tribunales

La explosión de la gasolinera de Villanueva de Gállego acaba en juicio por homicidio imprudente

Un soldador salió propulsado 15 metros y cayó sobre una nave. Su jefe y el dueño de la estación tratan de evitar la prisión.

Una grúa de los bomberos permitió bajar el cuerpo del tejado.
Una grúa de los bomberos permitió bajar el cuerpo del tejado.
Efe/ J. C.

Los trabajos de sifonado o conexión de dos depósitos en una gasolinera de Villanueva de Gállego costaron la vida a Juan Francisco H. P., un operario de 55 años al que una potente explosión propulsó a más de 15 metros de altura e hizo caer sobre la cubierta de una nave contigua. La víctima terminaba de rematar una soldadura cuando se produjo la deflagración. Lo hacía dentro de una arqueta subterránea sin ventilación en la que los gases habían formado una peligrosa atmósfera explosiva. De ahí que la Fiscalía sentara ayer en el banquillo al responsable de la empresa para la que trabajaba, Alejandro G. H., así como al de la estación de servicio, David P. A., a los que acusa de un delito de homicidio por imprudencia grave en concurso con un delito contra el derecho de los trabajadores.

Según el ministerio público, ambos debían haber adoptado medidas a la hora de proyectar la obra para evitar un accidente como el que se produjo, razón por la que también les exige una indemnización de 70.000 euros.

Los hechos se remontan al 3 de febrero de 2017, cuando el soldador y su ayudante, que resultó ileso, se disponían a rematar el encargo en la gasolinera, ubicada en el polígono industrial San Miguel, frente al campus de la Universidad San Jorge. Pese al riesgo que entrañaban estas obras, la estación permaneció abierta todo el tiempo, hasta que a las 12.25 se produjo el fatal accidente. La nube de humo y el caos fueron tales, que en un primer momento ni siquiera sabían dónde estaba la víctima. Y no fue hasta pasado un buen rato cuando el gerente de la empresa Fontecabras comunicó el hallazgo del cadáver sobre el tejado de su nave.

Nunca debió soldar en el tanque

Durante el juicio, celebrado ante la titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Zaragoza, el gerente y administrador de la empresa MH3000, a la que se encargó el sifonado de los depósitos de gasóleo, explicó que están especializados en el montaje y mantenimiento de estaciones de servicio, así como en la reparación de instalaciones pretrolíferas. El encausado recordó que el fallecido llevaba 14 años en nómina y tenía una amplia experiencia y formación. "Francisco sabía que se mide y corta el tubo fuera, nunca debía haber soldado dentro de la arqueta", declaró. El gerente confirmó que el explosímetro, aparato que se utiliza para calibrar la concentración de gases de una zona y el riesgo de deflagración, se localizó después en la furgoneta del operario. Por lo que parece casi se seguro que la víctima no lo llegó a usar.

En el momento de la explosión, el ayudante del soldador se encontraba fuera del depósito. Y eso fue lo que le salvó la vida, porque la virulencia de la deflagración arrancó la alcantarilla e hizo volar todo por los aires. "Me llevaron a la MAZ, pero solo por el susto, para darme unos tranquilizantes", señaló el peón, que resultó ileso y ni siquiera llegó a coger la baja. Lo que no dio fueron muchos detalles sobre cómo ocurrió todo, ya que explicó que él llevaba solo unos días en la empresa y se limitaba a hacer lo que le pedían. Los abogados Javier Osés y José Manuel Marraco, que representan al jefe del soldador y al propietario de la gasolinera, solicitaron para ambos la absolución.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión