TRIBUNALES

Un acusado de abusos sexuales a un menor en Zaragoza dice que eran "meros juegos"

El procesado, que se enfrenta a tres años y medio de cárcel, denunció luego al chico y sus amigos por extorsión

El acusado, este lunes, en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El acusado, este lunes, en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Guillermo Mestre

Miguel S. S., de 76 años, aseguró este lunes en la Audiencia Provincial de Zaragoza que los encuentros que tuvo durante dos meses del verano de 2017 con un menor de 15 años fueron "meros juegos" sin "intenciones sexuales". El jubilado, que se enfrenta a tres años y medio de prisión por un delito continuado de abusos sexuales consistentes en tocamientos, insistió en que el chaval y él eran "amigos" y que "enredaban" pero "sin maldad".

"Nos llevábamos muy bien los dos. Íbamos a pasear o a la piscina de la Granja, y en las duchas enredábamos, pero eran todo juegos, nada de barbaridades. Fue una cosa inocente", manifestó varias veces. Miguel S. S. reconoció que el menor acudió también a su domicilio. "Pero allí no hacíamos nada", dijo. En ocasiones lo invitaba a comer porque en su casa lo pasaban "mal".

El menor, por su parte, declaró que el acusado le tocaba sus "partes íntimas". Indicó que Miguel S. S. le "obligaba", aunque al preguntarle cómo lo presionaba solo supo decir: "Me decía, haz esto, y yo lo hacía". Negó que le pidiera dinero, aunque admitió que unos amigos suyos sí que exigieron que les pagase ciertas cantidades bajo la amenaza de denunciarlo. Esa presunta extorsión está siendo investigada por un juzgado.

En una ocasión fue a casa con un amigo, que ayer declaró tras ser conducido desde la prisión de Zuera. Este joven manifestó que el día que lo acompañó presenció cómo Miguel S. tocaba al menor en las "piernas", señalándose la zona de las ingles.

"¿Y a usted le hizo tocamientos?", le preguntó el fiscal. "¡A mí no! ¡a mí no!", exclamó. "Yo le pego si lo hace", añadió. Explicó que al ver eso, se levantó y se marchó y dejó a su amigo allí, al que dijo que vio "bien". Del chantaje que luego hicieron al acusado dijo no saber nada.

La psicóloga que entrevistó al menor para valorar la afectación que le había causado señaló que tenía un retraso mental leve y un nivel de inteligencia bajo y poca formación académica. Todo esto junto supone que tiene dificultades de abstracción y para enfrentarse a situaciones sociales complejas. La psicóloga forense no halló síntomas de estrés postraumático ni niveles de ansiedad ni reexperimentación de lo vivido. Lo único que detectó fue cierto malestar emocional al hablar de lo ocurrido, pero no por miedo, sino porque experimenta una "intensa vergüenza" por su madre. El joven no ha requerido tratamiento psicológico.

El abogado de Miguel S. S., Víctor Laguardia, pidió su absolución alegando que no hay pruebas, solo dos "versiones distintas", y que, en el peor de los casos, habría un único delito de abusos.

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