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El cementerio de Torrero supera los 1.100 fallecidos por covid y se prepara ya para su segunda ola

Muchas familias renuncian a organizar velatorios ante las restricciones y el peligro de contagio. "Nos esperan un otoño y un invierno duros", asume el gerente del tanatorio.

Antonio Huerta, de la funeraria Mémora, deja un ataúd con un fallecido por covid en el tanatorio de Torrero.
Antonio Huerta, de la funeraria Mémora, deja un ataúd con un fallecido por covid en el tanatorio de Torrero.
Toni Galán

El cementerio de Torrero se prepara para su segunda gran ola de fallecidos por covid-19. Tras superar el tremendo pico vivido en marzo y abril, así como el repunte de agosto, las luces de alarma del mayor camposanto de Aragón se han encendido al ver la trayectoria de las curvas de contagios y de hospitalizados por coronavirus.

En lo que va de año ya han pasado por este tanatorio más de 1.100 fallecidos por la pandemia. Marzo empezó con fuerza con 162 fallecidos, abril reventó todos los registros con 454 más, en mayo las cifras bajaron a 82 muertos y junio y julio fueron tranquilos (8 y 9 fallecidos, respectivamente). Los repuntes de la enfermedad convirtieron agosto en el segundo peor mes (169 fallecidos), mientras que en septiembre pasaron por Torrero 118. En octubre, de momento, van 94.

Pero se espera que el ritmo aumente. “No me fijo demasiado en el número de contagios por coronavirus, sino en los que entran en la UCI. Es el mejor indicativo para el trabajo que vamos a tener”, señala Carlos Lobera, gerente del Tanatorio de Torrero. La situación actual es “relativamente tranquila”, pero en el camposanto saben lo que les espera: “Por poner un ejemplo, ya estamos haciendo acopio de piedras de identificación porque sabemos que vamos a necesitar más que cualquier otro momento”.

“Los médicos dicen que se llevarían a los jóvenes a pasar un día en la UCI; yo me los traería a un velatorio de fallecido por covid”

“Nos espera un otoño e invierno duros”, asume Lobera, quien dice estar “cansado de ver las cosas que hacen en la calle” mientras en Torrero “las familias están destrozadas por no poder completar el duelo”. “Los médicos dicen que se llevarían a los jóvenes a pasar un día en la UCI; yo me los traería a un velatorio de fallecido por covid”, apunta el director del tanatorio.

Con motivo de la celebración de Todos los Santos, HeraldoTV ha visitado el cementerio de Torrero para conocer cómo están viviendo sus trabajadores los momentos más duros de la pandemia.

La pandemia ha provocado que la cifras de fallecidos en Zaragoza se disparen. A finales de septiembre el Registro Civil de la capital aragonesa registró 6.909 decesos. Hasta ese mes, en 2019 había habido 5.802, por los 5.754 de 2018. Es decir, que hasta el mes de septiembre hubo en Zaragoza un 19% más de muertos que el año anterior y un 20% más que dos años antes.

Ese exceso de muertes se concentra mayoritariamente en los meses en los que la pandemia tuvo una mayor incidencia. En marzo de este año, el Registro Civil de Zaragoza contabilizó un 22% más que en 2019 y un 20% más que en el mismo mes de 2020; en abril, los incrementos fueron del 83% y del 86%, respectivamente; en agosto las cifras se elevaron un 30% y un 41% y en septiembre, un 52% y un 22%.

Menos velatorios

El día a día del cementerio sigue absolutamente condicionado por la pandemia y por las restricciones que se exigen para evitar los contagios. En los velatorios no puede haber más de diez personas y en los acompañamientos en el exterior, 15. Las salas de ceremonias están al 25%. Ante esta situación, y para evitar riesgos, muchas familias están despidiendo a sus seres queridos sin velatorio. Esta semana, alrededor de la mitad de los fallecidos que pasaban por el Tanatorio de Torrero tuvieron funeral sin velatorio.

“Normalmente aquí teníamos más velatorios que funerales, porque hay gente que se lleva a los fallecidos para enterrar en el pueblo o que hacen directamente el entierro, sin ceremonia”, explica Lobera. Sin embargo, este año se han ocupado 2.270 salas para velatorios, 911 menos que en 2019 a pesar de tener unos 1.100 muertos más. “Esto normalmente estaría lleno de gente a estas horas, y mira cómo está ahora”, dice el director del tanatorio señalando a los pasillos de las salas de velatorios.

La experiencia acumulada de estos meses permite a Torrero estar bien preparado ante un nuevo posible pico de fallecimientos. Los entierros de enfermos por covid se siguen haciendo a primera hora de la mañana, antes de las 10.30. Se reservan cuatro salas de valatorio y una sala de ceremonias para estos casos, que se desinfectan de modo especial tras su uso por si hay algún familiar contagiado que se haya saltado el confinamiento. “Si hay quien se lo salta para tomarse una cerveza, imagina para despedir a su padre, por ejemplo”, dice Lobera.

De momento no ha hecho falta ampliar los turnos de incineración, pese al espectacular aumento registrado. En lo que va de año se han hecho 3.479 cremaciones, 1.065 más que en 2019 a estas alturas. Se incinera a cuatro turnos, que en el pico de trabajo de primavera se tuvieron que ampliar a siete. En agosto también se estableció un turno más, y de cara a otoño… “Estamos preparados para lo que pueda venir”, asegura Lobera.

Atípico fin de semana de Todos los Santos

El cementerio de Torrero vive este domingo un atípico día de Todos los Santos marcado por las restricciones a las que obliga la pandemia, los cierres perimetrales, los aforos limitados y las peticiones a los ciudadanos de que escalonen las tradicionales visitas. El sábado la afluencia al camposanto fue mucho menor que en cualquier otra previa del 1 de noviembre y no fue necesario en ningún momento cortar los accesos por exceso de aforo. El máximo de personas permitido es de 6.000, el 25% de su capacidad.

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