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Más vigilancia y coches fuera de la Peña del Cuervo desde este viernes: las primeras medidas tras los dos ahogamientos
El Ayuntamiento ha vuelto a remitir un escrito a las autoridades competentes para que tomen medidas.
El Ayuntamiento de Zaragoza está poniendo en marcha las primeras medidas para tratar de frenar los ahogamientos en la Peña del Cuervo (Peñaflor), después de que dos jóvenes hayan fallecido en este tramo del Gállego en lo que va de verano. No tiene capacidad para prohibir ni limitar el baño, ya que es propiedad del Ministerio para la Transición Ecológica y competencia de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), pero está buscando otras estrategias para aumentar la seguridad de quienes acuden a este enclave natural. La concejal de Movilidad, Natalia Chueca, mantuvo ayer una reunión con la alcaldesa de este barrio rural, Mamen López, y acordaron aumentar la vigilancia policial y restringir el acceso de vehículos privados para tratar de rebajar la afluencia.
La medida se quiere aplicar a partir de este viernes, ya que los fines de semana es cuando se registran más aglomeraciones: se pueden llegar a juntar en la Peña del Cuervo más de 300 personas. Según explicó Chueca tras el encuentro, con el cierre del aparcamiento se quiere intentar limitar estas grandes concentraciones –además de en coche, también se puede llegar con la línea 28 del bus urbano– pero sin prohibir el acceso.
Asimismo, Chueca dijo que ha mandado otra carta –la primera la envío el mes pasado sin obtener respuesta– a las administraciones competentes para que tomen medidas destinadas, según reza el escrito, "a garantizar la seguridad de las actividades allí desarrolladas o, en su caso, a limitar o restringir su ejercicio". "No podemos asumir las competencias. Seguiremos insistiendo", declaró la edil. Por su parte, López insistió en la necesidad de colocar un cartel informativo. "Es primordial que esté, a la ciudadanía le importa muy poco qué logo haya debajo", indicó.
En este sentido, el Instituto Municipal de Salud Pública está trabajando en la recogida de muestras del agua del río a su paso por esta zona para analizar su calidad. En caso de que el estudio determinara que no es buena, el Ayuntamiento sí que tendría potestad para instalar la señal.
