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Reescalada en Zaragoza: "El regreso a la fase 2 ha sido como una bofetada"

Casi dos meses después de estrenar la fase 2 por primera vez, Zaragoza se encuentra inmersa de nuevo en ella desde hace una semana. En bares y comercios aseguran que es "peor" que la anterior.

En la Taberna Las Lanzas de la calle de Mefisto de Zaragoza lamentan el retroceso de fase.
En la Taberna Las Lanzas de la calle de Mefisto de Zaragoza lamentan el retroceso de fase.
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El 25 de mayo dimos los primeros pasos en la fase 2. Ese lunes se esfumaron por fin las restricciones por franjas horarias -salvo en la reservada a mayores de 70 años y los más vulnerables- y aumentó el aforo en lugares públicos, entre otras medidas. Un prometedor día que ni la necesidad de vestir chubasquero y cubrirse con paraguas nos impidió tomar un café en un bar bajo techo, ya que esa jornada las puertas de los bares también se abrieron para consumir en su interior. Una opción que se agradeció dado el contexto meteorológico.

La coreografía que bailamos al caminar por la calle, con un lado de la vía en cada dirección, se olvida a veces y los pasos de la llamada 'nueva normalidad', que permaneció vigente durante unas semanas, han borrado los monigotes pintados en el suelo. También las marcas a las puertas de los supermercados, que en la actualidad han perdido su función, porque cada vez podemos permanecer más personas al mismo tiempo.

"Nos cancelaron un centenar de reservas entre el viernes y el domingo pasado"

Casi dos meses después regresamos a los bares y comercios que ese día que se inauguró la fase dos por primera vez. En el comedor de la Taberna de las Lanzas, en la calle de Mefisto de la capital aragonesa, ese día había menos mesas y más gente que este martes. De hecho, en esta ocasión no hay nadie. "No quieren ni pisar el comedor", lamenta Miguel Ángel Nicolau. Este profesional de la hostelería apela al "miedo" que sienten los ciudadanos tras el retroceso a fase 2 'flexibilizada'. Ese sentimiento se traduce en la agenda del establecimiento: "Nos cancelaron un centenar de reservas entre el viernes y el domingo pasado". Y, por tanto, también en la caja: "De la semana anterior a la pasada habremos perdido unos 10.000 euros". La barrera de banquetas junto a la barra para evitar que alguien se recline sigue inmóvil, "aunque no hay opción de que nadie se apoye porque no entran".

En el exterior, la terraza está menos concurrida -"nos han quitado mesas", indica Nicolau- que el 25 de mayo, aunque ellos son los únicos clientes que se toman el café a hora punta. Hace dos meses las palabras de moda eran ERTE, estado de alarma, coronavirus, desescalada, uci o residencias. Se mantienen la mayor parte, aunque se han añadido "vacaciones", "apartamento", "playa" y "piscina". Este es uno de los veladores que sobreviven en la zona, ya que cuatro bares y restaurantes del entorno de la plaza de los Sitios permanecen con la persiana abajo y el mobiliario de la terraza recogido.

"No volvieron tantas oficinas como parecía, la mayoría ha continuado con el teletrabajo"

Los 22 días de la 'nueva normalidad', un puente entre ambas fases, fueron un oasis aunque con cierta impresión de espejismo. "No volvieron tantas oficinas como parecía, la mayoría ha continuado con el teletrabajo. Y las pocas que regresaron ahora han empezado la temporada de vacaciones", explica Nicolau. Unas calles más allá se comparte el razonamiento. "Además, ahora llevan el horario de verano", añade Zarina Sachez, del Petit Comité. En este establecimiento situado en la calle de Hernando Aragón detallan que el trabajo se intensifica más de lunes a jueves, ya que los fines de semana los ciudadanos aprovechan para viajar.

Zariela Sáchez, del Petit Comité, asegura que esta fase 2 es "peor" que la de hace dos meses.
Zarina Sachez, del Petit Comité, asegura que esta fase 2 es "peor" que la de hace dos meses.
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Al otro lado de la barra del Petit Comité reconocen que las diferentes fases del plan de desescalada se notaron positivamente, en parte gracias al aumento del aforo. No obstante, el retroceso ha sido “horrible”. "La vuelta a la fase 2 ha sido como una bofetada en la cara, ha sido peor que la de mayo", determina Sachez. En ambos bares resaltan la frecuencia policial para comprobar el uso obligatorio de la mascarilla y que se respete el número de mesas de las terrazas. "Pasan cada 25 minutos", concretan. Los agentes recuerdan a los dueños de los establecimientos, y estos a su vez a los clientes, que solo pueden quitarse la mascarilla en el momento de beber o comer, pero no deben hablar sin ella puesta.  

Las patrullas de la Policía Local también se divisan en la plaza del Pilar. Esta vez sin filas a las puertas de la basílica, a diferencia del día que se estrenaba la fase 2. La indicación de "ocupen los lugares marcados con una X" se ha levantado y ahora se esconde bajo una tira adhesiva. No obstante, el resto de las medidas continúan en vigor, como mantener la distancia de 2 metros o confiar la paciencia y comprensión de los visitantes. A finales del mes de mayo en su mayoría eran feligreses, sin embargo, este martes también se difuminan turistas con acentos andaluces o que alaban los frescos del Pilar con piropos en francés.

Un par de los veraneantes que aprovechan estos días para conocer Zaragoza salen de la oficina de turismo de la plaza del Pilar, junto a la Delegación del Gobierno, a la par que una guía protegida con mascarilla, pantalla y guantes. Las explicaciones por la ciudad han regresado y ahora es usual ver a grupos en las plazas del Casco Histórico. En el interior del 'cubo' se ven las mismas que se instalaron para llegar a la fase 2, como las mamparas.

Alguna tienda de recuerdos ha cambiado el cartel de "nos vemos pronto" o "hasta la vuelta" por “se traspasa”. El pequeño comercio ha sentido más el retroceso a la fase 2 que las medianas y grandes superficies. En el establecimiento de Mango del paseo de la Independencia, donde también estuvimos ese 25 de mayo, las restricciones se han reducido. Ese día había que entrar por la sección de caballeros y salir por la de señoras, ahora se puede entrar y salir por la misma. La columnas de gel hidroalcóholico se mantienen en el mismo lugar y una dependienta a las puertas del comercio aconseja rociarse las manos con la disolución.

Los letreros de "ahora a 14,99 euros" comparten burro con los de "new now" -'nuevo ahora'-. Esta temporada las rebajas casi se adelantaron a los bañadores que este caluroso martes tanto se demandaban.

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