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«¿Por qué iba a quitarle la cuidadora 180.000 € a la anciana si va a heredar todo?»

La asistenta acusada de aprovecharse de una nonagenaria con alzhéimer en Zaragoza dice que no sacó «ni un euro» de sus cuentas. La Fiscalía y la DGA la acusan de estafa y piden hasta 8 años de prisión.

La acusada, con su abogado Javier Osés, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
La acusada, con su abogado Javier Osés, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
Guillermo Mestre

La cuidadora a la que denunció la Comisión de Tutela y Defensa Judicial de Adultos del Gobierno de Aragón en 2019 por, supuestamente, aprovecharse de la «extrema vulnerabilidad» de una anciana con alzhéimer para quitarle 180.000 euros lo negó este miércoles todo. «Yo no saqué nunca ni un solo euro de sus cuentas. No sabía ni que figuraba como titular», declaró Damaris N. S. durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza. Pero su abogado, Javier Osés, fue más allá: «¿Qué necesidad tenía esta mujer de quitarle 180.000 euros a Martina (la anciana) si va a heredar todo?». Porque, para sorpresa de la Fiscalía y la propia acusación particular, la defensa presentó ayer una copia del testamento que dictó la nonagenaria en 2016 declarando a la encausada heredera universal de sus bienes. «Y que yo sepa –apuntó el letrado–, por aquellas fechas nadie había detectado ningún deterioro cognitivo en la señora».

La acusada, que se enfrenta a una petición de cárcel de ocho años por un delito de estafa, recordó al tribunal que empezó a trabajar para Martina y su hermana Amparo en 2013. Las dos ancianas vivían juntas en un piso de Las Fuentes, pero, dada su avanzada edad, decidieron buscar una interna. «Al principio yo no tenía papeles. Fue tres años después, en 2016, cuando por fin pude regularizar mi situación y arreglamos lo del contrato», señaló. Solo unos meses después, falleció Amparo, pero Damaris N.S. siguió en la casa cuidando de Martina.

«Yo no puedo explicarle qué pasó con los ahorros de esta mujer», contestó la acusada a la Fiscalía cuando le preguntó a dónde habían ido a parar los 180.000 euros. «Hasta el último año, que empezó a usar la silla de ruedas, la señora Martina estaba bien de salud y salía sola a la calle –añadió–. Yo no le acompañaba siempre al banco.Y cuando lo hacía, la dejaba en el mostrador y me retiraba», declaró. Según la asistenta, los gastos de la anciana no eran pocos. «Comíamos todos los días fuera de casa, cogía el taxi para ir a cualquier parte y le gustaba mucho jugar a la lotería, tenía reservas en cuatro estancos», aseguró. «Muchos taxis hay que coger para alcanzar la cantidad de la que hablamos», replicó la representante del ministerio público.

«A nosotros nos extrañó que esta anciana hiciera tantas extracciones de dinero. Le preguntamos si tenía algún problema, si estaba haciendo obras o algo... Nos dijo que no.Pero aquello nos pareció sospechoso y decidimos informar al Ayuntamiento de Zaragoza», explicó el director de la sucursal bancaria que puso al corriente del presente caso a los servicios sociales. «¿Pero usted vio a la anciana desorientada o le notó algún deterioro cognitivo?», preguntó la defensa. «La verdad es que no», respondió. En cualquier caso, ante el aviso del empleado del BBVA, los servicios sociales municipales abrieron una investigación que acabó con el bloqueo de las cuentas de la anciana y su ingreso no voluntario en una residencia. En la actualidad, la DGA se ha hecho cargo de su tutela.

«La encontramos en muy mal estado.Desnutrida y desatendida. Pedimos a la cuidadora que nos diera cuenta de los gastos, pero nunca lo hizo», indicó una de las trabajadoras sociales. La forense que examinó a la anciana confirmó ayer que en 2019 presentaba el grado máximo de alzhéimer, pero no la vio mal alimentada o en situación de abandono. «Dada su enfermedad, sí que era muy manipulable», concluyó, a preguntas de la acusación particular, a cargo de Iván Sanz.

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