tribunales

Condenado un inmigrante senegalés por injuriar a la Policía Local de Zaragoza

El juez le impone seis meses de multa, a 5 euros diarios, por decir que los agentes requisaban la mercancía a los manteros y luego hacían negocio con ella y obtenían beneficios. Lo absuelve de calumnias. 

El portavoz de AISA, Idrissa Gueye, muestra el dosier que han hecho llegar al Consistorio.
El portavoz de AISA, Idrissa Gueye, muestra el dosier que han hecho llegar al Consistorio.
Guillermo Mestre

Idrissa Gueye, expresidente de la Asociación de Inmigrantes Senegaleses de Aragón (AISA), ha sido condenado a seis meses de multa, a razón de 5 euros diarios, por un delito de injurias graves con publicidad que cometió al decir que la Policía Local de Zaragoza requisaba la mercancía a los manteros y luego hacía negocio con ella y se llevaba beneficios. También dijo, según recoge la sentencia como hechos probados, que los agentes hacían eso con ellos y les agredían porque son negros.

Para el titular del Juzgado de lo Penal número 2, Eduardo Marquina, estos hechos constituyen un delito de injurias graves y lo condena por ello al pago de 900 euros. El magistrado absuelve a Idrissa Gueye del delito de calumnias que también le atribuía el Sindicato de Trabajadores del Ayuntamiento de Zaragoza (STAZ) y la Fiscalía. Igualmente, exonera de este último delito a AISA, entidad que también fue juzgada.

El acusado se enfrentaba a una condena de dos años de cárcel, la solicitada por la acusación particular, representada por el abogado Luis Alfonso Rox, y a una multa de 4.200 euros, mientras que para la asociación de senegaleses solicitaba una indemnización de 11.400 euros. Durante la vista oral, la Fiscalía rebajó su petición de cárcel a multa. Mientras, el abogado de la defensa, Eduardo Martínez, reclamó la absolución al entender que su representado no había cometido delito alguno.

Este proceso se inició a raíz de un reportaje publicado en febrero titulado: “La vida del mantero, la Policía nos roba la mercancía. Solo queremos comer”. En la información, según plasma el juez, se vertían graves acusaciones contra la Policía Local de Zaragoza a raíz de las indentificaciones y la requisa de los productos que ofrecían en la calle. 

Entre ellas, se decía: “La Policía nos roba, ¿dónde están las cosas que nos requisan?”. O también: “En el parte pusieron que me habían pillado vendiendo en la calle para justificar un delito contra la propiedad industrial. Se aprovechan mucho de los vendedores que no hablan bien y mienten en el parte”.

Posteriormente, el 14 de abril, se convocó en la plaza de España de una protesta (una cadena humana) contra el racismo que, en opinión del colectivo, sufría por parte de la Policía Local. Dos días antes, Idrissa Gueye compareció ante la prensa y “con claro desprecio a la verdad” y “plena conciencia de que así ofendía la dignidad y profesionalidad del mencionado cuerpo policial” manifestó, según el fallo judicial, que no entendía cómo los agentes requisaban las mercancías y no les daban ningún justificante. “Hacen negocio y recogen los beneficios”, insistió.  

Durante la protesta, el acusado volvió a hacer acusaciones similares. Para el juez, es "legítimo criticar la labor policial y de las administraciones por lo que pueda suponer de cercenar las posibilidades de supervivencia de las personas". Pero en este caso entiende que Gueye, con sus expresiones, "excedió innecesariamente ese derecho de crítica" e imputó a la Policía Local "comportamientos reprobables ilícitos o incluso racistas"

La magistrado expone que no hay prueba alguna de las imputaciones efectuadas por Idrissa Gueye, pues no consta que la investigación que hizo el Ayuntamiento culminara con algún tipo de sanción ("ni siquiera si se abrieron expedientes disciplinarios donde se oyera a los agentes mencionados por algunos ciudadanos senegaleses", recoge la sentencia. 

Por esa razón, el magistrado considera que el acusado "desacreditó globalmente al  colectivo de agentes de la PolicÍa Local de Zaragoza "atribuyéndole comportamientos  sistemáticos ilícitos y racistas" . Esto refuerza la idea de que el inmigrante senegalés era perfectamente consciente" de que al hablar así "menoscababa gravemente la dignidad y profesionalidad del mencionado Cuerpo Policial en su conjunto". 

"Con tales expresiones el acusado no se limitó a hacer de interprete o de correa de transmisión de quejas u opiniones de otros ciudadanos de su país, sino que a título personal hizo imputaciones de enorme gravedad contra la Policía Local". 

Contra la sentencia cabe recurso. 

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