movilidad

Zaragoza se sube a la segunda ola ciclista

El uso de los carriles bici se dispara un 80% con el nuevo auge de bicis y la irrupción de los patinetes. Los ciclocarriles en la calzada amplían la red, aunque los colectivos piden espacios segregados.

Una usuaria de patinete espera en un semáforo del carril bici de Fernando el Católico.
Una usuaria de patinete espera en un semáforo del carril bici de Fernando el Católico.
José Miguel Marco

La segunda ola ciclista parece que ha llegado a Zaragoza para quedarse. Tras el ‘boom’ que vivió la movilidad en bicicleta en 2008, con la instalación del servicio Bizi y la ampliación de la red de carriles, la pandemia ha provocado un nuevo repunte en el uso de este vehículo. Y lo ha hecho, además, con un nuevo invitado: los patinetes, cuya expansión parece fulgurante.

Aparcabicis llenos, tiendas de bicicletas y patinetes que agotan sus existencias, ‘atascos’ en los carriles bici... Hay muchos indicadores que delatan el auge del fenómeno. El Ayuntamiento de Zaragoza también lo ha comprobado gracias a un conteo que ha realizado recientemente en varios puntos de la ciudad, y que revela que el uso de los carriles bici se ha disparado un 79,10% en los dos últimos años.

Una parte importante de este aumento se ha producido en este 2020, marcado por el coronavirus. La pandemia ha provocado una reducción del uso del transporte público de en torno al 40%. En parte se debe al descenso de los movimientos por la ciudad por la situación general (menos ocio, más teletrabajo…). Pero también hay una parte de los viajeros que han decidido dejar el autobús y el tranvía y probar otros modos de moverse por Zaragoza. Las bicicletas y los patinetes han resultado ser un buen refugio para ellos.

Con la ayuda de las cámaras de control de tráfico, los técnicos de Movilidad han contado el tráfico de doce carriles bici. Y han registrado un aumento de casi el 80% con respecto a los que contaron hace dos años. Si solo hubieran anotado el paso de bicicletas, el incremento hubiera sido del 32,61%. Según estas estadísticas, el 77,42% de los usuarios de los carriles bici van pedaleando y el resto (22,58%), en patinete.

Arturo Sancho, del colectivo Pedalea, cree que este nuevo ‘boom’ ciclista "no es una percepción", sino que responde a "datos". "Se están vendiendo más bicicletas, y nuestros conteos también hablan de que hay un uso mayor de los carriles bici", dice. A su juicio, en la ciudad "hay una nueva necesidad de desplazamiento" que afecta a un perfil de "gente muy diversa", y se está cubriendo "con la bici o el patinete".

Desde Zaragoza en Bici, Javier Tello ratifica que hubo "un tremendo ‘boom’ de la bicicleta después del confinamiento", debido a que la gente "quería salir de casa". Tras este periodo en el que estos nuevos usuarios pedaleaban por ocio, ahora "se han quedado en el día a día", y muchos usan la bici "para ir a trabajar". "No hay más que ver cómo están los aparcabicis de las zonas de oficinas del centro o del edificio Pignatelli, y eso que mucha gente teletrabaja", señala Tello. Él mismo iba a dar un curso de uso de bicicleta para nuevos usuarios (que finalmente se ha suspendido por la pandemia) y en poco más de una semana recibió más de 30 solicitudes, cuando solo había 15 plazas.

La irrupción de los patinetes

Si la revolución de 2008 estuvo ligada de forma exclusiva a la bicicleta, ahora el patinete se ha incorporado al panorama de la movilidad zaragozana. La infraestructura ciclista que se ha ido creando ha servido para que estos vehículos eléctricos tengan una red ideal para su desarrollo. Si hace menos de cinco años era raro ver uno, ahora ya forman parte del día a día.

Guillermo Royo, presidente de la Asociación zaragozana de vehículos eléctricos y de movilidad personal (Azuvemp), también ha observado en los últimos meses un fuerte incremento en el uso de los patinetes. "Es una gran opción en estos tiempos que corren para el transporte público: es más barato que el coche, se llega rápido a los sitios, sin sudar… Encaja perfectamente en lo que busca un gran número de personas", observa. Al igual que ocurre con las bicis, el principal motivo de su uso es "el desplazamiento al trabajo", porque el patinete "lo puedes dejar en un rincón tanto en casa como, seguramente, en el trabajo".

El auge tanto de bicis como de patinetes, previsiblemente, dejará un poso, como ocurrió en 2008. Ángel Álvarez, ingeniero experto en movilidad, cree «será una tendencia que viene para quedarse». "Esto –en referencia a la pandemia– va para largo, por lo que son una opción para no meterse en el transporte público", apunta. Eso sí, advierte de que si se mantiene este nivel de usos "tendrá que dimensionarse el espacio que ocupan en la ciudad", por lo que "habrá que hacer inversiones".

Muchas ciudades del mundo han optado por instalar nuevos carriles bici. En algunos casos, simplemente quitando un carril al tráfico rodado. En Zaragoza, el Ayuntamiento ha optado por instalar ciclocarriles, que limitan la velocidad general a 30 kilómetros por hora y que (supuestamente) dan prioridad a bicis y patinetes. Ya se ha instalado parte de esta nueva red, que llegará a 80 kilómetros de viales en la ciudad.

Los colectivos son más partidarios de los carriles bici segregados. "Los ciclocarriles nos da cierta legitimidad y pueden valer para alguien que esté muy hecho a ir en bici", dice Arturo Sancho, quien, no obstante, pide "carriles bici de verdad" en las grandes avenidas que aún no lo tienen, como el paseo de Pamplona-María Agustín o Pablo Ruiz Picasso.

Guillermo Royo también pide "carriles totalmente segregados", ya que las necesidades de expansión son las mismas para patinetes que para bicicletas. Eso sí, con el añadido de que para los primeros también es importante "que los carriles bici ya existentes tengan un mejor mantenimiento". "Hay baches pequeños pero profundos que son muy peligrosos, porque nuestras ruedas son pequeñas, y si entran ahí te catapulta y te vas al suelo", advierte.

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