El Ayuntamiento de Zaragoza analizará las aguas residuales para detectar coronavirus y prevenir rebrotes

Un grupo de trabajo prepara un estudio para hallar trazas del virus y conocer si se pueden anticipar posibles focos. Habrá entre 8 y 11 puntos de toma de muestras, entre ellos el Servet, el Clínico y las dos depuradoras.

Un operario de la depuradora de La Almozara, ayer, durante una toma de muestras
Un operario de la depuradora de La Almozara, ayer, durante una toma de muestras
Guillermo Mestre

El Ayuntamiento de Zaragoza quiere poner en marcha un estudio de las aguas residuales de la capital aragonesa con el objetivo de detectar trazas del virus SARS-CoV-2 que podrían servir para anticipar posibles rebrotes y poner en marcha medidas con las que evitar contagios. De momento, hay un grupo de trabajo con especialistas en enfermedades infecciosas, matemáticas, geografía o infraestructuras que han puesto en marcha el proyecto, para el que se quiere contar con la colaboración con la Universidad de Zaragoza.

¿En qué consiste el estudio? Todo nace del proceso de expulsión del virus del cuerpo humano, que no solo se produce por las vías respiratorias, sino también por las heces y la orina. Esto implica que hay material genético viral en las aguas fecales que discurren por las cloacas de la ciudad. En un principio, se analizó si esto podía suponer algún riesgo, especialmente para los trabajadores de las depuradoras.

Pero descartado que ese material genético pudiera infectar, los primeros estudios que se han puesto en marcha han tratado de determinar si se podían relacionar los datos obtenidos en la red de saneamiento con la evolución de los infectados por la covid-19. De este modo, los expertos podrían manejar modelos para detectar una evolución negativa de la enfermedad incluso días antes de que se produjera y empezara a afectar a los hospitales.

El Área de Infraestructuras, junto con la sociedad municipal Ecociudad Valdespartera, están impulsando este proyecto epidemiológico, que cuenta con la colaboración del director del centro de encefalopatías y enfermedades transmisibles emergentes de Zaragoza, el profesor Juan José Badiola, que asesora al Ayuntamiento desde que estalló la crisis de la covid-19 en marzo. Además, un equipo multidisciplinar de expertos está colaborando con el Consistorio.

"Se trata de comprobar si las aguas residuales pueden convertirse en una herramienta más para la detección de futuras propagaciones de la covid-19, al identificar biomarcadores en las heces y la orina de los portadores que ingresan en el sistema de alcantarillado", informan fuentes del Área de Infraestructuras. El objetivo es saber si los datos obtenidos pueden detectar un pico de contagios de la enfermedad o la presencia de focos en puntos concretos de la ciudad.

Los estudios que sobre esta materia se han hecho en España, que han confirmado la presencia de material genético del virus en las aguas fecales, se han centrado en las depuradoras. La innovación que quiere introducir Zaragoza es la de tomar muestras en el entorno de los hospitales, dado que se podría vincular la carga viral de las aguas y el número de personas ingresadas por coronavirus. "Es el lugar en el que se podría establecer la correlación más fiable", indicaron fuentes municipales. De la prueba saldría un modelo que se podría aplicar en otros puntos de la ciudad.

Además del Servet y el Clínico, el Ayuntamiento quiere tomar muestras en las entradas de las depuradoras de La Cartuja y La Almozara, así como en otros puntos intermedios. El propósito del equipo técnico es que haya entre 8 y 11 lugares de la red todavía por determinar para tomar las muestras y que después un laboratorio las analice, preferentemente uno de la Universidad de Zaragoza.

"En dos o tres semanas"

Aunque el proyecto está en una fase "embrionaria", el Consistorio quiere que en «dos o tres semanas» ya se puedan tomar muestras y que el proceso se prolongue durante un mes, hasta principios de julio. Para el proceso se quiere sacar un concurso por la vía de emergencia, así como cerrar el convenio con el laboratorio de la Universidad.

Con los datos que se obtengan, el Ayuntamiento quiere disponer de pruebas para conocer si se está produciendo un rebrote antes de que lo constaten los centros hospitalarios. Así se podrían "anticipar" acciones preventivas en los barrios de la ciudad que se pudieran ver más afectados.

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