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La movilidad compartida retoma el pulso y se afianza como alternativa al transporte público en Zaragoza

Las restricciones al bus y al tranvía devuelven el protagonismo a bicis, motos y patinetes para los traslados urbanos. Las empresas notan mejoría, pero aún están lejos de la situación precovid.

Un joven circula en patinete por Zaragoza.
Un joven circula en patinete por Zaragoza.
Oliver Duch

Las empresas de movilidad compartida de la capital aragonesa están retomando el pulso tras el parón del confinamiento. Todas las que han vuelto a desplegar sus vehículos están notando una tendencia al alza, aunque los casos son bastante dispares: mientras algunas no logran recuperar los clientes previos a la pandemia, otras superan ya de forma holgada su demanda anterior. El coronavirus ha supuesto un antes y un después en muchos aspectos y ya está cambiando el panorama de la movilidad urbana. No obstante, las características de los viajes han cambiado y parece que los usuarios han dejado de ser esporádicos para volverse habituales.

En total, en Zaragoza trabajan siete compañías de vehículos compartidos –que se suman al servicio municipal Bizi gestionado por Clear Channel– y aglutinan patinetes, bicicletas, motos e, incluso, coches eléctricos con la recién incorporada Alma Mobility. Las medidas de seguridad y las restricciones de aforo en el transporte público –de nuevo en vigor con el retroceso a la fase 2–, han motivado que algunos ciudadanos se decanten por utilizar cada vez más estas opciones.

Viajes más cortos

En la empresa de patinetes Reby, una de las primeras en asentarse en la ciudad, observan diferencias en el comportamiento de sus clientes que hacen pensar en un desplazamiento de los viajes cotidianos hacia la modalidad compartida. «Antes el uso era más esporádico y ahora es más frecuente. Además, los viajes son más cortos que antes, por lo que notamos que se va consolidando como un modo más rutinario», apuntan desde la compañía, aunque inciden en que es pronto para sacar conclusiones seguras.

No obstante, desde Reby consideran que la movilidad aún es escasa ya que se sigue fomentando el teletrabajo y, aunque «la curva es positiva», se encuentran todavía lejos de la demanda precovid. Por eso, de momento solo han sacado a la calle 400 de los 850 patinetes que les permite el contrato, e irán incorporando el resto de forma progresiva. En Muving también observan que el uso de sus motos, pese a que se incrementa día a día, sigue siendo bajo –aproximadamente un 40% menor que en febrero–. «Hemos sacado a la calle todos nuestros vehículos, pero al cliente todavía le seguimos esperando», lamentan.

Sin embargo, en Acciona, la otra empresa que trabaja con motocicletas, la situación es diferente. Según aseguran, la demanda «no solo se ha recuperado, sino que ha crecido» y actualmente hacen un 20% más de viajes diarios que antes de la pandemia, pese a que han reducido su horario de funcionamiento para garantizar la desinfección. La compañía aragonesa de bicicletas Electric RG es otra de las que está mejor ahora que antes. El periodo de confinamiento les permitió trabajar en la puesta en marcha de su nueva aplicación: ECO BLU. Durante estas últimas semanas han registrado una media de 90 viajes diarios cuando anteriormente se hacían menos de la mitad, según cuenta uno de sus fundadores, José Baigorri. «Estamos muy contentos, estamos viviendo un aumento de la demanda muy alto», señala. Además, ya han pasado de tener 40 vehículos a 180.

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