El «innovador» modelo urbanístico para la construcción de pisos asequibles en régimen de cesión de uso que impulsó Zaragoza hace dos años no ha obtenido los resultados esperados. El anterior gobierno de ZEC licitó entonces la construcción de 90 pisos de protección oficial en tres suelos municipales, que se prestaban durante 75 años a las cooperativas interesadas para abaratar los costes. Además, se premiarían aquellos proyectos que incluyeran edificios con espacios comunes. Sin embargo, la falta de interés ha hecho renunciar ya a dos de los tres adjudicatarios.

El Consistorio lanzó la licitación en 2018 para la construcción de 64 viviendas en un solar municipal de la avenida de Cataluña, 12 en la calle de San Blas y otras 14 en la de Mariano Lucas (en el Arrabal). Podían optar cooperativas que presentaran un proyecto en el que primase el uso compartido de espacios. A cambio, el Ayuntamiento se quedaba alguno de los pisos.

Los cooperativistas debían cumplir una serie de requisitos, como que el piso fuera su residencia habitual y que la renta familiar no superase 4,5 veces el Iprem. A lo largo de los 75 años podrían vender la vivienda, pero el comprador debería convertirse en cooperativista.

Sin embargo, unas semanas antes de la declaración del estado de alarma por el coronavirus, el actual gobierno PP-Cs aceptó la resolución del contrato planteada por la cooperativa Oroel 2008 (Gestihabitat), que debía impulsar la construcción de los pisos de la avenida de Cataluña, ya que solo habían logrado reunir a 16 interesados. Ahora, la parcela ha salido de nuevo a licitación pero abierta a promotores con ánimo de lucro.

Exigentes requisitos

Los afectados por el fracaso del anterior proyecto señalan que los promotores debían garantizar la inversión de forma íntegra desde el inicio, lo que supuso una barrera insalvable. Así lo confirma José Luis Moriano, responsable de Ecocivic, la adjudicataria que debía construir los 14 pisos del Arrabal y que también se vio obligada a renunciar. «Los hemos intentado pero la idea no ha cuajado», reconoce. En cualquier caso, defiende que el modelo de las viviendas colaborativas ofrece unas ventajas por las que sí han logrado arraigar en otros países. «Es una fórmula interesante para la población más joven y la más mayor en estos tiempos de crisis», apunta.

En cualquier caso, al menos una de las tres promociones mantiene la esperanza. Desde Asesco, la adjudicataria de 12 viviendas en la calle de San Blas, confirman que siguen buscando personas interesadas. «El proceso va lento, pero seguimos adelante», señalan fuentes de esta organización.

Finaliza la rehabilitación de la Imprenta Blasco, con 26 pisos

Por otro lado, el Ayuntamiento ya ha recibido la obra de rehabilitación de la antigua Imprenta Blasco, en la que se han ejecutado 26 pisos que pasarán a manos de la sociedad municipal Zaragoza Vivienda para su alquiler social. En concreto, la UTE Residencial Los Prunos-Mariano López Navarro ha sido la encargada de llevar a cabo el proyecto de reforma del histórico inmueble, en la calle del Ecce Homo, por algo más de 2 millones de euros. A cambio, y tras abonar 117.474 € por la diferencia de valor, la empresa constructora ha recibido una parcela municipal en Valdefierro con capacidad para un edificio de 62 pisos.

El proyecto de reforma, impulsado por el anterior gobierno de ZEC, contempla 26 viviendas de entre uno y tres dormitorios para alquiler social (siete apartamentos en cada una de las tres primeras plantas y cinco más en la cuarta). Además, el Consistorio conservará la planta calle, en la que está previsto ejecutar un equipamiento municipal, posiblemente un museo, que no será una realidad antes de 2022.