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Heredad Ansón, una bodega con nombre de mujer en Muel

Con su padre, Cristóbal, a punto de jubilarse, María e Isabel Ansón son las herederas del negocio familiar en el que también trabaja su madre, Begoña.

María Ansón lleva, junto a su hermana y sus padres, la bodega familiar Heredad Ansón, en Muel.
María Ansón lleva, junto a su hermana y sus padres, la bodega familiar Heredad Ansón, en Muel.
Heraldo

Hace 17 años que María Ansón se dedica plenamente a la enología en la bodega de su familia. Heredad Ansón está en la localidad de Muel, donde los Ansón-Bello tienen sus raíces. La tradición vinícola de los Ansón viene de siglos atrás y, aunque ha habido generaciones que no se han dedicado a ello, la actual bodega, perteneciente a la Denominación de Origen Campo de Cariñena, se lanzó en el año 2003.

Enóloga de profesión y apasionada del campo y del vino, María es una integrante fundamental del equipo de la bodega. O mejor dicho de la familia, ya que a María la acompañan su hermana Isabel, más dedicada a la contabilidad, y sus padres, Cristóbal, a punto de jubilarse, y Begoña. Ellos cuatro son quienes sacan todo el trabajo adelante, a excepción de la vendimia, que se externaliza.

Comparada con otras, la bodega de la familia Ansón es modesta. De sus 50 hectáreas de viñedo se sacan unos 300.000 litros de vino, frente a los millones de otras. Por eso, en Heredad Ansón apuestan por la calidad de sus viñedos y distribuyen sus botellas en tiendas gourmet así como en hostelería. También tienen venta directa en la bodega y servicio de entrega a domicilio, preparan cestas para Navidad y ofrecen visitas a sus instalaciones con cata.

Aunque su actividad económica no se ha visto gravemente afectada por la pandemia, de una forma u otra en la bodega se están notando las consecuencias de una crisis que afecta a todos los niveles.

Al estar el vino dentro del sector de la alimentación, la bodega apenas tuvo que estar cerrada las primeras semanas, un tiempo que la familia aprovechó para realizar labores menores en el viñedo. Aun así, la situación les está perjudicando en algunas de sus líneas de negocio, especialmente en las ventas a bares y restaurantes. “El tema de la hostelería nos limita mucho. Tenemos menos pedidos y también tenemos menos ventas en la bodega porque hay menos turismo y la gente no se mueve tanto”, explica María.

La bodega tiene 50 hectáreas de viñedo en Muel.
La bodega tiene 50 hectáreas de viñedo en Muel.
Bodega Heredad Ansón

En cambio, en otros servicios, como el de la entrega a domicilio, han notado un incremento de las ventas. “Al no poderse desplazar el cliente a la bodega por las restricciones de movilidad, ahora hacemos muchos más repartos que antes”, explica María. Ella o su hermana cogen la furgoneta y se desplazan todas las semanas a Zaragoza y a los pueblos de alrededor de Muel para prestar este servicio.

La covid también les ha hecho ponerse las pilas con la venta online y ya se está adaptando la página web para poder ofrecer un servicio imprescindible en los tiempos que corren.

Un mundo difícil para una bodega pequeña

Aunque profesionalmente esté inmersa en este mundo desde los 18 años, María lleva la tradición vinícola en la sangre desde que nació. Sus bisabuelos tuvieron bodegas y siempre se dedicaron a ello. Pero como toda pasión, la de María por su negocio también le causa algún que otro quebradero de cabeza. “Me apasiona este mundo pero es muy difícil sobrevivir en él, sobre todo para una bodega pequeña como la nuestra, porque hay mucha competencia”, asegura. Por este motivo, en Heredad Ansón luchan por el producto de cercanía, el que se produce de sus viñedos.

La garnacha es su principal baza, una variedad de uva autóctona de Aragón que con el clima cálido y algo seco de Muel es la que mejor se cultiva. Con ella se elaboran tintos y rosados como Liason, Legum y Heredad Ansón. También se emplean, aunque en menor medida, merlot y syrah, y para el blanco, macabeo.

Para acercar esta riqueza aragonesa al cliente, desde hace unas semanas, los vinos de Heredad Ansón están a la venta en el mercado de productos agroalimentarios de Aragón que se instala cada sábado en el barrio zaragozano de Parque Venecia.

Sus vinos también se pueden catar en la bodega, donde se organizan visitas los fines de semana. Hay que reservar cita previamente por teléfono y se da la opción de realizar la actividad con niños. Estos no probarán los vinos pero sí podrán empezar a poner a prueba el paladar con la cata de zumos de diferentes frutas. “Es una forma de no limitar el acceso a mayores de edad, como sucede en otras bodegas”, comenta María.

La flexibilización de las restricciones de movilidad por la comunidad de Aragón ya se ha dejado notar en este sentido, y los grupos de amigos o las familias ya van dejándose caer por la bodega. “Que ya se pueda salir de Zaragoza también hace que haya más turistas en la zona y pasen por aquí”, añade María.

Gracias a ello, las perspectivas de cara a estas navidades son optimistas, también debido a las cestas que se preparan por estas fechas. Aunque según reconoce María muchos esperan hasta el último momento, ya están notando un aumento en los encargos.

En los lotes no solo van sus vinos, sino también otros productos aragoneses, como jamón de Teruel, melocotón de Calanda o aceite de la propia viña. ¿Quién necesita ideas para regalar esta Navidad?

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