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Taberna El Sardi, el guiso de toda la vida se adapta al ‘take away’: "Hacemos lo necesario para sobrevivir"

En sus 40 años de experiencia en el sector de la hostelería, Santiago Santamaría, propietario de la taberna El Sardi de Zaragoza, asegura que jamás se imaginó trabajar este formato.

Santiago Santamaría, propietario de la taberna El Sardi
Santiago Santamaría, propietario de la taberna El Sardi
Guillermo Mestre

“Hacemos lo necesario para sobrevivir”, afirma Santiago Santamaría, propietario de la taberna El Sardi, ubicada en la calle Dato de Zaragoza desde el año 2015. Después de  varios meses sufriendo la nueva realidad marcada por la crisis sanitaria, el pasado 26 de octubre, tras la llegada de las nuevas restricciones, decidieron lanzarse al formato ‘take away’. Raciones frías o calientes, guisos y sus conocidos platos de cuchara, para disfrutar a domicilio cualquier día de la semana.

“Intentamos adaptarnos a los nuevos formatos para no quedarnos atrás, es mejor que cerrar, aunque sea para cubrir gastos”, admite el gerente de este negocio familiar. El local cerró sus puertas durante dos meses y medio, hasta el 25 de mayo. “Tras la reapertura, durante las primeras semanas la respuesta fue muy buena pero la situación se está prolongando demasiado”, asevera.

Santamaría proviene de una familia de hosteleros de toda la vida. “Comenzaron mi padre, Paco Santamaría -exjugador del Real Zaragoza que abriría la conocida whiskería ‘Golden Club’- y mi suegro -Ángel Bolado, fundador de la mítica cafetería San Siro, ubicada en la calle Costa- y estuvimos durante 35 años a cargo del restaurante Bahía, en Doctor Cerrada”, rememora. Tras poner fin a esa aventura, en 2015 decidieron emprender un nuevo proyecto en forma de taberna.

“Han sido cinco años espectaculares y desde nuestros inicios la aceptación ha sido tremenda. Desde un principio apostamos por la cocina de antes y los guisos de toda la vida, como los de nuestras abuelas, pero dándoles un toque más personal”, explica Santamaria. La propuesta es de lo más variada, e incluye desde una ensaladilla rusa o una ración de callos ‘El Sardi’, hasta un guiso de pollo con langostinos y salsa de almendras o su selección especial de postres ‘lamineros’.

Carmen Bolado, ante la taberna El Sardi
Carmen Bolado, ante la taberna El Sardi
Camino Ivars

“En estos meses, nuestros ingresos han caído en torno a un 70%. La preocupación en nuestro día a día es tremenda porque para cualquier negocio familiar esta realidad supone un varapalo”, reconoce el empresario. En la taberna El Sardi, que hoy ha eliminado las mesas del interior de su salón y ha colocado una suerte de barra para facilitar la recogida de los pedidos para llevar, trabajan -además de Santamaría, su mujer, Carmen Bolado, y sus cuñados: “La preocupación es máxima”.

Santamaría asegura que en este establecimiento se han adaptado “escrupulosamente a todas las medidas sanitarias” desde el primer momento. “Desde el principio hemos apostado por volver a trabajar y hemos solicitado la terraza para poder seguir sacando adelante el negocio, aunque tenemos que pensar cómo adaptarla para priorizar la comodidad de nuestros clientes”, admite.

Aguantar el tirón

Y es que, durante estos días, cualquier persona que regenta un negocio de hostelería tiene puesta la vista en las predicciones climatológicas. “Zaragoza en invierno tiene un clima extremo, no puedes tener a los clientes de cualquier manera”, explica.

“Obviamente no contábamos con nada de esto, pero las circunstancias son las que son y tenemos que sacar adelante nuestro trabajo”, admite, al tiempo que reconoce que el formato ‘a domicilio’, aparte de servir para “aguantar el tirón” en tiempos de pandemia, posiblemente haya llegado para quedarse: “no de la forma en la que estamos trabajando ahora pero sí que cuando termine todo esto será un complemento más. Mientras nos dejen trabajar, al menos nos daremos por satisfechos”. 

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