pronuncien. En dicha comparecencia estará presente también el abogado que representa al sindicato Jupol, Marco Antonio Navarro, que ejerce la acusación particular.

El último auto de la titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza incluye un pormenorizado resumen de esta rocambolesca historia para concluir que, aunque no se ha podido acreditar de forma fehaciente cuál fue el destino que se dio al material sustraido, hay un hecho irrefutable: faltan 361 botellas y 319 prendas de ropa, complementos y cosméticos. El sistema de videovigilancia grabó a los dos mandos antes mencionados retirando estos objetos del calabozo de en el que estaban almacenados, bajo precinto y a disposición judicial. Pero al no existir cámaras en el pasillo, no se pudo ver qué hicieron estos policías y los otros dos investigados –J. M. H. M. y M.D. C.– con los objetos.

«Pero es innegable que esas circunstancias concretas, ellos eran los únicos responsables de su custodia, así como de la conducta de las personas que les ayudaron en el traslado y, en consecuencia, presuntamente también, de la desaparición de los 680 objetos», señala la instructora.

Solo tomaba «muestras»

Los encausados dieron distintas explicaciones sobre lo sucedido, pero la jueza no las encuentra muy creíbles. Por ejemplo, a la hora de justificar por qué aparecía en las imágenes desprecintando cajas, probando perfumes y llevándose botellas, el responsable del Grupo de Hurtos alegó que estaba tomando «muestras», porque así se lo había pedido una funcionaria del Juzgado de lo Penal 7. Sin embargo, dicha empleada lo negó después de forma tajante.

En cuanto al inspector jefe E. G. B., asegura que se limitó a cumplir órdenes, ya que, supuestamente, el jefe superior de Aragón, Juan Carlos Hernández, pidió en una reunión que se despejase el calabozo donde estaba el material. Según el encausado, el domingo 8 de septiembre fue allí con un agente y un conocido de su pueblo y trasladó las cajas desde la Jefatura Superior al cuartel de Mayandía.

La abogada Pilar Sangorrín, que defiende a dos de los policías ha recurrido el auto. La otra defensa, a cargo de Enrique Esteban, espera a la vista del lunes para formular sus alegaciones y pedir el archivo del caso.

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