La nueva plaza Salamero será peatonal, potenciará la iglesia de Santiago y se integrará en el sector Pignatelli

Pese a llegar de forma sobrevenida, el gobierno PP-Cs quiere convertir la futura reforma de la plaza de Salamero en uno de sus proyectos estrella. Aunque todavía habrá que esperar, al menos, hasta 2022 para verla terminada, el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, ya tiene ideas concretas sobre su resultado final, que además, según dijo este jueves, van en concordancia con las peticiones de los vecinos y empresarios de la zona. Será "lo más peatonal y verde posible" y dará continuidad al sector Pignatelli, inmerso también en su propio plan de recuperación.

El Ayuntamiento ha mantenido ya varias reuniones con la junta de distrito y con residentes, comerciantes y asociaciones de madres y padres de los colegios cercanos para recoger sus demandas. "Tenemos claro qué es lo que quieren los vecinos", aseguró Serrano, que se mostró proclive a "acoger todas esas necesidades porque no son incompatibles".

Por ejemplo, explicó que en principio la plaza podrá contar con una zona de juego infantil y otra con aparatos de gimnasia para personas mayores. Asimismo, una gran reivindicación es que se siga manteniendo el aparcamiento subterráneo. El edil aseguró que se hará, pero que tendrá que ser con "otra configuración" y accesos diferentes.

Con todo, la intención de Urbanismo es que Salamero se convierta en un "polo de atracción", que no sea únicamente un sitio de paso sino que "a los zaragozanos les apetezca ir". También se potenciará la iglesia de Santiago para que "recupere el papel que en su día tuvo" y se construirá una plaza integrada en el entorno de Zamoray-Pignatelli, que "no cree una frontera".