coronavirus en aragón

"Todos pensamos que el verano nos iba a dar una tregua y no ha sido así. Debemos evitar que el sistema sanitario se desborde"

José Ramón Paño, médico del Hospital Clínico de Zaragoza e investigador principal del Grupo de Investigación Clínica en Enfermedades Infecciosas del IIS Aragón, hace una llamada a la responsabilidad para frenar los rebrotes e insta a su vez a la administración a flexibilizar la contratación de profesionales.

El doctor José Ramón Paño, a la salida de una guardia en el Hospital Clínico de Zaragoza.
El doctor José Ramón Paño, a la salida de una guardia en el Hospital Clínico de Zaragoza.
P. B.

La presión asistencial por la crisis del coronavirus sigue aumentando en Aragón. En apenas diez días se ha duplicado el número de pacientes ingresados en planta y en cuidados intensivos, una situación -en parte, inesperada- que preocupa -"y mucho"- a unos profesionales sanitarios que han trabajado durante meses sin descanso. 

- ¿Cómo están viviendo en los hospitales el repunte de contagios que afecta, en especial, a la comarca de Zaragoza Central?

El número de pacientes con covid-19 que requieren hospitalización ha aumentado significativamente en el curso de las últimas 3 semanas. De no existir prácticamente ningún paciente ingresado hemos pasado a tener más de 130 pacientes de forma simultánea en el momento actual. Esto unido a que la demanda asistencial por otras enfermedades no haya disminuido tan apenas, algo que si ocurrió en los meses de marzo y abril, hace que el sistema sanitario y sus profesionales estén sometidos a una gran sobrecarga que debemos evitar por todos los medios que llegue a desbordarse

- ¿Por qué cree que los datos son tan malos en la región, en comparación con otras Comunidades?

En general, en todo el país se han relajado de una manera similar las medidas de prevención de la transmisión de esta infección. Cuando no hay coronavirus circulando en una determinada comunidad o entorno, esta relajación en la aplicación de las medidas no tiene grandes consecuencias. Sin embargo, cuando en situaciones de alta incidencia como la actual se dejan de aplicar los principios básicos de distanciamiento en situación de alta incidencia, pequeños fallos tienen enormes consecuencias. En Zaragoza Central probablemente hubo a finales de junio y principios de julio un número significativo de entradas de personas infectadas procedentes de otras zonas. Pero además ha tenido que haber eventos de supertransmisión, donde un número reducido de personas puede infectar a muchas otras. Generalmente esto ocurre en espacios cerrados o abiertos donde se concentran grupos de personas. Ejemplo de estas situaciones son el ocio nocturno en discotecas, los botellones y las reuniones familiares, circunstancias en las que simultáneamente existe un aumento del riesgo de transmisión y además se baja la guardia y se incumplen las medidas de prevención.

- ¿Preocupa en los hospitales la transmisión comunitaria que hay actualmente en Aragón? ¿Se podría decir que estamos ya ante una segunda oleada?

Preocupa y mucho. La capacidad del sistema sanitario y la resiliencia de los profesionales es limitada. Es fundamental no sobrepasar estos límites de resistencia. Denominar a esta situación segunda oleada o no, desde mi punto de vista es una cuestión meramente semántica. Lo que está claro es que en muchos aspectos es similar a lo vivido entre marzo y abril.

- En los últimos dos meses, vemos que ha cambiado el perfil de los nuevos positivos: hay más pacientes jóvenes y asintomáticos. ¿Esta realidad se traslada también a las UCI? 

- El perfil del paciente ingresado es dinámico y cambia como lo hace la epidemia. A principios de julio se podría decir que la mayoría de pacientes tenían menos de 50 años. Conforme han pasado las semanas y la epidemia ha llegado a otros grupos de población, como son las personas mayores tanto en entornos familiares o residenciales, las características demográficas se modifican. Actualmente, aproximadamente la mitad de los pacientes ingresados tienen 80 o más años.

- ¿Qué mensaje le gustaría lanzar a la población para que tomase conciencia? ¿Cree que la ciudadanía le ha perdido el miedo o el respeto al virus?

- Creo que todos habíamos pensado que el verano nos iba a dar una tregua. Hemos vuelto a confundir otra vez deseo con realidad. Por otro lado, la actual situación ha puesto de manifiesto que mientras la población no sea suficientemente inmune no debemos dar ni un metro a este virus que es capaz de pasar de estar fuera de nuestro radar a una situación de transmisión comunitaria en muy poco tiempo, de una forma explosiva.

