seguridad en las 'no fiestas'

El Día del Pilar más atípico se celebra en Zaragoza en los balcones, con Ofrenda virtual y especial vigilancia en la plaza

Un despliegue de cientos de agentes en la plaza del Pilar y la colocación de vallas en las puertas del templo intentan evitar las temidas aglomeraciones

Zaragoza celebra su 12 de octubre más atípico. La suspensión de las Fiestas del Pilar y el regreso de la capital aragonesa a la Fase 2 flexibilizada desde el  jueves, 8 de octubre, y hasta el día 14, ha hecho que la tradicional Ofrenda de Flores no se organice este año para evitar contagios de coronavirus. 

A falta de poder llevar presencialmente los ramos a la Virgen (aunque alguno "espontáneos" ya han llevado alguna flor a la plaza), se pueden ofrecer de forma virtual en la web 'www.ofrendadeflores.com', además de engalanar los balcones de la ciudad. Miles de ellos han amanecido adornados en la capital aragonesa para honrar a la Virgen del Pilar.  

La ofrenda es uno de los actos centrales de las Fiestas del Pilar, que congrega a miles de personas, quienes configuran un manto formado por millones de flores, a los pies de una escultura de la Virgen que se coloca en el plaza del Pilar. El máximo de grupos participantes se alcanzó en 2019, con 803, año en el que asistieron alrededor de 300.000 oferentes.  

La Policía sabe que hoy se enfrenta a una prueba de fuego, ya que la tradición y la enorme devoción que los zaragozanos profesan hacia su patrona, la Virgen del Pilar, podrían provocar aglomeraciones en el entorno de la basílica. Sin embargo, los responsables policiales confían en que la moderación y responsabilidad que han demostrado los ciudadanos en el inicio de este atípico puente festivo se extienda al día grande de la ciudad. En cualquier caso, la Jefatura Superior de Aragón y la Policía Local de Zaragoza han establecido un dispositivo especial de más de cien agentes que permitirá dar una respuesta rápida ante cualquier incidente.

Como adelantaba la semana pasada el subdelegado del Gobierno en Zaragoza, Fernando Beltrán, lo que más preocupa son los accesos a la basílica. Aunque hace días que se anunció la suspensión de la multitudinaria Ofrenda de Flores a la Virgen, el Cabildo Metropolitano ha previsto ceremonias religiosas a lo largo de toda la jornada, lo que sin duda atraerá a bastante público al templo. Prueba de ello son los centenares de personas que ya hicieron fila ayer para acercarse a ver a su patrona.

La Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Jefatura Superior de Aragón y la Unidad de Apoyo Operativo (UAPO) de la Policía Local controlarán las principales vías de acceso a la plaza del Pilar. Y, si fuera necesario, estarían en disposición de blindarla al público en cuestión de "cinco minutos". Así lo explicaba el pasado viernes Fernando Beltrán tras la constitución del centro de coordinación en la Delegación del Gobierno. En cualquier caso, las autoridades han hecho un llamamiento a la ciudadanía para que ‘confinen’ las celebraciones en sus hogares y eviten acudir al corazón de la ciudad.

De momento, las vallas, que se instalaron ayer, estarán colocadas únicamente en los dos accesos a la basílica –puerta Alta y puerta Baja– para guiar a quienes finalmente decidan asistir a alguna de las misas o, simplemente, visitar la capilla de la Virgen. El Cabildo será quien se encargue del conteo de los asistentes, mientras que las Fuerzas de Seguridad vigilarán la afluencia en las inmediaciones.

Responsabilidad individual

Desde Delegación del Gobierno volvieron a hacer ayer un llamamiento a la "responsabilidad individual" de los ciudadanos. Evitaron hacer valoraciones sobre los días anteriores para que la población "no se relaje" en el cumplimiento de las medidas de seguridad, aunque aseguraron que en las filas para acceder al templo se mantiene la distancia.

Ya desde el viernes, las hileras de visitantes se han convertido en un habitual de la plaza, pero suelen moverse con relativa rapidez. En la mañana de ayer volvieron a repetirse las mismas imágenes que se vieron el sábado: muchas fotos frente a la basílica y algún zaragozano que no dejó pasar la oportunidad de ponerse el traje de baturro para acercarse a ver a la Virgen. Frente a las terrazas, que quizá por el fuerte cierzo estuvieron aún más vacías que el sábado, volvió a ser este punto el que registró una mayor afluencia, aunque de nuevo no fue necesaria la intervención policial ni se produjeron aglomeraciones. Las ‘no fiestas’ siguen sin graves incidencias.

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