fiestas del pilar

Delegación del Gobierno prepara un dispositivo de seguridad específico para controlar el ocio en el Pilar

La Policía controlará durante el Pilar las zonas de ocio y botellón para evitar brotes como el de Ejea. La suspensión tiene un impacto económico para Zaragoza de 139 millones de euros en consumo.

Imagen de archivo de una tranvía lleno de gente durante las Fiestas del Pilar de Zaragoza.
Imagen de archivo de una tranvía lleno de gente durante las Fiestas del Pilar de Zaragoza.
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El pasado 4 de junio, el diseñador navarro Alfredo León agradecía por videoconferencia que su obra ‘Pilares geométricos’ hubiera sido elegida como cartel del Pilar 2020. En el acto, la vicealcaldesa y concejal de Cultura, Sara Fernández, aseguraba que "habrá fiestas, aunque sea de otra forma".

El Ayuntamiento mantenía así viva la esperanza de celebrar unos festejos que, sin embargo, habían sido cancelados en el resto de Aragón a lo largo del verano por la crisis sanitaria del coronavirus. La insistencia del Consistorio zaragoza, de hecho, causó malestar entre no pocos municipios de la Comunidad, que así se lo transmitieron a la Delegación del Gobierno.

El Ayuntamiento, que siempre ha advertido que los festejos de este año se acomodarían a las exigencias de Sanidad, se negaba a dar carpetazo al Pilar de este año por un doble motivo. Por un lado, su celebración supone una inyección económica para la ciudad de 139 millones de euros, según un reciente estudio, y privar a hoteles, comercios y restaurantes de al menos parte de ese negocio sería la puntilla para el sector más castigado por la crisis sanitaria.

Por el otro, las Fiestas del Pilar son, junto al área de Urbanismo del concejal Víctor Serrano, el principal escaparate político de Ciudadanos dentro de una coalición cuya presencia mediática está liderada por alcalde del PP, Jorge Azcón.

El discurso, en todo caso, comenzó a cambiar con la llegada de la denominada segunda ola, que convirtió a la comunidad aragonesa, y en concreto a su capital, en el epicentro de los contagios a nivel nacional, e incluso europeo. Fernández advirtió a principios de julio que las Fiestas del Pilar seguían en pie pero no tendrían actos multitudinarios: ni conciertos, ni cabezudos, ni recinto ferial... Poco después se dijo lo propio sobre la Ofrenda de Flores. Cultura descartó un recorrido acortado y representativo que estaba preparando para, finalmente, reducir el acto central de las fiestas a una página web en la que los ciudadanos podrán depositar sus ramos virtuales.

Junto a la Ofrenda, el Ayuntamiento mantiene la entrega de medallas y reconocimientos de la ciudad, aunque para ello habrá que trasladarla a un recinto más amplio que el salón de plenos, donde se celebra habitualmente, para cumplir con las prescripciones sanitarias. En el acto se prevé, además, dar lectura a un pregón que se emitirá por ‘streaming’ y del que todavía se desconoce a su protagonista.

Al margen de los actos simbólicos, el equipo de Sara Fernández ultima una programación cultural, juvenil e infantil que tendrá lugar en recintos cerrados para poder controlar el aforo, y que está pendiente del visto bueno de Sanidad.

El Consistorio considera que esta propuesta no se ve afectada por la suspensión de cualquier "fiesta, verbena y otros eventos populares" que el Gobierno de Aragón estableció el martes hasta fin de año. "No va a hacer ningún efecto llamada", aseguró Fernández.

Dispositivo de seguridad

En cualquier caso, tanto la Delegación del Gobierno como el Ayuntamiento mantienen una "estrecha colaboración" en las últimas semana de cara a las ‘no fiestas’ del Pilar. El subdelegado, Fernando Beltrán, y la propia vicealcaldesa han mantenido hasta tres recientes encuentros y en los próximos días se convocará la Junta Local de Seguridad.

Encima de la mesa se pondrán los rebrotes registrados en municipios como Ejea de los Caballeros o Andorra, vinculados a las ‘no fiestas’ patronales, en las que grupos de jóvenes deciden llevar la celebración a peñas, casas y locales privados. En Zaragoza, con más de 700.000 habitantes, preocupan no solo las zonas de tapas y de ocio nocturno, sino también las "concentraciones espontáneas", según fuentes de la Delegación, que ya trabaja con la Policía en un dispositivo de seguridad específico y que insiste en "transmitir el mensaje de que no hay fiestas".

Con estas restricciones, el sector servicios afronta otro golpe para sus maltrechos negocios. Según un informe de la Oficina de Análisis Económico de Zaragoza, las Fiestas del Pilar propician la creación de 1.400 empleos directos y un gasto por consumo de 139 millones de los que 64,7 proceden de los bolsillos de los visitantes.

"La suspensión de las fiestas, aunque previsible, supone un nuevo revés", señala José María Marteles, presidente de Cafés y Bares, que reclama "un plan integral de apoyo con ayudas directas, bonificaciones y exenciones fiscales y planes de promoción". En la misma, Alberto Campuzano, portavoz del ocio nocturno de la ciudad, habla de "desastre" y pide ayuda al Gobierno de Aragón.

Por su parte, los hoteles ya daban por perdido el Pilar, pero aseguran que se encuentran "al borde del colapso" y advierten de que algunos establecimientos de la capital aragonesa están abocados al cierre. "Nos preocupa qué pasará con el futuro más próximo sin congresos, eventos o visitantes", indican desde Horeca Hoteles.

Algunos gremios directamente afectados, como los floristas, buscan una solución alternativa a la suspensión de la Ofrenda. De la mano del Ayuntamiento, impulsarán una iniciativa para que los ciudadanos engalanen con ramos los balcones de sus casas. Otros, en cambio, no encuentran salida a sus negocios. Es el caso de los feriantes, que tal y como recuerda Javier Molina, responsable del recinto ferial de Valdespartera, "llevan sin trabajar desde noviembre (en Gerona) y lo están pasando muy mal". A su juicio, o se les permite tener "algo de actividad, con las medidas de seguridad oportunas" o están "abocados a desaparecer".

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