En un guiño hacia el socio que le permitió acceder a la alcaldía tras 16 años de gobiernos de la izquierda, Jorge Azcón hizo suyo el mantra que siempre ha defendido la vicealcaldesa Sara Fernández: el de la «política útil». Ambos dirigentes celebraron este viernes su primer año al frente del Ayuntamiento y coincidieron en que, a su juicio, PP y Cs han cambiado el funcionamiento de la institución con la búsqueda del «pacto y el diálogo» para «poner Zaragoza en marcha». La oposición, en cambio, consideró que la coalición carece de modelo de ciudad y, sobre todo, es «rehén» de Vox.

«Ha habido un antes y un después», advirtió el alcalde en referencia a la pandemia que, reconoció, les ha «obligado a tomar decisiones distintas» de las que tenían planeadas. Aún así, dijo que la crisis sanitaria «ha alterado las prioridades pero no los principios» de su gobierno, basados –afirmó– en el diálogo para lograr acuerdos.

De igual modo, Azcón resaltó la «unidad» de PP-Cs, los pactos con otras administraciones, el acuerdo por el futuro de la ciudad –del que se abstuvieron ZEC y Vox– y el sellado recientemente con los agentes económico y sociales. Para el regidor, esta política supone un «cambio esencial» respecto a la legislatura anterior. «Zaragoza era noticia por las polémicas, ahora lo es por las medidas pioneras que adopta», resaltó.

El alcalde, que como suele ser habitual en estos casos no hizo autocrítica en su discurso, recordó el «esfuerzo extraordinario» que tuvo que hacer a la llegada al cargo para «reducir la deuda con un agujero de 103 millones de euros y aprobar un presupuesto que bajara los impuestos». En este sentido, reiteró la necesidad de que el Consistorio obtenga ingresos de otras administraciones para hacer frente a las consecuencias de la pandemia.

En la misma línea, Sara Fernández defendió que la coalición está «cohesionada y unida» gracias al encaje de «dos visiones para un proyecto común». La vicealcaldesa detalló algunos de los proyectos impulsados los últimos doce meses, como la prolongación de Tenor Fleta y la puesta en marcha del Mercado Central (para ambos les faltó tiempo al anterior gobierno de ZEC), la restitución de la UAPO de la Policía Local, la «histórica» inversión en rehabilitación de vivienda que se acaba de aprobar, la operación asfalto o el festival Vive Latino.

La edil señaló que el 30% de las 50 iniciativas de su plan de gobierno ya están ejecutadas y el 24% están en marcha. «La pandemia ralentizará el segundo paquete de medidas, pero no dejaremos de impulsarlas», prometió. Además, recordó que a este medio centenar de ideas se suman «al mismo nivel» las 286 que han emanado de la comisión por el futuro de la ciudad.

Sobrecoste en asesores

Visión muy distinta mostraron los portavoces de la oposición. La edil socialista Lola Ranera recordó que Azcón fue «el alcalde menos votado» y que su gobierno es «débil y rehén del apoyo de Vox», lo que a su juicio ya se ha traducido en «importantes cesiones» en materia de igualdad o ayudas a la cooperación. Además, consideró que PP-Cs «carece de modelo de ciudad» y criticó algunas de las polémicas de los últimos meses, como «la mayor huelga de la historia en el servicio de parques», el «lío» de la ampliación de terrazas de bar o el retraso en la reordenación de líneas de bus.

Finalmente, Ranera coincidió con el resto de partidos de la izquierda en denunciar que la llegada de PP-Cs ha supuesto un incremento del gasto en asesores y en estructura política de «un millón de euros al año». Para el portavoz de ZEC, Pedro Santisteve, esta circunstancia «choca con su visión catastrófica de las cuentas municipales». Para el exalcalde, además, el actual equipo de gobierno «solo ha hablado de proyectos que impulsó ZEC». Por su parte, Fernando Rivarés (Podemos-Equo) señaló que «pactar con la ultraderecha en frágil minoría ha condicionado toda su gestión» y criticó su «obsesión por las fotos promocionales».