Los cien años de las fiestas de Gallur en un libro

Los autores Carmina Gascón y Antonio Miguel Sierra han dedicado tres años de trabajo y han seleccionado 580 documentos entre fotos e infografías.

La procesión de San Antonio de 1925, imagen que se ha utilizado para la portada.
La procesión de San Antonio de 1925, imagen que se ha utilizado para la portada.
Colección Casa Gordete

Recuerdos, fotos, personajes, anécdotas y el espíritu más lúdico de Gallur. Y lo que es más importante, cien años llenos de vida desfilando sobre un escenario que ha mantenido su esencia a lo largo del tiempo. ‘Gallur y sus fiestas en el último siglo’ recoge la celebración de los patronos, San Antonio y San Pedro, pero no olvida otras fiestas tan queridas como la Cátedra de San Pedro, las de los barrios y otras que se sucedían a lo largo del año como San Antón o Santa Águeda.

La publicación, con 360 páginas y editada por la IFC (Institución Fernando el Católico), ha supuesto casi tres años de intenso trabajo de campo para los autores. Carmina Gascón y Antonio Miguel Sierra han reunido más de 2.000 fotografías y entrevistado a cientos de personas en este tiempo en el que han contado con la implicación de todos los vecinos.

"Muchos aparecen en el libro con sus nombres o en las fotografías, pero todos los vecinos pueden reconocerse a través del sentimiento de celebración colectiva de las fiestas que son el mejor pegamento, lo mejor para resolver roces. De la misma forma que la gente se une para la celebración, se han unido con el libro", dice Carmina Gascón. La publicación es un homenaje a las fiestas y recoge el aspecto más divertido de la memoria colectiva durante el último siglo. "En esta mirada al pasado, hemos constatado que nuestras tradiciones se mantienen y que, seguramente, no van a cambiar. Hemos buscado el testimonio de los mayores, lo primero que se iba a perder y que ahora se conservará siempre", dice.

Casi 600 fotos e infografías

Para el libro se han seleccionado 580 documentos entre fotos e infografías. Ayudan a interpretar el contexto social de la época. "Elegimos algunas fotos como la de la plaza de Gallur que ocupa la portada porque ya ninguno de los edificios está en pie. El ayuntamiento, de 1925, todavía no estaba construido" dice Antonio Miguel Sierra. Llama la atención hacia los tendidos de sombra y sol o hacia la imagen de San Antonio todavía enmarcado en un arco floral. Pero también a otros que se pueden recordar, la censura que pasaban los programas, las actuaciones del pabellón de fiestas con artistas de primer nivel en la época como Los Pecos o Mecano, las peñas o las reinas de las fiestas. "No hemos completado todas las reinas pero si casi todas. Sin la participación de los vecinos, este trabajo no hubiera sido tan vistoso. Capítulo aparte han merecido algunos de los personajes vinculados a las fiestas que se han implicado mucho en determinados actos", subraya.

Imagen actual de la tradicional entrada de las vacas por el puente de hierro de la localidad. Es uno de los actos más esperados por los vecinos.
Imagen actual de la tradicional entrada de las vacas por el puente de hierro de la localidad. Es uno de los actos más esperados por los vecinos.
Colección Casa Gordete

Es un libro con el que los vecinos de Gallur se han sentido muy identificados. "A cada uno le evoca recuerdos diferentes, su familia, sus amigos, sus seres queridos. Nos presenta un Gallur que mira al pasado para superar el presente", apunta el concejal de Cultura, Carlos Gracia, impulsor de la iniciativa.

Los autores se detienen en los actos más característicos como el dance con su pasapeanas, el disparo de las salvas de las torderas, la entrada de vaquillas por el puente y los fuegos artificiales en el río, sin olvidar otros inamovibles como la hoguera con la banda o el toque de campanas.

La exposición

Ninguna de las señas de identidad de las fiestas de Gallur está ausente en la muestra que también ha podido visitarse en la sala de exposiciones de Gallur. Desde 1927, salvando algunos años políticamente convulso , se han mostrado todos los programas de las fiestas hasta la actualidad.

Un lugar privilegiado ocupaban dos joyas, una tordera de 1870 de Blas Zalaya y un requinto que se tocaba en la banda. Junto a ellos, las tres dulzainas de Sebastián Gistas y José Navarro y las camisas de fiestas. No faltaban las cintas de las carreras que se hacían a caballo o en bicicleta.

También se ha localizado una crónica periodística del año 1927 sobre la carrera de cintas o la foto de la primera reina de fiestas, Angelita Bagüés, en 1957. No falta la primera maja infantil en el 84, ni un traje de majorette o ni una proyección con las fotografías que no han encontrado espacio en el libro.

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