fotografía antigua

Estas mujeres buscan su nombre tras años de anonimato en un archivo

El Archivo Histórico Provincial de Zaragoza pretende, con ayuda ciudadana, encontrar la identidad de algunas de las mujeres que retrató Manuel Coyne.

'Mujeres sin nombre' es una iniciativa impulsada por redes sociales para encontrar la identidad de estas mujeres.
'Mujeres sin nombre' es una iniciativa impulsada por redes sociales para encontrar la identidad de estas mujeres.
Manuel Coyne / Archivo Histórico Provincial de Zaragoza

Luce un ajustado vestido de corte sirena palabra de honor confeccionado en un tejido brillante, posiblemente de color negro. En la parte inferior se adivinan varias capas de tul rematadas con un bies. Su actitud y estilo hacen suponer que pertenece a la alta sociedad, a pesar de que no alardee con voluminosas joyas. Solo se aprecian unos discretos pendientes, una fina gargantilla que pasa casi desapercibida, la pulsera que abraza su muñeca derecha y, al mirar con detalle, se descubre que en esa misma mano lleva también un anillo. El recogido del pelo es digno de invitada a una fiesta de alcurnia y el fondo neutro, sin biombos ni columnas ornamentales, la convierte en la única protagonista de la fotografía. Esos datos es lo único que se conoce de una mujer que como tantas otras posó ante la cámara de Manuel Coyne. Fue inmortalizada por este emblemático fotógrafo de Zaragoza, sin embargo, ha pasado a la historia sin un nombre ni unos apellidos que la identifiquen. No es la única.

"No sabemos sus identidades, ni tenemos referencias bibliográficas que nos ayuden a conseguirlas"

"No sabemos sus identidades, ni tenemos referencias bibliográficas que nos ayuden a conseguirlas", lamenta María Teresa Iranzo, directora del Archivo Histórico Provincial de Zaragoza. Por este motivo optaron por preguntar públicamente a la ciudadanía a través de las redes sociales si conocían a las retratadas, si podían contribuir con alguna pista.

'Mujeres sin nombre' es una iniciativa impulsada por redes sociales para encontrar la identidad de estas mujeres.
'Mujeres sin nombre' es una iniciativa impulsada por redes sociales para encontrar la identidad de estas mujeres.
Manuel Coyne / Archivo Histórico Provincial de Zaragoza

Como si fueran unas 'influencers' más muestran su glamur en Instagram o Facebook con la esperanza de que alguien las conozca y pueda decir quiénes eran o son. "Estamos encantados porque hemos encontrado una oportunidad", celebra la directora. Todavía no han conseguido grandes avances, pero sí el interés del público demostrado en cientos de interacciones y varios mensajes. El ánimo no decae porque desde el principio se plantearon la iniciativa como un proyecto con resultados a largo plazo.

Desde la dirección del archivo señalan que atesoran alrededor de 10.000 retratos de este tipo, aunque a veces se trata de la misma persona pero fotografiada por Coyne desde diferentes puntos o mostrando diversas poses. De hecho, lo ejemplifican varias imágenes que ya han compartido de una mujer que cubre su cabeza con una mantilla blanca.

En este curioso álbum, llamado 'Mujeres en busca de nombre', se aprecian mujeres de distintos perfiles. Algunas son jóvenes, pero otras no pueden disimular las arrugas de su rostro. Mientras unas irradian elegancia, con collares de perlas o sombrero de paja, también las hay que visten de una forma humilde y sencilla, sin maquillaje. Una de ellas posó abrigada, con boina y bufanda, mientras que otra lo hizo con tirantes y aireándose con un abanico. Abundan las damas que regalan una dulce sonrisa a la cámara y alguna opta por mirar solo, sin mucho entusiasmo. Así es el semblante de una señora enlutada que muestra sobre la chaqueta un colgante con una pequeña foto. Es un retrato que transmite seriedad e invita a imaginar quién fue esa mujer y el rostro que porta en la joya sobre su chaqueta negra.

'Mujeres sin nombre' es una iniciativa impulsada por redes sociales para encontrar la identidad de estas mujeres.
'Mujeres sin nombre' es una iniciativa impulsada por redes sociales para encontrar la identidad de estas mujeres.
Manuel Coyne / Archivo Histórico Provincial de Zaragoza

Estas fotografías, tanto en blanco y negro como en color, revelan cómo eran los atuendos en el siglo pasado, la situación de la mujer en esa época o cuáles eran las tendencias en fotografía. La mayoría están capturadas en el gabinete fotográfico, aunque también hay algún retrato en la calle, de paseo. María Teresa Iranzo defiende que los retratos delatan la psicología de la persona, sin dejar a un lado la belleza de la obra.

