La futura avenida de Navarra se dibuja con carril bici central, aceras anchas y un paseo arbolado

La avenida de Navarra comienza a dar los primeros pasos hacia su transformación integral. Con la vista puesta en enero de 2022, cuando está previsto que empiece la primera fase de las obras, el Ayuntamiento de Zaragoza ha iniciado los trabajos previos a la elaboración del proyecto. Ayer, la concejal de Infraestructuras, Patricia Cavero, mantuvo una reunión con representantes de la asociación de vecinos para poner sobre la mesa las ideas de ambas partes. En principio, parece que «hay buena sintonía» por lo que, aunque todavía es una fase muy inicial, ya se puede decir que los peatones ganarán espacio en detrimento de los vehículos y que se creará un nuevo carril bici.

El plan inicial, que se irá desarrollando durante el próximo año, perfila una avenida con dos carriles de circulación, espacio de aparcamiento en ambos lados y, en el centro, una vía ciclista de dos direcciones segregada del tráfico, un formato similar al que hay en zonas como Gómez Laguna. Las aceras, ahora formadas en su mayoría por parches de cemento, se renovarán para que sean totalmente accesibles. Además, se estudiará la creación de andadores ajardinados «que inviten a pasear» y que se dotarían de sistemas de drenaje sostenible para regular el agua de la lluvia, evitar los charcos y mejorar el sistema de riego.

Igual que las otras seis vías de la llamada ‘operación calles’, la avenida de Navarra se someterá a una reforma integral a través de un convenio con Ecociudad, que intervendrá en la red de saneamiento y abastecimiento. Todas las obras, que tienen un coste de 11,4 millones de euros, girarán en torno a un urbanismo más sostenible y amable. En general, es hacia donde se dirigen las ciudades, más si cabe desde el estallido de la covid, que puso de manifiesto numerosas deficiencias.

La rehabilitación de la avenida de Navarra, una fuerte reivindicación vecinal desde hace años, es la de mayor envergadura. Será larga, se acometerá en tres fases y requerirá de más de una legislatura para verse terminada. Según dijo Cavero, se está trabajando ya en el anteproyecto completo, para que cuando llegue el momento de acometer las obras «todo vaya encarrilado». La primera parte comenzará en 2022, durará un año y supondrá una inversión de 5,3 millones. Entonces se reformará el tramo entre la avenida de Madrid y el paseo de Calanda, de unos 360 metros de largo y 40 de ancho. En la segunda fase se llegará hasta la calle de Rioja y, en la tercera, hasta el centro comercial Augusta.

La edil no quiso anticipar ayer cuál será el coste global de estos trabajos, aunque podría rondar los 18 millones de euros, como ya apuntó en otras ocasiones. No obstante, sí que calculó que hasta Rioja serán unos 10 o 12 millones, por lo que quizá finalmente el desembolso podría ser algo menor.

En la reunión de ayer, el Ayuntamiento presentó un primer boceto –aunque advirtió que cambiará según los criterios técnicos– que fue bien recibido por los vecinos, y Cavero tendió la mano a seguir colaborando para crear una avenida que se ajuste lo máximo posible a sus demandas. El objetivo es compartido: que deje de ser «una carretera nacional de acceso a la ciudad» y se convierta en una vía integrada, con aceras «más anchas, paseables y accesibles». «Tener esa conjunción tanto políticos y técnicos como vecinos creo que es una garantía de un resultado bueno», enfatizó.