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Pena de cárcel por la incursión nocturna de un joven y tres menores en Gran Casa

Desvalijaron una tienda de bisutería de la que se llevaron un botín valorado en 11.000 euros. El mayor tiene 20 años y el más pequeño, solo 12.

El único adulto de los cuatro asaltantes, ayer, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
El único adulto de los cuatro asaltantes, ayer, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
HA

La Audiencia de Zaragoza sentó este jueves en el banquillo de los acusados a Rafael B. M, el mayor de los cuatro chavales que hace ahora un año se colaron de madrugada en el centro comercial Gran Casa para desvalijar uno de los puestos de bisutería ubicados en el pasillo central y hacerse con un botín de más de 11.000 euros. El más joven de los intrusos tenía tan solo doce años, edad que le exime de cualquier responsabilidad penal, pero los otros dos superaban los 14 años y serán juzgados en otro juicio como menores.

La Fiscalía pedía inicialmente tres años de cárcel para el adulto, que al reconocer los hechos verá reducida la condena a 15 meses. Y como carece de antecedentes penales, ni siquiera llegará a pisar la prisión. La Policía Nacional logró recuperar muchos de los collares, pulseras o anillos sustraídos, que fueron devueltos al dueño de la tienda. En cualquier caso, para cerrar el acuerdo, el encausado tuvo que comprometerse a pagar las piezas que faltan, así como los daños causados.

Por extraño que parezca, los jóvenes no tuvieron demasiados problemas para colarse en el centro comercial. Tras empujar y sacar de su carril una de las puertas de cristal de la calle de Gómez de Avellaneda, estos se aprovecharon de su pequeña corpulencia para acceder por un hueco al edificio. Una vez dentro, reventaron la cerradura de los expositores de la tienda y se llevaron todo lo que pudieron.

El asalto se produjo sobre las 5.30 y fue recogido por las cámaras de seguridad del Gran Casa, lo que permitió alertar enseguida al 091. Los ladrones huyeron en dirección hacia la calle de Clara Campoamor, por lo que una patrulla peinó la zona en busca de sospechosos. Y así fue como dieron con los cuatro jóvenes, a los que el visionado de las grabaciones permitió identificar después sin ninguna duda como los autores del robo.

Los delincuentes no portaban encima el botín, pero las pesquisas posteriores permitieron localizar después la bolsa donde habían metido la bisutería escondida en una zona ajardinada de la calle de Jorge Guillén. Al proceder a su detención, Rafael B. M., de 20 años, se abalanzó sobre uno de los agentes. Pero ello no impidió que acabara en el calabozo. El más joven del grupo fue entregado a sus padres, mientras que los otros dos quedaron a disposición de la Fiscalía de Menores.

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