sucesos en zaragoza

El maquinista arrastró 15 metros un tope de hormigón de varias toneladas: “Yo estoy bien, pero mi compañero...”

El conductor del tren de mercancías que este sábado ha descarrilado en el acceso a Zaragoza por la Cartuja Baja ha podido regresar al lugar del siniestro para explicar a los técnicos lo ocurrido.

Tren de mercancías descarrilado en la Cartuja Baja
El maquinista, el más próximo al tren siniestrado, explicaba lo sucedido a los técnicos de Continental Raíl. 
José Miguel Marco

Basta comprobar el estado en el que ha quedado la máquina de tren que este sábado ha descarrilado en el acceso a Zaragoza por la Cartuja Baja con un convoy de más de 30 vagones de mercancías para hacerse una idea del tremendo impacto que ha tenido que soportar la topera que había al final de la vía. El tren ha arrancado esta gran pieza de hormigón -de varias toneladas y anclada al suelo con una fuerte cimentación- y la ha arrastrado unos 15 metros. Finalmente, la cabeza de la expedición y el primer 'container' han volcado sobre el lateral izquierdo, resultando lesionado uno de los dos maquinistas en prácticas que viajaban junto al titular.

“Yo estoy bien, pero mi compañero… está en el hospital con un brazo bastante fastidiado”, explicaba el hombre que conducía el mercancías cuando el fallo de un cambio de agujas ha provocado el aparatoso accidente. Los Bomberos de Zaragoza han trasladado al maquinista y a sus auxiliares al hospital, pero el que llevaba la expedición no presentaba lesiones importantes y ha vuelto al lugar de los hechos para explicar a los técnicos lo sucedido. Porque, aunque afortunadamente las consecuencias del siniestro no han sido graves, parece que este no es el primer percance de consideración que sufre esta máquina de la compañía Continental Raíl. De hecho, todo apunta a que sería la misma que descarriló hace poco más de un año entre Puigverd de Lérida y Juneda.

En el accidente ocurrido en Cataluña, el tren siniestrado terminó saqueado por decenas de personas que aprovechando que la mercancía estaba desparramada junto a las vías acudieron raudas para llevarse todo lo que pudieron: cajas de vino, perfumes, bebidas isotónicas e incluso pienso para animales. En esta ocasión, la compañía actuó con diligencia para evitar el pillaje. Y si el accidente se produjo a las 3.45, solo unas horas después, otra máquina acudía desde la estación de Corbera Alta para enganchar el convoy por la parte trasera y remolcarlo. De hecho, solo quedó allí un 'container' volcado, pero está completamente cerrado y no ha perdido material.

Las labores de retirada de la máquina siniestrada -que ha quedado dividida en dos partes- no van a resultar sencillas. Los técnicos van a tener que utilizar una retroexcavadora para abrir un camino por un terreno próximo a las vías y permitir el paso de dos enormes grúas de 300 toneladas que se encargarán de levantar la máquina y el vagón. Los trabajos podrían prolongarse hasta este domingo, pero no afectarán a la circulación ferroviaria, ya que la catenaria no se ha visto afectada. Además, en el punto donde se ha producido el accidente hay hasta cuatro vías, dos por sentido.

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