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Los restaurantes de Zaragoza reciben un 80% menos de clientes por el "miedo" y la falta de turistas

Zonas como El Tubo registraron durante el puente menos afluencia que el fin de semana pasado.

El Tubo mostró un aspecto irreconocible en un 12 de octubre atípico
El Tubo mostró un aspecto irreconocible en un 12 de octubre atípico
F. Jiménez

«Si lo sé, me tomo yo también el puente de descanso y no abro». Miguel, gerente del Refugio del Tubo, resumía este lunes el sentir del sector hostelero de Zaragoza tras comprobar cómo sus establecimientos permanecían semivacíos un 12 de octubre, el día de mayor facturación para la mayoría en un año normal. Este, sin embargo, llega condicionado por la pandemia de coronavirus, que entre otras consecuencias ha obligado a limitar los aforos, cerrar las barras y, sobre todo, cancelar los festejos de la capital aragonesa.

En concreto, el departamento de Sanidad de la DGA decretó la fase 2 en la ciudad como medida de precaución para evitar rebrotes como los registrados este verano en otras localidades de la Comunidad con motivo de sus ‘no fiestas’. Y pese a que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) redujo en parte las limitaciones, finalmente los establecimientos hosteleros no han podido utilizar la barra, un reclamo fundamental para establecimientos como los del Tubo, tradicional referente del tapeo en las Fiestas del Pilar. Los propios empresarios recuerdan que el puente supone el 10,2% de los ingresos de todo el año para los restaurantes, y el 11,8% en el caso de cafés y bares.

«Ha sido un puente muy malo, tuvimos más movimiento el fin de semana pasado, y tendremos más el próximo», lamentaba Miguel a las puertas de su establecimiento, en la calle de los Mártires, donde a las 14.15 no había problema para encontrar mesa libre. «Hemos tenido muchas reservas canceladas, y no hay ni un turista, solo gente de aquí, habituales, y no muchos», relataba.

Dos calles más allá, uno de los históricos del Tubo coincidía en la valoración. «Ha venido un 80% menos de gente, sabíamos que iría mal, pero no tanto», explicaba Mustapha Nasser, más conocido como Musti, desde detrás de la barra del bar Fenicia, en la calle de Ossau. «Cualquier otro fin de semana hay más gente», recalcaba este hostelero libanés, que apuntaba como causas del bajón de la demanda a la falta de turistas tras la cancelación de las fiestas y al «miedo». «Hay más policías que clientes», expresaba.

Hasta el día 14

De hecho, aunque finalmente el TSJA permitió abrir las terrazas al 100%, muchas se encontraban en pleno 12 de octubre a medio gas. «La verdad es que nunca habíamos cogido sitio tan rápido, ya no el día del Pilar... ¡cualquier sábado!», comentaba Julia Sánchez alrededor de una mesa en la calle de Cinegio, donde compartía la hora del vermú con otras tres amigas. «Dos somos de aquí, del barrio, y hemos decidido salir al ver que no había mucha aglomeración», reconocía.

Como ellas, muchos clientes se vieron sorprendidos por la falta de afluencia. «Volvíamos de dar un paseo por la plaza del Pilar y no teníamos intención de quedarnos, pero hemos visto una mesa libre, y encima no le daba el viento, así que no nos lo hemos pensado», comentaba Manuel Lasheras a la hora del aperitivo, junto a su familia.

Desde Horeca Zaragoza, su gerente, Jesús Boillos, coincidía en que «la actividad durante el puente ha sido mucho menor que otro fin de semana», y tampoco se mostraba muy optimista respecto al resto de la semana. «No creemos que vaya a ir a mejor», advertía tras recordar que las limitaciones establecidas por la DGA permanecerán vigentes, al menos, hasta el día 14. Además, apuntaba que el sector hotelero ha sido de los más afectados. «No se ha superado el 35% de ocupación, cuando otros años llegaba al 78%», precisaba.

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