Ayuntamiento de Zaragoza

Zaragoza rinde homenaje a José de Yarza, César Boente y Joaquín Octavio de Toledo

El Ayuntamiento de la capital aragonesa reconoce el "compromiso" y "sacrificio" de los tres funcionarios en el centenario de su asesinato.

Zaragoza ha rendido un emocionado homenaje este domingo a los funcionarios municipales José de Yarza, César Boente y Joaquín Octavio de Toledo en el centenario de su asesinato a manos de un anarquista cuando reparaban el alumbrado de la ciudad. El Ayuntamiento de la capital aragonesa ha reconocido el "compromiso" y el "sacrificio" de estos tres empleados públicos que perdieron la vida en el cumplimiento de su deber.

La jornada se ha abierto a las 10.00 en el cementerio de Torrero, en la plaza de la Paz, donde se encuentra el monolito que recuerda al arquitecto municipal José de Yarza y a su ayudante, Joaquín de Toledo, los dos funcionarios que yacen en el camposanto zaragozano (César Boente no está enterrado en la capital aragonesa). José de Yarza, que se convirtió en arquitecto municipal en 1911 y que fue asesinado con solo 44 años, en plena madurez profesional, cuenta con importantes obras en la ciudad, como el colegio Gascón y Marín o la restauración del palacio de la Lonja.

En representación del Ayuntamiento de Zaragoza han asistido la vicealcaldesa, Sara Fernández (Cs), el concejal de Personal, Alfonso Mendoza (PP), y la edil Ana Becerril (PSOE), así como los funcionarios Julio López (ingeniero) y Federico Pellicer (arquitecto). Al acto han acudido varios descendientes de José de Yarza, entre otros, sus nietos Pilar de Yarza Mompeón y Fernando de Yarza Mompeón, presidenta editora y vicepresidente de HERALDO DE ARAGÓN, y su bisnieto Fernando de Yarza López Madrazo, presidente de HENNEO.

Los dos últimos han colocado la bandera de Zaragoza y unas flores en el monolito. Posteriormente, Sara Fernández y Alfonso Mendoza han depositado una corona en memoria de los trabajadores. Un sacerdote ha leído un responso en el que ha destacado que estos tres funcionarios "pusieron en riesgo sus vidas por un servicio que nadie quería hacer".

Tras el reconocimiento en el cementerio de Torrero, el homenaje se ha trasladado al paseo de la Constitución de Zaragoza, donde se ha hecho una ofrenda floral en el cenotafio erigido en esta céntrica vía de la capital en memoria de los tres trabajadores municipales.

La vicealcaldesa ha subrayado que el homenaje a los tres funcionarios era obligado en su centenario por "la entrega y sacrificio" que hicieron por la ciudad. "Es fundamental conocer nuestra historia y el legado de nuestros antepasados sigue vivo en nuestras calles. Somos lo que somos gracias a este trabajo y cuando se pasea por la ciudad se puede conocer y reconocer lo que hicieron nuestro antepasados", ha declarado. Sara Fernández también ha reconocido la contribución al patrimonio modernista que hizo el arquitecto José de Yarza, y ha insistido en recordar su "legado y la labor" que hizo por la ciudad, al igual que César Boente y Joaquín Octavio de Toledo.

Se cumplen 100 años de un atentado que conmovió a la capital aragonesa. Tres funcionarios municipales, el arquitecto José de Yarza, el ingeniero César Boente y Joaquín Octavio de Toledo, escribano, fueron abatidos a tiros cuando reparaban las farolas de la ciudad. Intentaban evitar el caos en una Zaragoza en huelga.

Sobre la ausencia de Zaragoza en Común, Podemos y Vox en el homenaje, la vicealcaldesa ha trasladado su "respeto" a las decisiones de cada grupo, pero seguidamente ha resaltado la importancia de recordar "la función pública de los tres trabajadores y su legado a la ciudad". "Cada uno es muy libre de participar o no en los homenajes, pero el trabajo por la ciudad hay que reconocerlo en todo momento", ha apostillado.

En representación de la familia del arquitecto asesinado, uno de sus nietos, Fernando de Yarza Mompeón, ha agradecido el gesto del Ayuntamiento y de los representantes de los tres grupos municipales que acudieron al homenaje y ha lamentado las ausencias, tanto de partidos con representación municipal como de los sindicatos.

“Estamos convencidos de que el deseo de nuestro abuelo hubiera sido que su muerte sirviera para que no se repitan sucesos de este tipo, que no fueran baldíos y sirvan para reflexionar”, ha aseverado. Fernando de Yarza también ha lamentado su asesinato porque se mostró convencido de que si su abuelo hubiera seguido trabajando como arquitecto municipal “la ciudad tendría otro estilo como apuntan los expertos”. Y ha añadido: “Sería distinta y posiblemente, mejor”.