El pequeño comercio teme sufrir pérdidas similares a las del estado de alarma

La Federación de Empresarios de Zaragoza lamenta el «nuevo mazazo» y pide ayudas directas ante los nuevos aforos

El paseo de la Independencia de Zaragoza, en una imagen de archivo
El paseo de la Independencia de Zaragoza, en una imagen de archivo
Guillermo Mestre

Los autónomos y pequeños comerciantes temen que las restricciones de aforo provoquen consecuencias económicas similares a las que se vivieron durante el periodo de confinamiento, y que todavía están arrastrando. Las tiendas de moda, electrónica, fruterías, peluquerías y todo tipo de establecimientos de Zaragoza –y de todas las comarcas que han retrocedido a la fase 2– se encuentran ya bajo las nuevas limitaciones impuestas por el Gobierno de Aragón para tratar de frenar la propagación del coronavirus. Ayer no registraron una elevada actividad, aunque fue similar a la que se vivió en jornadas anteriores. Desde la Federación de Empresarios del Comercio de Zaragoza (ECOS) lamentaron este «nuevo mazazo» al sector y pidieron de nuevo ayudas directas a las administraciones públicas.

A la entrada de los establecimientos, los carteles que anuncian el número máximo de personas que pueden estar al mismo tiempo en su interior –y que se han vuelto ya tan habituales– han tenido que ser modificados de nuevo para adaptarse a la restricción del 40%. Para algunos, no obstante, el aforo de su local es de por sí tan reducido que la nueva orden de la DGA no ha supuesto ninguna modificación. Es el caso de la Floristería Zentro, ubicada en la calle de León XIII, donde su propietaria, Mari Carmen Higueras, atiende solo a una persona cada vez. Desde que reabrió el negocio tras el confinamiento, Higueras estableció por precaución este límite. 

En su caso, la afluencia de clientes continúa muy por debajo de los niveles anteriores al estallido de la pandemia, por lo que recibe el cambio de fase sumergida ya –como la gran mayoría de comercios– en una situación poco deseable. «Puede que sea porque en esta zona hay mucha gente mayor y no salen por miedo o precaución, pero hay pocos clientes», indicó Higueras, que apuntó que las ventas en su floristería se encuentran un 40% o 50% por debajo de lo que era habitual.

Por ello, el presidente de ECOS, José Antonio Pueyo, volvió a pedir ayudas directas para afrontar este paso atrás, que supone un «nuevo mazazo» a la situación que atraviesan tanto este sector como el hostelero. «No puede ser que los que sufren económicamente las consecuencias del menor aforo no tengan apoyo», lamentó. Pueyo explicó que «la confianza del consumidor ha descendido» y que «los comercios viven de las personas que circulan por la vía pública», por lo que consideró que «hasta que no se restablezca la seguridad sanitaria no se reactivará el consumo y la economía».

No obstante, la situación, señaló Pueyo, es significativamente diferente según el tipo de comercio. Mientras que algunos como los dedicados a la alimentación, los artículos del hogar o el deporte puede que vean incluso crecer sus ventas, otros como las peluquerías o los centros de estética podrían verse especialmente afectados por la limitación del ocio y volver, en parte, a las consecuencias de del confinamiento. «Algún establecimiento puede tener tentaciones de no abrir este verano o de volver a la cita previa», añadió.     

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