Zaragoza

El hombre que disparó a su exjefe, procesado por tentativa de asesinato

La magistrada ratifica la prisión provisional y sin fianza del detenido, despedido meses atrás por la víctima.

La víctima fue asaltada cuando salía del garaje de su casa.
La víctima fue asaltada cuando salía del garaje de su casa.
Guillermo Mestre

El juzgado de instrucción nº 10 de Zaragoza ha procesado por tentativa de asesinato y tenencia ilícita de armas a Alberto P. G., de 35 años, quien a primera hora del pasado 6 de abril disparó presuntamente a su exjefe cuando este salía del garaje de su domicilio en el barrio Jesús de Zaragoza. Asimismo, la magistrada ratifica la prisión provisional, comunicada y sin fianza del procesado, medida cautelar que fue adoptada el 18 de abril.

El suceso ocurrió a las 7.15 de la mañana, cuando la víctima, J. V., que a fecha de hoy todavía no ha recibido el alta definitiva, se encontró con que una bicicleta obstaculizaba su incorporación a la vía pública. Al bajar del coche y recriminar su actitud al hombre que estaba junto a ella, vio como este, de forma repentina, se sacaba un arma de una especie de riñonera. El agresor, cuya defensa corre a cargo de la letrada Carmen Sánchez Herrero, apretó el gatillo en repetidas ocasiones, alcanzándole tres veces.

Varios vecinos observaron la escena y dieron la voz de alarma a la Policía Nacional y a las asistencias médicas. La víctima, representada por el abogado Enrique Trebolle, fue intervenida de urgencia en el Miguel Servet, recinto que abandonó el 15 de abril, si bien sigue sin haberse terminado de recuperar de las heridas.

Los testigos pudieron describir la ropa y la complexión del autor de los disparos. Además, la víctima pudo ver de quién se trataba y llegó a reconocerlo, ya que les había unido una relación laboral: el pistolero había trabajado como empleado de mantenimiento en el Royo Villanova durante un período de prueba, pero la víctima, jefe del servicio, acabó por cesarlo «debido a faltas laborales».

El GPS delator

Las grabaciones del parking privado y de una finca cercana y el registro del domicilio del acusado permitieron hallar prendas que coincidían con las que el agresor vestía cuando se produjo el suceso. Además, en el momento de la detención, Alberto P. G. conducía una furgoneta Peugeot cuyo GPS marcaba entre los destinos recientes la dirección de los hecho investigados.

Al producirse el despido estaban presentes otros dos jefes, de los que uno sufrió amenazas que fueron llevadas a juicio. Además, el acusado se presentó en repetidas ocasiones en la gerencia del Royo Villanova durante las fechas siguientes, pidiendo múltiples explicaciones y «profiriendo insultos e injurias» hacia una de las exjefas, que comprobó cómo días después su coche aparecía vandalizado, según relata el auto.

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