medio ambiente

La falta de oxígeno originada por los restos que arrastró la tormenta del viernes mató a los peces de Montecanal

El personal del Ayuntamiento de Zaragoza desplazado ha podido confirmar sus sospechas originales: el nivel de oxígeno en las aguas es de prácticamente cero, cuando debería ser de 8.

Un técnico toma muestras del agua.
Un técnico toma muestras del agua.
Ayuntamiento de Zaragoza

La enorme cantidad de materia orgánica de distinto tipo (acículas de pino, hojas, arena...) que arrastró la tromba de agua que cayó el del pasado viernes sobre Zaragoza y la falta de oxigeno en el agua que originó es la causa ya confirmada de la aparición de centenares de peces muertos en el la balsa de Parque de la Palabra de Montecanal.

Desde el principio esa fue la principal sospecha del personal que acudió al lugar de los hechos: una patrulla de la Unidad Verde, los servicios de limpieza y un técnico del Instituto Municipal de Salud Pública.

El análisis realizado por el Instituto Municipal de Salud Pública indica que la presencia de oxígeno en las aguas analizadas, en estos momentos, es prácticamente "cero", cuando normalmente, para permitir la vida acuática, la cantidad necesaria de oxígeno debe rondar los 8 miligramos por litro.

No se han encontrado partículas en el agua que indiquen ningún otro motivo para el deceso masivo de los peces.

El lago de Montecanal es propiedad del Consistorio, pero de la lámina de agua se encarga la junta de compensación del barrio. “No sé si será por falta de oxígeno, si habrán echado algo al agua… pero es una pena”, apunta Rosa Burgos, ecologista y secretaria de la asociación Los Sauces de Montecanal.

Tanto ella como Consuelo Andrés, su presidenta, apuntan que hasta hace un tiempo había varios surtidores tipo géiser que permitían oxigenar mejor el agua del lago. Tampoco descartaban, antes de conocer el informe municipal, que algunos de los desagües que se vierten al lago hayan podido provocar las muertes de los peces. En alguna otra ocasión ve habían visto peces muertos en este lago, pero “nunca tantos como ahora”, advierten.

Técnicos municipales investigan las posibles causas, aunque creen que lo más probable es que sea un efecto colateral de la tormenta del pasado viernes.
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