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Juicio del crimen de la maleta: Homicidios asegura que el Cordobés es "solo una coartada"

Los investigadores destacan la cascada de "evidentes contradicciones" en las que incurrió el acusado durante su declaración hasta que confesó. Sobre el testigo al que intentó incriminar, lo desvinculan por completo del asesinato. 

JUICIO POR CRIMEN DE LA MALETA / AUDIENCIA PROVINCIAL DE ZARAGOZA / 03/11/2020 / FOTO : OLIVER DUCH [[[FOTOGRAFOS]]]
El acusado, durante el juicio que ha comenzado este martes en la Audiencia de Zaragoza.
Oliver Duch

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional sospechó del acusado por el crimen de la maleta prácticamente desde el minuto cero. Fueron tantas las horas que Jonathan Berreondo estuvo declarando en comisaría que, en un momento dado, “perdió el control de su relato” y empezó a incurrir en “evidentes contradicciones”. Así lo han reconocido hoy en el juicio los dos inspectores de la Jefatura Superior que estuvieron al frente de las pesquisas. La alarma saltó cuando el presunto asesino se desdijo y reconoció que la maleta donde apareció el cadáver del madrileño Jorge M. V. era suya, algo que había negado al comienzo del interrogatorio. Sin embargo, no fue esta la única contradicción. La Policía asegura que fueron tantas las rectificaciones que fue introduciendo en su narración que tuvieron que advertirle de que aquello no era creíble. “Fue entonces cuando le cambió el chip y nos dijo: Os voy a contar lo que realmente pasó”, ha explicado el actual jefe de Homicidios.

Según el instructor y el secretario del atestado, Berreondo confesó entonces que el camionero con el que había quedado intentó violarle, lo que desencadenó una disputa. Como consecuencia de esta, dijo, Jorge M. V. se cayó de la cama, golpeándose con la mesilla. Y cuando ya estaba en el suelo, el acusado le pegó una patada en la cabeza. “Nos dijo también que tuvo la sensación de que lo estaba matando”, ha recordado uno de los inspectores. El joven guatemalteco había estado declarando hasta ese momento en calidad de testigo, por lo que se interrumpió el interrogatorio y se le comunicó que estaba detenido.

“Fue entonces cuando le cambió el chip y nos dijo: 'Os voy a contar lo que realmente pasó'”,

Pero hubo más circunstancias que llevaron a los investigadores a sospechar que Berreondo era el autor del crimen. Por ejemplo, los ‘pantallazos’ de la conversación que supuestamente había mantenido con la víctima después de muerta. Al parecer, el encausado intentó construirse una coartada y utilizó el teléfono del fallecido para simular dicho intercambio de mensajes a través de Whatsapp. Pero cometió un grave error: puso en boca del madrileño expresiones y giros lingüisticos propios de Guatemala. De hecho, para decir que no tenía mucho dinero, dijo: “No cargo mucho”. “Sospechamos que podía ser una forma de hablar de Guatemala y contactamos con su embajada, donde nos confirmaron que así era”, ha recordado uno de los policías.

Los responsables del Grupo de Homicidios han sido preguntados también por la persona a la que Jonathan Berreondo señala ahora como el auténtico asesino: Emilio el Cordobés. “En ningún momento lo mencionó: ni cuando se encontró el cadáver en su piso del barrio Oliver ni cuando estuvo declarando durante horas en comisaría. No supimos del tal Emilio hasta junio de 2019 (seis meses después del crimen), cuando el acusado pidió volver a declarar ante el juez”, han señalado.

La Policía logró identificar a Emilio G. C. como el varón al que el acusado llamaba El Cordobés. Se trataba de un albañil andaluz que estaba trabajando en una obra a unos 500 metros de la vivienda de Berreondo y estaba alojado en una pensión de Las Delicias. Se investigaron sus llamadas y movimientos por Zaragoza tanto el 14 de diciembre de 2018, fecha en que se perpetró el crimen, como en los días anteriores y posteriores. Y los investigadores llegaron a la conclusión de que no tuvo nada que ver en el asesinato. Lo mismo que hizo el juez instructor.

“Lo del Cordobés ha sido solo una coartada. Para nosotros, es solo eso. Si realmente hubiera sido este hombre el autor de los martillazos, el acusado lo tenía muy fácil. Nos lo podía haber dicho desde el principio, cuando encontramos el cadáver en su vivienda”, ha dicho uno de los responsables de la investigación policial.

El juicio afronta este viernes su recta final, ya que será mañana cuando la Fiscalía, representada por Pilar Cavero, la acusación particular, que ejerce el abogado José Luis Melguizo, y la defensa, a cargo Javier Cestero, emitan sus informes. Lo harán después de decir si mantienen sus calificaciones iniciales o las modifican. Cabe recordar que el ministerio público solicita una condena de 20 años, la familia de la víctima eleva la petición a 25 años y la defensa exige la absolución. En principio, el jurado dará a conocer su veredicto el próximo lunes, 9 de noviembre.

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