barrios de zaragoza
La Jota vuelve a pedir que sus zonas ajardinadas se dignifiquen
El colectivo vecinal considera que es necesario intervenir en los alcorques para evitar que se conviertan en barrizales y dotar de más espacio al peatón.
Conseguir la dignificación de las zonas ajardinadas y alcorques del barrio zaragozano y para “darle color” y evitar, entre otras cosas, que se inunden cada vez que llueve. Ese es el objetivo que desde hace un tiempo persigue la Asociación de Vecinos de La Jota y que hace apenas unos días ha vuelto a poner de manifiesto.
“Pedimos que se replanten las faltas, con especies menos problemáticas que el platanero, que se ponga riego por goteo y que se reduzca el tamaño de los alcorques y las platabandas”, explicó el colectivo a través de sus redes sociales. El problema de fondo es que en las calles que no se han arreglado, los alcorques tienen el mismo aspecto que cuando se crearon en la década de los 60. “En lugar de un alcorque por cada árbol, siguen siendo alcorques preparados para tener tres o cuatro”, comenta Juan Antonio Andrés, presidente de la asociación.
Esto hace que tengan varios metros de longitud, a pesar de que en muchos casos acogen un único árbol. “Las platabandas son de tierra y cuando llueven se inundan. Además, son muy anchas”, añade Andrés. Y es que, cuando se configuraron las calles más antiguas del barrio hace 60 años, apenas se tenían en cuenta criterios como la accesibilidad. “Por aquel entonces las aceras daban de sí para poder circular. Hoy en día, en el momento en el que se junta un carrito de bebé y una persona con un andador hay problemas, porque no hay mucho espacio para poder pasar”, lamenta.
Las calles más perjudicadas en este sentido son las que conforman el núcleo del barrio, como José Oto, Felisa Galé, Molino de las Armas, María Virto o Pascuala Perié. A juicio del colectivo, las platabandas necesitan riego por goteo y que los alcorques “se ajusten a los árboles” y reduzcan su tamaño. Además, creen que los que faltan se podrían replantar con ejemplares de especies que no fueran plataneros para “que den sombra pero no se hagan tan grandes”. Andrés reconoce que haría falta “una inversión considerable”, pero recuerda que es una demanda que viene de varias décadas atrás.
Hace unos años el barrio consiguió que el consistorio llevara a cabo un par de pruebas piloto para testear cuál podía ser la mejor solución al problema de los alcorques, aunque ninguna de las alternativas se ha llegado a desarrollar por completo. “Algunos alcorques fueron tapados por una goma similar a la que hay en el suelo de los parques infantiles. En algunos de la calle Caracoles se hizo un cerramiento elevado, pero de eso han podido pasar ya 15 años”, explica Andrés.
La Junta Municipal de El Rabal ya elevó una propuesta en los presupuestos participativos de 2018-2019 en la que se solicitaba “una actuación urgente” de las zonas ajardinadas de La Jota. La idea recibió más de medio centenar de apoyos y aunque fue una de las seleccionadas para su ejecución, todavía no se ha materializado. “No sabemos nada”, apunta el portavoz.
Asimismo, desde la asociación apuestan por el vallado de dos de los cuatro parterres de la plaza Piedad Gil, situada frente al colegio público La Jota. “Allí juegan muchos niños. No queremos que se vallen los cuatro, pero dos al menos tendrían que cerrarse y cuidarse en condiciones para que los perros tampoco pudieran entrar”, comenta Andrés.
Esta demanda del barrio de la Jota llega poco después de que el Ayuntamiento de Zaragoza anunciara que durante el mes de junio se van a renovar con nuevas plantas y flores más de 2.500 m² de jardineras y parterres de plazas y espacios singulares de la capital aragonesa.
