En el bus y el tranvía de Zaragoza todavía no cunde el silencio

El Ayuntamiento ya ha empezado a colocar la señalización en el transporte urbano que recomienda no hablar para evitar la propagación de los aerosoles.

El Ayuntamiento colocó ayer los primeros carteles que aconsejaban no hablar en el tranvía y el bus
El Ayuntamiento colocó ayer los primeros carteles que aconsejaban no hablar en el tranvía y el bus
Toni Galán

En tiempos de covid, no es que el bus y el tranvía sean un jolgorio. Pero la recomendación del Ayuntamiento de no hablar en el transporte urbano pasó inadvertida en su primera jornada. La mascarilla calada no fallaba, pero hablar, se hablaba. "Yo intento no hacerlo pero que si me llaman por teléfono es inevitable" decía Giuseppe Randazzini en el tranvía.

El Consistorio empezó ayer a colocar la cartelería que recomienda no hablar -y, sobre todo, no gritar- en el tranvía y el autobús para evitar la propagación de aerosoles, una de las vías de contagio de la covid más peligrosas. El consejo pasó bastante desapercibido en la rutina del transporte urbano, pero al menos generó debate entre algunos viajeros.

A la mayoría le parecía bien, aunque dudaba de que la propuesta fuera a ser muy secundado, dado que tampoco es obligatoria. "Hablar no es lo más importante. Es más necesario tener tranvías dobles", decía Carmen Aguado, una de las usuarias del tranvía. "Es complicado que se cumplan", afirmaba Yolanda Martínez en la parada de la plaza de España.

No en todos los autobuses se habían colocado carteles y el desconocimiento de la medida era generalizado. Tampoco se escuchaban mensajes por megafonía advirtiendo de que lo mejor era no hablar. En la línea 23, los que iban en pareja mantenían su rutinaria conversación, mientras que otros hablaban por teléfono de camino a su destino. "Voy siempre sola y entonces no me afecta", comentaba María Pilar Padilla, una de las pasajeras, que aprovechaba la ocasión para reclamar más limpieza en los vehículos.

Elena Hernández decía que no terminaba de entender la medida. "Ya vamos con mascarilla para evitar los contagios, al final cada día dicen una cosa sobre cómo se transmite", afirmaba. Otros aplaudían la propuesta. «Todo lo que sea prevenir es bienvenido. Eso sí, con precaución, pero sin miedo», sostenía Camino Puyó.

Con la recomendación de no hablar, cantar o gritar, el transporte urbano sigue la sugerencia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) suscrita, a su vez, por un grupo de investigadores en un reciente estudio para el Ministerio de Ciencia e Innovación.

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