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Bomberos al rescate de la hostelería de Zaragoza

Uno de los turnos del parque de La Romareda sustituyó su cena casera por bocadillos encargados en un bar como gesto solidario a la hostelería de la zona.

Los bomberos del parque de La Romareda, en Zaragoza, antes de la cena.
Los bomberos del parque de La Romareda, en Zaragoza, antes de la cena.
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La noche de este miércoles no se encendieron los fogones del parque de Bomberos de La Romareda, en Zaragoza. El grupo que estaba de servicio suele cocinar sus comidas y cenas en las propias cocinas de las instalaciones cuando le toca turno, pero esta semana no fue así: encargaron bocadillos a un bar cercano con el objetivo de apoyar a la hostelería en estos momentos.

"Encargar una cena de un día laborable puede parecer que les ayuda más que los fines de semana que hay más movimiento", cuenta Jesús Urzanqui, bombero del Ayuntamiento de Zaragoza y precursor de la iniciativa. La idea se cocinó a fuego lento hace ya unos días, incluso antes del anuncio las últimas restricciones y que adelantan el cierre de los comercios y establecimientos a las 20.00. "Surgió a raíz de todo lo que está sufriendo la hostelería", añade Urzanqui. Si se mantiene, cada día que estén de turno llamarán a un bar diferente. El primero fue J85, en la calle de San Francisco de Borja y con 35 años de trayectoria.

"Me parece genial", celebra Andros Gil, propietario del J85. En la acera de este bar se despliega una terraza con cuatro mesas, a pesar de disponer de esa posibilidad no esconden su miedo: "Cada día estamos más asustados". "No da para pagar todas las facturas y no hay ayudas. Entiendo que lo primero es la salud, pero tenemos que apechugar todos y no entiendo que haya gente que diga que no hay dinero cuando se están gastando miles de euros en otras cosas", critica Gil.

"Solo queremos ganar lo justo para vivir"

Al otro lado de la barra del J85 piden trabajar: "Solo queremos ganar lo justo para vivir". No obstante, agradecen la respuesta de sus clientes. "La gente está concienciada porque saben que es un momento complicado. Y eso que tenemos entrega a domicilio, pero las empresas de reparto se llevan el 30% y se pierde dinero", lamenta. En sus redes sociales anuncian los envíos a domicilio por dos euros más y en horario de 13.00 a 15.30 y de 19.30 a 22.00. Entre la clientela de Andros se mezclan sus fieles parroquianos con clientes esporádicos que llegan a su bar al ser una zona de "bastante tránsito".

"Intentaremos aguantar", señala Andros Gil con cierta esperanza, aunque sin ocultar su preocupación. Levantan la persiana a las 8.00 y la bajan a las 20.00. La noche del miércoles los bocadillos llegaron puntuales al parque de Bomberos de La Romareda, a las 21.00. Urzanqui y sus compañeros invitan a que otro tipo de profesionales lleven a cabo iniciativas similares como ellos que, aunque no solucionen la coyuntura, sofoquen de alguna manera la situación. 

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