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Los puntos de riesgo de Zaragoza en las 'no fiestas': de la plaza del Pilar a los polígonos industriales

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado harán un fuerte despliegue con especial atención para el entorno de la basílica, las riberas del Ebro y los parques, entre otros lugares.

La Policía Local de Zaragoza patrullaba en la noche del viernes por zonas habituales de botellón.
La Policía Local de Zaragoza, en una patrulla para vigilar el botellón durante un fin de semana.
Guillermo Mestre

Las próximas fechas están señaladas en rojo desde hace semanas en el calendario. No porque sean días festivos, sino por el riesgo que suponen en plena segunda ola del coronavirus. Las fiestas del Pilar están suspendidas, pero existe el temor de que ni una pandemia mundial pueda frenar la fuerza de la costumbre de algunos ciudadanos. Y más, vista la experiencia de este verano en algunas localidades aragonesas, en las que los casos se han multiplicado tras la ‘no celebración’ de las fiestas patronales.

Todas las administraciones llevan tiempo trabajando en los controles y medidas preventivas que se van a aplicar. Al ser una situación completamente nueva, es difícil prever cuál va a ser el comportamiento de la gente durante un 12 de octubre sin fiestas ni Ofrenda a la Virgen en Zaragoza. Pero ante la posibilidad de que se formen aglomeraciones en determinados momentos, se va a desplegar un amplio dispositivo policial en la capital aragonesa. La Policía Local va a sacar a la calle a todos sus efectivos distribuidos en turnos de mañana, tarde y noche, en un trabajo coordinado con los agentes de Policía Nacional. La Guardia Civil, por su parte, estará pendiente de los barrios rurales.

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Uno de los lugares que más preocupa es la plaza del Pilar y su entorno. Especialmente el día 10 (cuando tendría que haber sido el pregón) y, sobre todo, el 12, día de la Virgen del Pilar y su Ofrenda de flores. Esta semana están llegando hasta la basílica las ‘columnas’ de fieles de los pueblos cercanos que todos los años se acercan andando hasta el Pilar durante los días previos. Un hecho que hace prever que algunas tradiciones se mantienen, a pesar de la pandemia.

No obstante, el comportamiento de los ciudadanos el día grande es una incógnita. Para prevenir aglomeraciones, se van a establecer 13 puntos de control policial tanto en la plaza como en sus entradas, según apuntan fuentes policiales. Tras la Junta Local de Seguridad de esta semana, ya se advirtió de que en caso de que se produzca un exceso de gente alrededor de la basílica se cortarían los accesos a la plaza, que quedaría blindada.

En el interior del templo, el aforo será del 50%. El Arzobispado ha reclamado que sea del 75%, como en el resto de actividades culturales, pero el Gobierno de Aragón no ha accedido, al no contar con plazas preasignadas como en los citados actos culturales. Se está trabajando con el Cabildo Metropolitano para organizar los accesos y salidas del templo, ya que los servicios religiosos se han mantenido. Uno de los controles policiales se hará a las puertas del Pilar para evitar que se formen filas.

Se va a vigilar también el tránsito de personas en otros puntos habitualmente concurridos en estas fechas, como el Tubo, el paseo de la Independencia o la plaza de los Sitios. Según fuentes policiales, la costumbre de tomar un aperitivo y pasar luego por la plaza del Pilar puede hacer que las zonas de bares estén especialmente saturadas. La vigilancia especial para los puntos de ocio abarcará determinadas calles del Casco Histórico o del entorno de León XIII.

Otro de los focos de atención serán los botellones. La experiencia del verano -donde esta práctica no ha cesado pese a las sanciones- y de las fiestas de otras localidades obliga a vigilar este fenómeno, especialmente durante las noches del viernes, sábado y domingo. Aunque se tratará de controlar toda la ciudad, según señalan fuentes policiales habrá especial vigilancia en las riberas del Ebro (sobre todo en el Náutico, Macanaz y Helios) y en los ocho parques en los que proliferan estas reuniones de jóvenes: Tío Jorge, Macanaz, Parque Grande José Antonio Labordeta, Torre Ramona, Delicias, Bruil, Miraflores y Pignatelli. La Policía Nacional ha pedido al Ayuntamiento que no restrinja la iluminación de los parques durante estas noches, para evitar zonas de sombra que den cobijo a los jóvenes.

También están en el punto de mira otros dos lugares en los que se ha comprobado que en las últimas semanas se celebran botellones: el entorno del centro comercial Grancasa, en el Actur, y la plaza de Eduardo Ibarra, en Romareda.

Para intentar dejar el menor número de cabos sueltos posible, las autoridades policiales han hablado en los últimos días con los peñistas de Zaragoza (que han suspendido todas sus actividades) y también con las asociaciones de hosteleros. El objetivo es controlar las posibles reservas de grupos grandes de gente joven que quieran venir a Zaragoza, para hacer un trabajo preventivo con ellos.

Del mismo modo, se va a reforzar la inspección en los locales privados. En muchas ocasiones, apuntan las citadas fuentes, el mayor riesgo está de puertas adentro, en lugar de puertas afuera. Con el retroceso a la fase 2, el aforo en el interior de los bares se reduce al 50%, el 75% en las terrazas. Como ha sucedido hasta ahora, se vigilará su cumplimiento. Por último, tampoco se pierde de vista la posible organización de fiestas clandestinas en locales e, incluso, en naves alquiladas en polígonos industriales

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