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Condenado a prisión el jubilado de Zaragoza que «enredó sin maldad» con un menor

La Audiencia le impone 3 años y medio de cárcel por abusar repetidas veces del chaval, que tenía 15 años y un ligero retraso mental.

El acusado, este lunes, en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El acusado, este lunes, en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Guillermo Mestre

Lo que para un jubilado del barrio de Las Fuentes de Zaragoza fueron «meros juegos» sin «intenciones sexuales» con un «amigo» acaban de ser calificados por la Audiencia Provincial como un delito continuado de abusos sobre un menor de 15 años. Y de ahí que condene al agresor a tres años y medio de cárcel y otros cinco de libertad vigilada cuando cumpla la pena. Porque, de no prosperar un presumible recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA), la avanzada edad del encausado (76 años) no le impedirá acabar en una celda del centro penitenciario de Zuera.

Como se desprende de de la sentencia, los magistrados de la Sección VI no comulgan con la cándida versión de los hechos que Miguel S. S. ofreció durante el juicio, celebrado el pasado lunes. El jubilado dijo que el chaval y él «enredaban» pero «sin maldad». «Nos llevábamos muy bien. Íbamos a pasear o a la piscina de la Granja y enredábamos en las duchas, pero eran todo juegos, nada de barbaridades. Fue una cosa inocente», manifestó varias veces el hombre al ser interrogado por unos hechos que se produjeron durante el verano de 2017.

Sin embargo, el tribunal entiende que el acusado actuó guiado por un ánimo lascivo y que se aprovechó del chico para someterlo a tocamientos en un número «indeterminado» de ocasiones. Porque si bien no se ha podido precisar cuántos fueron los encuentros, tanto la víctima como el amigo que estaba con él en casa del acusado cuando lo detuvo la Policía aseguraron que no era la primera vez que subían a dicho domicilio.

El fallo recuerda que el encausado bajaba los pantalones al chaval para practicarle tocamientos en sus partes íntimas, «consiguiendo que el menor hiciera lo mismo con el propio acusado» . Y aunque, basándose en las testificales que se practicaron durante el juicio, el tribunal no puede ir más allá, no obvia en su sentencia que el relato de la víctima en comisaría fue más crudo, llegando a hablar de masturbaciones.

«Intensa vergüenza»

En cuanto al ligero o moderado retraso mental que presenta el menor, recuerdan la Audiencia de Zaragoza que, pese a la reiteración de los abusos, no requirió tratamiento psiquiátrico ni psicológico. La psicóloga forense no halló síntomas de estrés postraumático ni niveles de ansiedad ni reexperimentación de lo vivido. Lo único que detectó fue cierto malestar emocional al hablar de lo ocurrido, pero no por miedo, sino porque experimenta una «intensa vergüenza» por su madre.

Por tal motivo, recomienda ahora la sala la inclusión del joven en programas formativos que contribuyan a desarrollar sus capacidades y una mayor autonomía.

Cuando declaró ante el tribunal, el menor aseguró que Miguel S. S. le «obligaba», pero no supo precisar cómo lo hacía: «Me decía, haz esto, y yo lo hacía». Lo que negó el menor fue que pidiera dinero por dejarse tocar, aunque admitió que unos amigos suyos sí que trataron de extorsionar al jubilado exigiéndole un pago para no denunciar lo que hacía. Esa presunta extorsión está siendo investigada por un juzgado.

La defensa, a cargo del letrado Víctor Laguna, había pedido la absolución por no hallar pruebas de cargo, sin solo versiones contrapuestas.

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