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Absuelto uno de los dos acusados de violar a una chica de 19 años tras una noche de fiesta en Zaragoza

La sentencia reconoce que ambos abordaron a la denunciante por sorpresa y de forma sucesiva en un aseo, pero la Audiencia Provincial solo condena a 6 años de prisión por agresión sexual a uno.

El tribunal ha condenado a 6 años de prisión a Richmond H. O. M., el acusado que está sentado en la fotografía.
El tribunal ha condenado a 6 años de prisión a Richmond H. O. M., el acusado que está sentado en la fotografía.
Guillermo Mestre

La Audiencia Provincial acaba de condenar a seis años de prisión a Richmond Hrorlike Ofoi por los hechos ocurridos en la madrugada del 23 de julio de 2017 en una vivienda de la calle de Nicanor Villa de Zaragoza, a la que su grupo de amigos y dos chicas de 19 años acudieron para poner fin a una noche de fiesta. Pero la celebración terminó en comisaría, donde una de las jóvenes denunció haber sido violada por dos de los varones que estaban en el piso. La Policía los detuvo y el pasado mes de febrero se sentaron en el banquillo de los acusados para enfrentarse a penas de hasta nueve años de cárcel. Sin embargo, el tribunal ha querido que la suerte de estos sea dispar, ya que entiende que uno de ellos mantuvo una relación sexual consentida, mientras que el otro se aprovechó de las circunstancias para agredir sexualmente a la denunciante.

Según el relato de hechos de la sentencia, contra la que todavía cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, todo comenzó sobre la 1.30 en la plaza de San Gregorio, en el barrio del Arrabal. Las dos chicas se encontraban allí sentadas cuando se les acercaron dos jóvenes de su edad a los que no conocían de nada pero con los que terminaron marchándose. Entre estos últimos se encontraba Evans A. S. –el acusado que ha sido absuelto–, quien propuso ir a tomar algo al piso de un amigo.

Las dos chicas no pusieron ningún impedimento, pero cuando estaban en el citado domicilio, el grupo optó por ir a tomar algo al bar Buscavidas, en la calle de Sangenis. Y allí estuvieron hasta las cuatro y media de la madrugada, cuando echaron la persiana del establecimiento y todos regresaron al piso para seguir bebiendo whisky y cervezas.

La denunciante declaró en el juicio que aquella noche mantuvo relaciones sexuales «consentidas» y «consensuadas» con dos varones: con el chico que vivía en el piso y con un amigo de este. Pero cuando la chica aún estaba en el pequeño aseo en el que acababa de practicar sexo con el segundo, entró allí Evans A. S., el joven al que habían conocido esa noche en la plaza de San Gregorio y con el que previamente se había acostado su amiga.

«No está clara la negativa»

Según el tribunal, al verla desnuda, este individuo «la subió sobre el lavabo y la penetró vaginalmente». Y cuando el joven salió del baño, «inmediatamente» entró el acusado Richmond Hrorlike Ofoi, «quien creyó poder aprovechar también la circunstancia para tener fácil acceso carnal sobre la chica». Pero no fue así, puesto que esta empezó a llorar y gritar «que no». Como explican los magistrados, de poco le sirvió, puesto que el agresor «la agarró con fuerza de los brazos y sentándola sobre él en la taza del water la penetró».

Para la Fiscalía y la acusación particular, a cargo del letrado Pablo Gutiérrez Celma, tanto Evans A.S. como Richmond Hrorlike Ofoi debían ser condenados por violación: una pedía sendas penas de siete años y la otra, de nueve. Sin embargo, el tribunal ha decidido absolver al primero. «No está nada clara la negativa de esta joven a mantener con él una relación sexual completa», señala. Yllega a esta conclusión porque la chica dijo a los forenses que la examinaron que aquella noche había mantenido relaciones sexuales consentidas con dos jóvenes: «Duda de si consintió con el tercero, alegando que no las consintió con el cuarto», fueron sus palabras.

Para los magistrados, el testimonio de los médicos resulta «decisivo y crucial» a favor del acusado Evans A. S., al que creen que no pueden condenar «aunque no fuera mas que por la aplicación del principio de derecho procesal penal in dubio pro reo».

Completamente distinta es la interpretación que la Sección Sexta de la Audiencia de Zaragoza hace de lo sucedido con Richmond Hrorlike Ofoi, que en el juicio negó haber violado a la chica y dijo que entró al aseo a orinar. Para la Sala, es indiferente que existan pruebas de ADN que lo incriminen, puesto que al testimonio «sostenido y coherente» de la víctima se une el de los testigos, que la oyeron gritar y llorar cuando estaba encerrada en el baño con este hombre, al que defiende la letrada Carmen Sánchez Herrero. De ahí la condena, que será sustituida por la expulsión del país cuando acceda al tercer grado.

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