- La situación en los hospitales no mejora. Dice que es fundamental que la población extreme las medidas de prevención y evite conductas de riesgo. ¿Cuáles son esas conductas?

- No utilizar la mascarilla de una manera estricta y participar en actividades en las que se aglomeren personas a una distancia inferior a la de seguridad. Debemos ser lo suficientemente sensatos como para entender que aunque determinadas actividades no estén prohibidas, eso no quiere decir que estén exentas de riesgo y que nos las podamos permitir. En este momento no nos podemos permitir situaciones de riesgo salvo por causas muy justificadas.

"En este momento no nos podemos permitir situaciones de riesgo salvo por causas muy justificadas"

- ¿Qué nuevas unidades se han abierto en el Hospital Clínico para hacer frente a estos rebrotes? 

- En el momento actual tenemos 8 unidades de hospitalización convencional dedicadas exclusivamente a atender a pacientes con sospecha o con covid-19 confirmado.

Los datos que notifica la comunidad son desesperanzadores, a pesar de la llamada a la responsabilidad individual que hizo el Gobierno de Aragón hace ya tres semanas. Si esta realidad no cambia, ¿sería partidario de volver a un confinamiento?

- El país no puede vivir en un confinamiento permanente. Pero si los indicadores de sobrecarga del sistema sanitario anticipan un desbordamiento, no quedará otro remedio que recurrir al confinamiento. Habrá que considerar soluciones alternativas como confinamientos parciales en municipios o barrios donde exista transmisión comunitaria de alta intensidad.

"El país no puede vivir en un confinamiento permanente. Pero si los indicadores de sobrecarga del sistema sanitario anticipan un desbordamiento, no quedará otro remedio"

- La DGA lanzó esta semana un duro vídeo para concienciar a la población de la importancia de frenar los contagios. ¿A qué colectivos cree que debe llegar con más fuerza este mensaje? 

- Me parece una iniciativa estupenda. Creo que debemos concienciar a todo el mundo. En este momento de elevada transmisión comunitaria es fundamental que todos contribuyamos a minimizar el riesgo con conductas responsables. Probablemente el sector de la población que tiene una menor percepción de riesgo sean los jóvenes. Todos debemos contribuir a hacerles ser conscientes de su responsabilidad.

- Además de estas campañas de sensibilización, ¿qué otras medidas cree que debe tomar el Gobierno de Aragón para no perder el control de la situación en los hospitales? 

- Es necesario que el sistema sanitario sea capaz no solo de aumentar sino también de adaptar su capacidad de respuesta. Para ello, es preciso optimizar los recursos que tenemos, precisamente porque son muy limitados. Un ejemplo de ello son las camas de hospitalización. Es muy importante que, físicamente, en el hospital ingresen o permanezcan los pacientes que realmente se benefician de este tipo de estructura sanitaria. Para ello, habría que implementar la hospitalización a domicilio, que permite liberar camas de pacientes que, tras el período inicial del ingreso, se han estabilizado pero siguen precisando un determinado tipo de cuidados (por ejemplo, un tratamiento antibiótico por vía intravenosa). La hospitalización a domicilio también puede apoyar de forma coordinada con las estructuras asistenciales disponibles para que los pacientes con enfermedades terminales avanzadas, que estén en domicilio o en otro tipo de institución sanitaria, reciban todos los cuidados sanitarios que precisen "in situ", evitando el desplazarles de su entorno habitual. Este tipo de asistencia sanitaria ha demostrado ser muy eficiente y tener un alto grado de aceptación por el usuario en los sectores sanitarios en los que se ha puesto en marcha y podría ser de gran utilidad donde todavía no está disponible.

- Respecto a la falta de profesionales, ¿qué soluciones habría que adoptar en un momento tan complicado como este?

- Sabemos que vamos a tener que convivir con este virus durante más tiempo del que nos gustaría y que esto va a suponer un aumento de la demanda de asistencia sanitaria. Para dar respuesta a este aumento de la demanda sanitaria es necesario incorporar nuevos profesionales al sistema. Para ello, es fundamental que la administración sea capaz de flexibilizar el sistema de contratación de profesionales sanitarios. Es muy duro ver cómo excelentes profesionales sanitarios formados en nuestra comunidad reciben ofertas antes y en condiciones mucho más favorables de otras Comunidades Autónomas que de Aragón.

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