Las 20.00 se acercan. El momento más esperado, e importante, del día. En la calle peatonal de Sierra de Gúdar del barrio del Arrabal, además del aplauso a los sanitarios y trabajadores que hacen frente cada día al coronavirus, la llegada de esta hora marca el comienzo de una reunión vecinal a través de los balcones. Una unión en la distancia a través de la música y el baile que ofrecen desde el primer día Óscar Pellés y Silvia Fuertes para animar a sus vecinos y a los usuarios de la residencia Valles Altos 2, situada en la misma calle.

Desde el sexto piso del número uno, esta pareja, junto a su hijo Rubén y a Carmen García, madre de Óscar, dan vitalidad y acercan a los vecinos seleccionando la música y animando a bailar al resto de la comunidad. Tanto Óscar como Silvia como el pequeño de la casa saludan a los vecinos después de las dos primeras canciones: el Resistiré y el himno del Real Zaragoza. "Las dos primeras y la última -la canción de Los Lunnis- se mantienen siempre. Después intentamos que la gente cante, baile y participe un poco", cuenta Silvia, que continúa ejerciendo de maestra de Primaria durante el confinamiento y es el alma de la fiesta. "Con varios vecinos sí teníamos mucha relación, pero cuando se retome la normalidad no vamos a poder salir de casa", bromea.

"El primer día que salimos teníamos el típico altavoz de escucharlo tú en tu casa y unos vecinos de enfrente también ponían música, Óscar trajo el equipo de música que tenemos porque él siempre se ha dedicado a la música y sigue en charangas, bandas y es profesor de trompeta en cuatro o cinco pueblos", cuenta Silvia. "El día de mi cumpleaños, el 6 de abril, decidimos hacerlo un poco más especial. Aquel día fue en el que ya todo el mundo se volcó del todo con la gente bailando y cantando", añade. La preparación de cada sesión puede llegar a ser de hasta dos horas ya que Óscar y Silvia intentan no repetir canciones, y de vez en cuando algún vecino cumple años. Se le canta el cumpleaños feliz tocada con las trompetas por Óscar y su hijo Rubén y se le dedica una canción. "De momento nadie se ha quejado de la música y ahora para lo que queda...Todo el mundo se involucra mucho y está genial, al final estás todo el día esperando este momento", expresa Silvia.

El pasado 23 de abril, día de Aragón y de San Jorge, fue uno de los días grandes. Los balcones comenzaron a decorarse por la mañana con banderines y estandartes medievales obra de la vecina Flor Ferrández, que los había confeccionado para el mercado medieval que iba a celebrarse este día en Pozuelo de Aragón. A las 12.00 llegó la hora de salir, al balcón, a tomar un vermú al ritmo de artistas aragoneses como Amaral, la Ronda de Boltaña y Héroes del Silencio, y sin faltar el Canto a la Libertad de José Antonio Labordeta.

Tres días después, el domingo 26, Óscar, junto con los vecinos Carlos García, Joaquín Castiñeira y Pedro José Zamora, organizaron un bingo en el vecindario. "Mi hija que vive en Arcosur me dijo que hacían un bingo cada semana y pensamos en hacerlo aquí también. Pusimos cuatro cajas para que la gente aportara cosas para los premios y se llenaron así que hicimos un bingo ese fin de semana y el otro fue ayer domingo", explica Joaquín. "La verdad es que estamos muy contentos porque así parece que hacemos algo por la comunidad y lo único que nos entretenía antes era salir al balcón a ver a unos vecinos o a otros", expone Carlos. "Pedro dijo que se ofrecería para dar también como otro premio un paseo en avioneta ya que es piloto", explica Joaquín, que añade: "Nos habría gustado que participasen también los pisos de Valle de Bujaruelo, pero era ya muy complicado". Actividades e iniciativas que hacen comunidad y unen a los vecinos para sobrellevar juntos en la distancia estos momentos difíciles.

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