Un escaparate que infunde ánimos en el corazón de Valdefierro

El estanco que regenta Eva García en Valdefierro se ha convertido durante la cuarentena en uno de los espacios más vivos de este barrio de más de 10.000 habitantes. Los vecinos cumplen a rajatabla con el confinamiento decretado por el Gobierno, pero cuando acuden a este establecimiento situado frente a la iglesia, logran olvidar las difíciles circunstancias por las que está pasando el país gracias al optimismo que desprende su escaparate.

Desde el pasado fin de semana, más de una decena de dibujos realizados por niños del barrio lucen en este local de la calle Federico Ozanam, que se ha convertido en todo un servicio público para el barrio. “La idea era lanzar un mensaje positivo porque vemos que la gente está muy triste. Aquí siempre hemos tenido muchas cosas para niños y los echamos de menos. Queremos hacer barrio”, comenta García.

Y es que este estanco, además de satisfacer las necesidades de los fumadores, también vende artículos de papelería que estos días están siendo muy demandados. “Siempre hemos vendido papelería, pero no tanta como ahora. Hay muchos sitios cerrados y cada vez vendemos más acuarelas y pinturas”, señala la dueña del establecimiento.

Tan solo hace falta levantar la vista hacia las ventanas y balcones para darse cuenta de que las manualidades están en auge. Por ello, y para que los más pequeños den rienda suelta a su imaginación, el estanco les ha pedido que les hagan llegar sus dibujos con el objetivo de llenar el escaparate del local. “Nuestra intención es llenarlo y que no quepa ningún dibujo más. Y aún tenemos otro escaparate lateral que podríamos empezar a usar si hiciera falta”, explica García.

Algo similar ocurrió nada más empezar el confinamiento en la localidad de Cuarte de Huerva. Allí, una niña de nueve años llamada Candela colgó un arcoíris en su balcón y varios comerciantes de la zona le pidieron dibujos para adornar sus escaparates. Posteriormente, los comercios animaron a otros niños como Candela a hacerles llegar sus dibujos cuando sus padres salieran a la calle a hacer la compra o pasear al perro.

De esta manera, además de mantener entretenidos a los niños, los vecinos reciben mensajes de ánimo que les hacen más llevadero el confinamiento. “Creo que ha sido muy acertado. La gente está contenta”, apunta la impulsora de la iniciativa.

Este estanco es el único que hay en el barrio, por lo que a él acuden vecinos de todo Valdefierro con diferentes necesidades. “Estamos un servicio importante para los padres, ya que imprimimos fichas del colegio y deberes de los alumnos, ya que gente que no tiene la impresora operativa”, explica García. Estos días también cargan el saldo de los móviles de personas mayores que viven solas, además de continuar con las habituales ventas de tabaco.

“Valdefierro es un barrio para estar mucho en la calle”

García, que no es del barrio pero lleva muchos años trabajando en él, asegura que tener que quedarse en casa es “muy duro”. Sobre todo en Valdefierro, “un barrio para estar en la calle”.

El estanco está situado frente a la iglesia, a escasos metros de una guardería y de la plaza Inmaculada. Al bullicio habitual de la zona sustituye el silencio, aunque el trabajo en este local no ha disminuido. De hecho, se mantienen tanto los horarios como la plantilla -tres personas por la mañana y dos en el turno de tarde-, aunque las medidas de distanciamiento e higiene se han extremado.

“Tenemos mamparas para separar al cliente, dos terminales para no tener que estar juntándonos en exceso, guantes… Instauramos las medidas de seguridad desde el primer minuto”, señala García, que espera que todo vaya volviendo poco a poco a la normalidad. “Soy la primera que ve que sin niños la calle es horrible”, asegura. Hasta entonces, sus dibujos seguirán expuestos para recordarles lo bien que lo están haciendo.