tribunales

Condenado a 11 años por violar a su pareja en Torrellas y volver a atacarla un mes después

La víctima retiró la denuncia y renunció a cualquier indemnización, pero ello no le impidió declarar en el juicio y recordar la enorme violencia con la que fue agredida. De hecho, sufrió una grave corte en una mano al impedir que su compañero la apuñalara.

El acusado, con gafas, junto a su abogada y el intérprete, en los pasillos de la Audiencia de Zaragoza.
El acusado, con gafas, junto a su abogada y el intérprete, en los pasillos de la Audiencia de Zaragoza.
HA

Son muchas las mujeres que, tras haber sido víctimas de una agresión machista, optan por no denunciar a sus parejas o acaban renunciando a las acciones civiles o penales. Eso hizo la compañera sentimental de Petrica Ciofu, pero ello no ha impedido que la Audiencia de Zaragoza lo condene a más de once años de cárcel por darle una paliza, clavarle un cuchillo y agredirla sexualmente en el domicilio que compartían en la localidad de Torrellas. No conforme con ello, apenas un mes más tarde y sin importarle la medida de alejamiento que le había impuesto el juez, el hombre volvió a presentarse en casa de su ya expareja para agredirla de nuevo.

El acusado negó durante el juicio los hechos e insistió en que fue una relación sexual consentida, pero el tribunal confiere ahora a su testimonio la «más absoluta inverosimilitud». Ya no solo por la coherencia y rotundidad de la versión de la víctima, tanto en la fase de instrucción como durante su declaración en la vista oral, sino también por los informes forenses. Como recuerda la sentencia, la mujer presentaba numerosas lesiones, todas ellas compatibles con una agresión sexual y el intento desesperado de la víctima por repelerla. De hecho, la vecina de Torrellas sufrió una herida punzante triangular –de unos 2 o 3 centímetros por cada lado– en el dorso de la mano derecha cuando interpuso los brazos «a modo de escudo protector» para impedir que el agresor, que se había colocado encima de ella, la apuñalara.

Una opción «respetable»

La defensa aludió a la retirada de la denuncia para cuestionar la credibilidad de la víctima y solicitar una sentencia absolutoria para su cliente. A este respecto, la Sección Primera de la Audiencia Provincial le contesta que la renuncia a las acciones legales «no deja de constituir una opción totalmente respetable» por parte de la denunciante, sin entrar a valorar sus motivaciones. «Además –añade–, (la decisión) carece en sí misma de connotaciones falsarias o inverosímiles respecto de los graves hechos denunciados». Recuerda además el tribunal que la mujer «reiteró no querer cobrar indemnización alguna, pero sí que se hiciera justicia».

La Fiscalía solicitaba para Petrica Ciofu un total de 15 años de prisión: diez por la agresión sexual con penetración; cuatro por el delito de lesiones; y uno más por el de maltrato en el ámbito familiar. Sin embargo, los magistrados han rebajado finalmente la condena. No en vano, han apreciado al acusado la atenuante analógica de embriaguez, porque, si bien no hay pruebas analíticas, la propia víctima reconoció que la primera vez que la atacó llegó a casa «borracho». La defensa pretendía también que se apreciara la atenuante de dilaciones indebidas, pero el tribunal lo ha rechazado.

Dos ataques consecutivos

Los hechos por los que se condena al procesado a once años y tres meses de prisión –la sentencia todavía no es firme y cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón– se produjeron en dos fechas concretas: el 3 de abril y el 6 de mayo de 2013. El primer día, el hombre se presentó en estado ebrio en la vivienda que compartía con la víctima y le pidió que saliera a la cocina. Ella estaba en el dormitorio y se negó a levantarse, por lo que Petrica Ciofu la agarró por el pelo y la sacó a la fuerza de la cama. Una vez en la cocina, el acusado cogió un cuchillo y lo lanzó muy cerca de donde ella estaba. Acto seguido, ambos regresaron al dormitorio, donde él comenzó a darle patadas y puñetazos por todo el cuerpo. «Eres mi mujer y tengo que hacer el amor contigo», le dijo el procesado cuando le quitaba la ropa a su mujer, «mientras ella lloraba y se resistía». Finalmente, el hombre la penetró vaginalmente contra su voluntad. En cuanto se quedó dormido, ella llamó a la Guardia Civil para contarle lo sucedido.

El hombre fue detenido y el juez le impuso una medida de alejamiento que le impedía acercarse a su pareja. De nada sirvió, porque sobre las 7.30 del 6 de mayo, el ahora condenado se saltó la prohibición, se presentó en casa de la mujer y volvió a agredirla.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión