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Una emprendedora que vive del turismo en el Pirineo: "Seguimos abiertos por el verano, con la esperanza de que mejore"

Sandra Nebra se montó una empresa de alquiler de viviendas turísticas en Jaca justo antes de la pandemia. Ahora es una superviviente en tiempos de crisis.

Sandra Nebra, en su empresa de alquiler de viviendas turísticas que inauguró justo antes de la pandemia.
Sandra Nebra, en su empresa de alquiler de viviendas turísticas Novalex, que abrió justo antes de la pandemia en Jaca.
S. N.

La zaragozana Sandra Nebra se marchó por amor a Jaca hace ya cinco años y decidió montar allí su propio negocio para vivir del turismo en la zona poco antes de que se declarase esta pandemia. "Ahora estar confinados perimetralmente es muy complicado para esta zona, pero la experiencia del verano nos lleva a ser optimistas. Cuando empezó todo esto yo pensé que no podríamos continuar… Pero, viendo como fue el verano, tenemos esperanza de cara al invierno, a pesar de lo mal que lo pintan...", cuenta con una sonrisa.

La crisis de la covid-19 se ha cebado especialmente con el sector turístico, y su empresa de alquiler de viviendas en el valle del Aragón trata de sobrevivir con "ilusión" y "esperanza" en medio de la incertidumbre y las restricciones que ha traido esta pandemia. Esta pequeña inmobiliaria de la Jacetania empezaba su andadura mientras el virus se propagaba por toda Europa. Hoy es una superviviente en tiempos de crisis, aunque la "falta de ayudas" y las "trabas" municipales a este tipo de negocios -critica- son un freno añadido al parón de estos meses. 

"En todo el mes de noviembre hemos alquilado tres apartamentos, de 80 viviendas turísticas que tenemos en el valle de Aragón y el valle de Tena. Mi facturación este mes es de 180 euros, que no da ni para la luz. Si seguimos abiertos es por la experiencia del verano, si no habríamos cerrado ya en mayo", confiesa esta emprendedora, que a pesar de la complicada situación que atraviesan, no pierde las ganas de seguir trabajando para salir de esta situación. 

"Estoy convencida de que el turismo rural va a salir reforzado de esta crisis"

"Yo estoy convencida de que el turismo rural va a salir reforzado de esta crisis. Ahora creamos nuestra burbuja al salir de casa y nos vamos a un apartamento con la misma familia… sin mezclarnos con nadie", apunta. 

A su juicio, la actividad turística que realizan beneficia a toda la comarca, aunque "sobrevivir" a tantos altibajos está siendo "muy difícil" para todos, incluido el sector de la hostelería. "Nosotros lo vemos a diario. Cuando cogemos gente en nuestras casas, todo el pueblo se beneficia de eso. Por eso, hablamos con los hosteleros para hacer una recogida de firmas y que se pueda mantener algo de actividad", puntualiza. 

Todas sus esperanzas están puestas en el próximo día 30, a la espera de saber si habrá una rebaja de las restricciones. "Estamos esperando a ver qué pasa con el puente de diciembre, que para nosotros es fundamental... Y si por lo menos nos dejan movernos en la Comunidad, quieras que no, con Zaragoza trabajamos muchísimo, aunque también nos dan de comer Navarra y el País Vasco, pero con eso ya no contamos", señala. 

La experiencia más próxima que le lleva a ser optimista es la del pasado verano, cuando el Pirineo recibió un aluvión de visitantes -la mayoría turismo de interior, procedente de Aragón y otras CC.AA.- que ayudó a remontar al sector en la provincia.

"Empezamos con muy poquito y hemos crecido muchísimo y muy rápido a pesar de lo que ha pasado este año. Aun con todo, estos dos últimos meses han sido duros. Hay días que llegamos a la oficina, nos sentamos y comentamos lo frustrante que es invertir toda tu ilusión y esfuerzo en un proyecto tan bonito para que luego pongas la tele y no puedas trabajar. Con todo lo que nos está costando, y que justo hayamos empezado y pase esto te hace venirte abajo, pero lo miras en perspectiva y tenemos la esperanza de que algo cambie", afirma.

Sandra, que fue también mamá hace dos años en Jaca, ve también esta crisis como una oportunidad de mejora, aunque emocionalmente reconoce tener sus altibajos. "Es muy difícil sobrevivir después de tantos meses parados, pero lo cierto es que si no hubiera habido esta pandemia, hubiera sido una maravilla... Nosotros empezamos con 25 viviendas y ahora tenemos más de 80. Al principio cuesta, aquí el trabajo es lo que es -o trabajas del turismo o de la hostelería, o poco más hay para hacer-. Haber conseguido esas cifras para mí es muy gratificante. Conoces a mucha gente y te metes en un mundo que es apasionante. Te dedicas a recibir a personas que vienen a disfrutar y a pasarlo muy bien, y la verdad que el entorno es maravilloso y aquí vive muchísima gente joven", subraya esta zaragozana, que aunque reside en Jaca, se mueve también mucho por Villanúa, donde tienen también familia.

A su juicio, si algo ha cambiado para bien esta pandemia es el interés creciente que despierta el medio rural, lo que se refleja también en la compraventa de viviendas en el valle del Aragón y otras localidades limítrofes a Jaca. "Nosotros gracias a la inmobiliaria salimos adelante, porque el confinamiento ha despertado el interés por las segundas residencias en el Pirineo, las casas de pueblo con algo de jardín o terreno y los pisos con terraza, sobre todo fuera de Jaca", señala. 

En su caso, después de cinco años asentada en este valle pirenaico, confiesa que no volvería a vivir en la capital. "Al principio podía echar de menos estar en Zaragoza: ir al cine, a un centro comercial... Ahora no lo cambiaría por nada. Me compensa más vivir así, sobre todo en las épocas bajas de turismo, en las que Jaca es una ciudad muy tranquila y muy cómoda", asegura. 

La conciliación, a su juicio, es otra de las grandes ventajas de vivir en localidades pequeñas, alejada de las grandes urbes. "Yo fui mamá justo cuando empezábamos a trabajar en esto. Estuve trabajando hasta el último minuto y me reincorporé cuando mi hijo tenía cuatro meses, en pleno agosto, cuando más trabajo tenía. Aquí en este sentido es todo más fácil. Trabajo a cinco minutos de mi casa, y es fácil encontrar una guardería municipal que se adapte a la economía familiar… En ese aspecto, confieso que se puede conciliar mucho más y mejor en el medio rural", concluye esta zaragozana.

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