zaragoza

Freno a la reapertura de gimnasios: "Estamos enfadados y la incertidumbre nos mata"

Los dueños de estos centros deportivos critican la decisión del Gobierno, tomada a última hora, de tener que esperar a la fase 3.

Nacho Galindo, director del gimnasio One Fitness de Zaragoza, este lunes en las instalaciones.
Nacho Galindo, director del gimnasio One Fitness de Zaragoza, este lunes en las instalaciones.
N. G.

Tenían tomadas todas las medidas de seguridad y sanitarias para reabrir este lunes -con un tercio de aforo y cita previa- y el domingo por la tarde los dueños de los gimnasios supieron, por boca del ministro de Sanidad, Salvador Illa, que tendrán que esperar a la fase 3 (del 8 al 21 de junio) porque estos establecimientos deportivos "requieren especial atención por el contacto físico y el uso compartido de zonas y elementos" como vestuarios. Una decisión de última hora que ha creado malestar e incertidumbre en el sector.

Una de las personas afectadas es Nacho Galindo, director del gimnasio One Fitness de Zaragoza, que iba a retomar la actividad esta mañana con una empleada, de los diez en total que trabajan en el centro y que se encuentran en ERTE. "La semana siguiente iba a recuperar a otros dos. Habíamos hecho una desescalada acorde a las normativas y he tenido que llamar deprisa a la gestoría a solucionar el problema. Y tenía una lista con unas 40 personas por hora para acudir hoy al centro. El Gobierno no mide las consecuencias de sus actos. Encima, anoche estuvimos todos pendientes del BOE y no ha salido aún nada publicado. Estamos expectantes.  No puedes tener un negocio con incertidumbre; tengo 900 clientes que no paran de llamar y mandarme 'email' y no puedo hacer nada. Estamos todos enfadados y la incertidumbre nos mata", critica.

Importantes pérdidas económicas

Nacho estima en más de 80.000 euros las pérdidas que ha sufrido desde el 14 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma por la covid-19. Al mismo tiempo, dice sentirse "abrumado" porque su trabajadores "no han cobrado" el ERTE y conseguir un crédito ICO le ha costado "Dios y ayuda". "El local se tuvo que negociar con el propietario y tuvo una reducción del 50% de alquiler. Somos una empresa que vivimos al mes; dependemos 100% del cliente que entra por la puerta", señala.

Según fuentes del sector, en Zaragoza capital hay una media de dos a tres gimnasios por barrio de distinta tipología (grandes cadenas, 'low cost', familiares...). El director del gimnasio One Fitness señala que en España hay más de 400.000 con más de 100.000 empleos "en riesgo". "Mucha gente va a quebrar en nuestro sector", indica Nacho, quien cuestiona algunas medidas. "Si evitan que trabajemos o ponen un 30% de aforo, la recuperación económica es inviable. No tiene sentido que pueda abrir un pabellón municipal y nosotros no. Y no es lógico que dejen salir a correr en grupo a 15 personas y no podamos dar una clase de 15 personas en el parque, por ejemplo, con dos metros de distancia entre nosotros", resalta.

Por su parte, Héctor Lahoz, dueño del gimnasio Karate-Kan, también lamenta las formas en las que actúa el Ejecutivo. "No pueden decir que se puede abrir y después no. Al final, crean incertidumbre y malestar y nos hacen creer que no son sinceros o buenos profesionales", dice. En su caso tenía previsto abrir su centro junto a un trabajador (el resto, 9, están en Erte) y tenían concertadas 20 citas -tienen 400 socios-. 

"Al final, crean malestar y nos hacen creer que no son sinceros o buenos profesionales"

Para Héctor, la pandemia le ha pillado en un momento económico "malo" ya que acababa de hacer una reforma. "Saldré adelante porque este gimnasio lleva abierto 52 años (él es el dueño desde 2011), pero para el sector el futuro no es bueno. Como mínimo para todos van a ser muchos años de recuperación", augura.

Eduardo Planas este lunes en el gimnasio Almozara, del que es dueño.
Eduardo Planas este lunes en el gimnasio Almozara, del que es dueño.
E. P.

También Eduardo Planas, propietario del gimnasio Almozara de Zaragoza, critica que el Ejecutivo avisara con menos de 24 horas la decisión de posponer la reapertura de estos centros. "No hay ninguna planificación, no cuentan con nosotros, las ayudas al sector se quedan cortas y una apertura del 30% de aforo no tiene mucho sentido si los impuestos van a ser los mismos", se queja.

Él iba a abrir su gimnasio esta mañana y tenía 25 reservas (cuenta con 300 socios), que ha tenido que cancelar. Antes de la pandemia, trabajaban en su centro 10 personas, a nueve de las cuales ha tenido que despedir. "Tengo una persona en ERTE e iba a abrir yo solo. Al 30% de aforo no puedes contratar a mucha gente; tienes que pagar luz, el local y todos los impuestos. Además, muchos de los expedientes que hay en el sector son de monitores de actividades dirigidas, que no se pueden hacer", subraya Eduardo, quien asegura que el impacto económico del virus en el sector "es brutal".

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