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Las últimas clases presenciales de la Universidad de la Experiencia
La UEZ, que abría su plazo de inscripción este lunes, 15 de junio, será de forma online el próximo curso.
Miércoles, 5 de febrero. Cuando queda algo más de media hora para que el reloj marque las 5 de la tarde los primeros alumnos de la Universidad de la Experiencia de Zaragoza (UEZ) comienzan a hacer su llegada a la facultad de Medicina de la capital aragonesa. Poco a poco, el hall se va llenando de actividad y de una vida inusitada. Con una puntualidad asombrosa, el grupo comienza a disolverse mientras los alumnos se dirigen a sus respectivas aulas.
Como si de una clase habitual de la universidad se tratase, aunque con menos tecnología, sobre la mesa, cuadernos, libretas y bolis. Hay quienes se afanan en tomar apuntes mientras otros prefieren limitarse a escuchar al profesor. Hoy toca hablar del etiquetado de alimentos de la mano de Agustín Ariño y el clima es de máxima concentración. Lo único que cambia es la edad media del alumnado pues, en este caso, va de los 55 a los 75 años.
Sin lugar a dudas, la afirmación de que el saber no tiene edad se confirma en este espacio. La interacción y las dudas son constantes y los profesores coinciden en destacar que se trata de un alumnado “muy ilusionado y verdaderamente agradecido”. Dentro del grupo, formado por unos 80 estudiantes, aseguran que uno de los alicientes de la UEZ es, sin duda, la combinación de conocimientos y socialización, les permite “pasar un rato entretenido fuera de casa”, como explica David R. Tarrío, delegado del curso de 1ºB.
Sin embargo, ese miércoles nadie podía intuir que tan solo un mes después se cancelarían todas las clases debido llegada del coronavirus. Y esta era tan solo una de las primeras consecuencias de la pandemia. La UEZ anunció hace unas semanas que modifica su tradicional formato presencial por el online. Una noticia que causó un gran revuelo entre los casi 2.500 alumnos de la universidad que se dividen en 16 sedes.
A sus 62 años, Tarrío asegura que es uno de los alumnos más jóvenes del grupo, del que destaca la estrecha relación que se ha creado entre ellos. En su caso, la UEZ fue un sueño cumplido. “Toda mi vida he sido tornero de control numérico, pero tenía ganas de aprender más y de ir a la universidad. En nuestra clase hay de todo, como en botica. Gente que se jubila y no quiere ver los días pasar, personas con mucha curiosidad y quienes vienen para conocer gente y pasar el rato”, explica. Sin embargo, varios alumnos coinciden en que el hecho de ser un grupo tan heterogéneo es muy enriquecedor para todos.
“Vamos a clase de martes a jueves de 5 a 7, pero también hemos organizado quedadas y salidas culturales, siempre nos dicen que somos un grupo de armas tomar”, asegura el delegado. Precisamente por eso no sorprende el hecho que, ante el anuncio del cambio de formato y para evitar que la gente “se descuelgue”, decidieran ponerse manos a la obra. “El primero que nunca se había conectado a una de estas plataformas soy yo pero empezamos con las pruebas y ha sido fabuloso. De hecho vamos a seguir manteniendo reuniones semanales de este tipo. Tenemos que ir por delante de la Universidad”, admite Tarrío, que a su vez lamenta que tan solo se haya logrado movilizar, por ahora, a un tercio de la clase.
Un reto por partida doble
“Muchos compañeros se desapuntarán porque preferían las clases en directo, venían también para pasar la tarde y juntarse con los compañeros”, reconoce Ana L. A. zaragozana jubilada que tras toda una vida dedicada a la Administración Pública decidió volver a la universidad a los 62 años para enriquecerse y “seguir en activo”. “En su momento estudié Bellas Artes, pero siempre he tenido ganas de seguir aprendiendo y, de paso, conocer gente nueva”, reivindica.
En su caso, esta alumna destaca la labor del profesorado. “Se implica muchísimo y nos motiva para hacer cosas, organizar salidas y aplicar los conocimientos en nuestro día a día”, reconoce la zaragozana que valora positivamente que la UEZ haya tomado la determinación de adaptar las clases “por el bien y la seguridad de todos”, en lugar de cortar la actividad. “La pena es que muchos compañeros no van a seguir o bien por falta de medios para seguir las clases o porque realmente venían por salir de casa y relacionarse y no quieren pasar la tarde delante de una pantalla”, concluye.
El formato de este año no seguirá con el habitual sino que se trata de un curso de transición dividido en ramas de conocimiento. “Lo que han hecho ha sido dividirnos en 5 grupos, aunque creo que perdemos una parte importante al hacerlo online pero es mejor que perder las clases”, opina José Antonio Herrero (64) que, en su momento, estudio Geografía y Arte en la universidad: “La verdad es que tenemos asignaturas de todo tipo y muy curiosas como Paleontología, Astronomía o Veterinaria, cosas que de otra forma jamás conoceríamos y que son muy útiles en nuestro día a día”.
“Muchos compañeros tienen miedo de meter la pata o romper algo. ¡Si se estropea el ordenador se lleva al informático y ya está! Es importante que nos quitemos ese miedo y nos adaptemos a lo que toca”, reivindica Herrero. Algo de lo que él sabe mucho pues al tener a sus dos hijos fuera de España, las nuevas tecnologías se han convertido en fieles aliadas a la hora de acortar distancias en su familia.
“Todo vale, menos rendirse”
Este lunes, 15 de junio, se abría el periodo de inscripción para el nuevo curso asegurando que la oferta online no afectará al desarrollo curricular de los alumnos, “que podrán retomar sus estudios presenciales en el punto en el que los dejaron si para el curso 2021-2022 lo permiten las autoridades sanitarias”. Además, se ofertarán 50 plazas de nuevo acceso en Zaragoza, 20 en Huesca y 20 en Teruel. Asimismo, se han bajado los precios de matrícula, que serán de 100 euros si el alumno estuvo matriculado en el curso 19/20 y de 130 para el resto.
Se mantendrá su estructura habitual de 130 horas lectivas, repartidas en 6 asignaturas de 20 horas y, como novedad, habrá un ciclo de 10 conferencias sobre temas variados. “Aunque nos encontremos en una buena situación sanitaria en septiembre, hay que extremar las precauciones. Nuestros alumnos son población de riesgo así que el próximo curso se impartirá de manera no presencial, al menos en su mayor parte”, explica Santiago Gascón, director de la UEZ.
Además, Gascón destaca la gran responsabilidad que ha mostrado el alumnado durante todo el proceso: “Adaptarnos a esta nueva situación ha supuesto un esfuerzo para alumnos y profesores pero también está abriendo nuevas posibilidades que estamos explorando. Lo que les impulsa es su amor por el conocimiento”. Además, asegura que las redes creadas entre el alumnado están aportando otro tipo de valores y experiencias a quienes han decidido seguir por este camino: “Es posible juntarse tres o cuatro personas para seguir la clase desde un lugar. Quedar con compañeros para enseñar cómo funciona una aplicación, etc. Todo vale, menos rendirse”, concluye Gascón.