La idea de ponerles nombre surgió en un intento común de dar a conocer la presencia y actividad de las mujeres en las bibliotecas, museos y archivos, y así luchar contra el calificativo de 'mujer de' o 'hija de'. Dar a conocer biografías de mujeres en las bibliotecas o destacar el arte de pintoras en los museos podían ser algunas de las iniciativas, sin embargo, en el caso de los archivos la misión no era sencilla. "Tal vez fuera más oculta, más escondida", reconoce María Teresa que ahora muestra su satisfacción con la repercusión que se ha generado. Este trabajo, coordinado por José Carlos Puente, está capitaneado por la Dirección General de Cultura del Gobierno de Aragón y vinculado con la Universidad de Zaragoza, a través de la colaboración de Pilar Cebrián, historiadora del arte.

"El archivo de Coyne nos da muchas alegrías y también mucho trabajo"
'Mujeres sin nombre' es una iniciativa impulsada por redes sociales para encontrar la identidad de estas mujeres.
'Mujeres sin nombre' es una iniciativa impulsada por redes sociales para encontrar la identidad de estas mujeres.
Manuel Coyne / Archivo Histórico Provincial de Zaragoza

"Alguna de las mujeres de los retratos podría estar todavía viva", indica Iranzo dado que las fotografías se realizaron durante la segunda mitad del siglo XX. Se supone que son vecinas de la capital aragonesa o, al menos, de la provincia de Zaragoza dado que el estudio de Coyne estaba en la céntrica calle de Alfonso I. Broches con simbología nazi o rasgos arios podría inducir a pensar que también respondían a otras nacionalidades. Entre las fotografías que forman parte del legado de este profesional también se encuentran retratos de hombres, pero se trata de personajes conocidos en la ciudad, que ostentaban cargos como directivos del Real Zaragoza. "El archivo de Coyne nos da muchas alegrías y también mucho trabajo", sostiene la directora. Fue comprado por el Gobierno de Aragón a finales de la década de los 90 y la propia María Teresa recuerda recuperar las fotografías en el estudio que regentaba el fotógrafo zaragozano, perteneciente a una famosa saga. "Estaban en unos muebles de cajoncitos de madera", detalla Iranzo, que destaca la importante capacidad artística de Manuel Coyne, además de los valores plásticos que desprenden sus trabajos.

'Ciudadano Coyne'

En las últimas semanas el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza también ha compartido parte de la obra cinematográfica con sello Coyne en su canal de Youtube. La recepción en el Hotel Goya a una jovencísima Sara Montiel en el estreno de 'El último cuplé', un homenaje a Nicanor Villalta en la plaza de toros de La Misericordia o la presentación del arzobispo Morcillo son algunas de las breves películas inéditas que ahora se muestran bajo el título 'Ciudadano Coyne'.

"Los archivos son lugares muy vivos"

"Los archivos son lugares muy vivos", reivindica María Teresa Iranzo. Para muestra una imagen, aunque hasta el momento sea sin nombre.

El fotógrafo ante quien posaron las 'sin nombre'

"Muy buen fotógrafo" son algunas de las palabras que María Teresa Iranzo, directora del Archivo Histórico Provincial de Zaragoza, utiliza para calificar a Manuel Coyne Buil (1900-1994), el artífice de los retratos sin identidad. Manuel fue la tercera generación de una de las dinastías más conocidas de la fotografía de Zaragoza.

Su abuelo, que se llamaba Anselmo Coyne, se estableció en la capital aragonesa en 1879 procedente de Pamplona, tal y como señala Carmelo Tartón Vinuesa en el libro 'Los fotógrafos aragoneses'. En esa misma obra se apunta que el fallecimiento de Anselmo hizo que su hijo Ignacio, el padre de Manuel, siguiera la estela de su progenitor y además cultivara la técnica del cine. La historia se repitió cuando en 1912 le sucedió a él un joven Manuel "ayudado por su madre, Ángles Buil, y por el fotógrafo de la empresa, Antonio Esplugas", cita Tartón Vinuesa. "Por su estudio pasaron las más relevantes personalidades de las artes, el teatro y la política local de la época", se puede leer en ‘Los fotógrafos aragoneses’. Falleció en julio de 1994, a causa de un atropello.

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