tribunales 

Ocho años de cárcel para el dueño de un bar de Zaragoza por abusar de un chaval por 10€

El acusado negó en el juicio hasta que supiera que el chico tenía 13 años, pero lo guardó en sus contactos del móvil como ‘junior13neg’. El fallo dice que el consentimiento del menor no le exime de responsabilidad.

Imagen de archivo de un furgón de la Policía Nacional accediendo a la Audiencia de Zaragoza.
Imagen de archivo de un furgón de la Policía Nacional accediendo a la Audiencia de Zaragoza.
José Miguel Marco

Aprovecharse de la inocencia o las necesidades de un menor para satisfacer retorcidamente los instintos sexuales tiene un precio. En el caso de Ángel Vaque Garrido, serán ocho años de prisión, otros siete de libertad vigilada y una indemnización de 3.000 euros. Porque esa la condena que le ha impuesto la Audiencia de Zaragoza por los abusos a los que sometió a un chaval de 13 años al que despachó con un billete de 10 euros.

El acusado, que se sentó en el banquillo el pasado 22 de septiembre, lo negó todo. Pero como la Policía Nacional aportó a la causa la transcripción de un intercambio de mensajes de Whatsapp con el menor que lo delataba, fabuló una coartada: le llamé para que me limpiara los cristales, no fue un encuentro sexual, manifestó.

De nada le ha servido, porque el tribunal de la Sección Primera ha dado plena credibilidad a la versión del chico. Primero, porque las psicólogas forenses que se entrevistaron con él refrendaron la veracidad de su relato. Y, segundo, porque la propia víctima demostró no tener ningún interés espurio al reconocer que no fueron dos sino una las felaciones que le practicó. Y ello sirvió a la Fiscalía para modificar después sus conclusiones iniciales y rebajar la petición de pena.

Los hechos que han dado lugar a la condena se remontan al verano de 2016, cuando el condenado regentaba un bar en el barrio de Las Delicias. Según se recoge en la sentencia, Ángel Vaque estableció contacto con el chico y le pidió su número de teléfono, registrándolo en sus contactos como ‘junior13neg’,«en referencia al nombre, edad y raza del citado menor». Resulta este un dato muy importante para los magistrados, ya que probaría que el procesado sí conocía la edad del muchacho, algo que negó durante la vista oral.

«Me caíste muy bien.Te cuidaré si me dejas. Ya cuido a más chicos como tú»

Con la persiana bajada

Los abusos por los que ha sido condenado el hostelero se produjeron exactamente el 17 de agosto de 2016 pasadas las 14.30, cuando el establecimiento ya había echado la persiana. Pero el encuentro se concertó la noche del día anterior a través de una conversación a través de Whatsapp. «Me caíste muy bien. Te cuidaré si me dejas. Ya cuido a más chicos como tú», escribió el encausado. Acto seguido, le preguntó si tenía 13 años, a lo que el menor contestó que sí, para quedar después en verse a las tres de la tarde día siguiente.

Pero antes de aquella cita, ya por la mañana, el chico escribió al dueño del bar para preguntarle si le dejaría 14.50 euros para comprar un altavoz. «¿Y tú qué me das?», respondió este, para añadir un «¿vienes a las tres, que cierro y hablamos?». El hombre terminó la conversación pidiendo al chaval que fuera puntual y    diciéndole que llamara si encontraba la persiana bajada. Y así lo hizo.

Una vez en el interior local, el condenado se aproximó a la víctima y comenzó a tocarle por el cuerpo para terminar abusando sexualmente de él. Contra la sentencia cabe recurso ante el TSJA.

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