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En bici por la ciudad: los 'Tourmalet' de Zaragoza

La capital aragonesa, particularmente llana, es una bendición para los amantes de las dos ruedas. Sin embargo, estos días de calor se hacen más duros sus cinco 'puntos negros' en forma de cuesta. Son estos.

Parte alta de la avenida de San José, una de la que más atropellos registra.
Parte alta de la avenida de San José de Zaragoza, un reto para el ciclista.
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Fernando Fernán-Gómez acuñó eso de que 'Las bicicletas son para el verano', aunque en estos días de calor, en Zaragoza, se haga difícil corroborarlo. Y eso que bien se podría emular el famoso título de la obra de teatro diciendo que 'Las bicicletas son para Zaragoza'. Efectivamente, la orografía, eminentemente llana de la capital aragonesa, es ideal para andar en bici. Tanto o más que otras ciudades comúnmente admitidas como un paraíso para el ciclista, como Ámsterdam. "Allí, cuando sopla el viento, sopla más que aquí", asegura por experiencia Javier Tello, uno de los responsables de Zaragoza en Bici, una entidad ciudadana que tiene como objetivo mejorar la experiencia de los ciclistas en la capital aragonesa. 

Tello destaca que Zaragoza es "muy cómoda, prácticamente plana". Pero no se libra de algún que otro repecho que, por suerte, se pueden contar, literalmente, con los dedos de una mano.

El primero que le viene a la cabeza a Tello es el que lleva desde la avenida de Goya, por Cuéllar, hasta Torrero. "Es el barrio más alto de la ciudad y allí los bicicleteros tendrán por fuerza que tener buenas piernas", bromea Tello. "El que estos días se suba la cuesta de Cuéllar a las tres de la tarde... ¡ole!", añade. 

No se queda atrás otra clásica cuesta de las que cuestan: la de uno de los extremos de la avenida de San José.

Las hay menos evidentes, pero con no poca capacidad rompepiernas. Una es la cuesta arriba que une la avenida de Navarra con la Vía Hispanidad a su paso por el centro comercial Augusta. Otra, la que lleva desde la plaza de Europa al paseo de María Agustín. Por último, completando el quinteto de estos 'puertos' urbanos está el paso desde la Vía Hispanidad hacia el cementerio pasando por el Hospital Militar. "Un recorrido que además no tiene sombra", apunta Tello.

Ya fuera del centro, otro mito destrozapiernas cuyo nombre popular no puede ser más gráfico: la cuesta 'arrancapedos'. Se encuentra en las inmediaciones del Parque de Atracciones y es también conocida como la Cuesta del Legionario.

Este condicionante, el del sol de justicia, podría suponer una sexta cuesta virtual de la que, sobre todo si el ciclista usa la bici como medio de transporte habitual es difícil zafarse.

Así, hay algunas cuestiones que estos días de climatología extrema conviene tener en cuenta. Particularmente en las zonas menos protegidas contra el sol de Zaragoza, como el es caso, apuntan en Zaragoza en Bici, de la avenida de Goya o de ciertas zonas de la ribera, en el paseo de Echegaray y también en la margen izquierda, donde los árboles se plantaron en la Expo y aún no son lo suficientemente frondosos como para proteger al caminante o al ciclista.

Aparte de los consejos genéricos ante una ola de calor, desde el punto de vista técnico, Tello recomienda estos días estar atento a los neumáticos. "Normalmente, si se hinchan a la presión que indica el fabricante, con las altas temperaturas el aire se caliente dentro de la cámara y se expande aún más, pudiendo dar lugar a pinchazos o a que se raje la rueda".

También aconseja vigilar los frenos en el caso de que sean hidráulicos. En ese caso, el líquido puede calentarse, de manera que los frenos se vuelvan más duros. "No es algo muy llamativo, quizá se trate solo de unos milímetros, pero para el conoce su bici, se nota", advierte Tello.

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