coronavirus en aragón

Jiménez "Nos preocupa cómo asumir a los usuarios de Tenerías en el futuro"

La directora de albergue municipal, Charo Jiménez, se prepara para atender tras el confinamiento a las personas sin hogar que ahora están en el pabellón. 

Charo Jiménez, en la puerta de albergue municipal de Zaragoza.
Charo Jiménez, en la puerta de albergue municipal de Zaragoza.
Guillermo Mestre

¿Cómo se está viviendo la crisis sanitaria del coronavirus en el albergue?

De una manera muy complicada. Aquí tenemos una comunidad compleja: estamos los trabajadores, del Ayuntamiento o de las empresas, y tenemos a los usuarios que esta situación les ha pillado, como a todos, por sorpresa. Ellos estaban a su ritmo y las respuestas a estas medidas tan restrictivas son muy variadas.

¿En qué sentido?

Hay algunas personas que las aceptamos y nos adaptamos, llevándolas lo mejor que sabemos. Pero también nos encontramos a una serie de personas que no entienden lo que está pasando o no están de acuerdo y no son capaces de mantener algunas situaciones de confinamiento. Somos muchos y a los usuarios tratamos de pedirles sobre todo colaboración y responsabilidad.

El confinamiento tiene que ser especialmente difícil para ellos.

Efectivamente. Es más duro porque la vida les ha cambiado un montón. Todos estamos en una situación complicada, pero ellos por su costumbre de estar en la calle, aunque obligados muchas veces, lo llevan con más dificultad.

¿Hasta qué punto les puede afectar el encierro psicológicamente?

Puede afectar, pero tenemos sus necesidades cubiertas. El Ayuntamiento contrató a cuatro personas de enfermería para establecer medidas sanitarias que están llevando un buen control de la salud mental de los usuarios. Además, se ha incorporado un médico al equipo y desde el Centro Municipal de Atención y Prevención de Adicciones (CMAPA) también nos están apoyando y haciendo un seguimiento casi diario.

¿Se han producido algunas tensiones con los usuarios?

Hay personas que el miedo lo viven de otra manera o que no soportan estar encerrados, pero son las menos, puede que cuatro o cinco usuarios estén en esta situación. De momento no ha habido ninguna tensión que no hayamos podido resolver.

¿Qué les dice para que estén más tranquilos?

En el espacio donde estamos lo que necesitamos es solidaridad y comprensión, que entre nosotros entendamos al otro, que seamos empáticos y tolerantes.

¿Cuántos usuarios hay en el albergue y en Tenerías?

En el albergue hay 100 personas. Cuatro familias que están en los módulos familiares, 15 mujeres y el resto hombres. Además, una veintena de personas viene cada día a recoger comida, porque el comedor lo cerramos como medida preventiva. En el albergue 2, en el pabellón de Tenerías, hay 80 personas, nueve son mujeres y el resto, hombres. En principio se habló de 100 plazas pero por mantener las distancias se redujeron.

¿Cómo es su día a día?

Estamos funcionando con más relajo, sobre todo ahora que no salen para nada. Suben más a las habitaciones y por lo demás hacen las cosas habituales. Algunos leen mucho, otros están de cháchara, algún día han jugado al bingo... Hay unas personas alojadas que son estupendas, hay un monitor deportivo que ha hecho algunas sesiones de gimnasia y otros que estuvieron haciendo mascarillas hasta que se quedaron sin material. Hay una dinámica de solidaridad y de buen compañerismo.

¿Qué medidas siguen para garantizar la seguridad?

El aislamiento, el control de la higiene personal y de las distancias de seguridad y el control de la temperatura, que se hace a diario. Además, hemos intensificado las medidas de limpieza y todas las mañanas y tardes se desinfectan las manillas de puertas y ventanas y otras zonas.

¿Han tenido algún problema de desabastecimiento de material sanitario?

De momento no estamos teniendo problemas, estamos todos provistos. Regularmente nos hacen envíos de mascarillas, guantes y geles hidroalcohólicos. Además a las educadoras y trabajadoras sociales nos han suministrado batas para estar más protegidas.

¿Se ha producido algún contagio de coronavirus?

No. Cuando se abrió el albergue de Tenerías una de las personas que solicitó el alojamiento venía ya con el diagnóstico positivo y no entró al pabellón. Pasó directamente a aislamiento hasta que se lo llevaron al hospital. Luego hubo dos personas más que presentaron síntomas y estuvieron aisladas, pero dieron negativo y ya hacen vida normal. En ese aspecto vamos a cruzar los dedos porque en una casa son los miembros de una familia los que se pueden enfermar pero aquí lo tendríamos muy complicado.

¿Cree que sería necesaria otra ampliación?

No somos nosotros los que nos encargamos de tomar esas decisiones. Por ahora la situación es estable. En momentos puntuales, como cuando cerraron los hoteles, hubo más peticiones. También con algún alta de hospital. Y todavía hay gente que sigue en la calle, según nos dicen desde Cruz Roja, pero porque no ha habido manera de confinarlos. Pero nuestra gran preocupación es qué pasará cuando la fase de aislamiento termine y cómo asumiremos a todas las personas del albergue 2. Nuestras miradas están en el futuro.

¿Hay algo previsto?

De momento estamos aquí, esa es una idea que tenemos que trabajar. Nos tenemos que adelantar para dar una mínima respuesta de necesidades básicas a las personas que estamos atendiendo. Quizás esto nos sirva para proponer cuestiones desde la prevención para que haya o no alarma social por lo menos las personas que están en una situación muy complicada puedan tener lo suficiente para resolverse su vida por sí mismos.

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