coronavirus en aragón

Una pareja de médicos de Zaragoza en cuarentena por coronavirus: "Hemos pasado la enfermedad con síntomas leves"

La pediatra Carmen Puig, vocal de Atención Primaria del Colegio de Médicos, y su pareja, Chema Arnal, concejal del Ayuntamiento, están aislados en pisos diferentes desde que él dio positivo el pasado jueves. 

La pediatra Carmen Puig, vocal de Atención Primaria del Colegio de Médicos, y el doctor Chema Arnal, que es concejal del Ayuntamiento de Zaragoza.
La pediatra Carmen Puig, vocal de Atención Primaria del Colegio de Médicos, y el doctor Chema Arnal, que es concejal del Ayuntamiento de Zaragoza.
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La pediatra zaragozana Carmen Puig, vocal de Atención Primaria del Colegio de Médicos, y su pareja, el doctor Chema Arnal, concejal del Ayuntamiento de Zaragoza, son dos de los sanitarios que permanecen en cuarentena por coronavirus en Aragón, después de que él diera positivo el pasado jueves.

"Cada día que pasa y estoy sin síntomas tengo más ganas de volver al centro... Chema también está bien y estamos pasando esto de una forma que no todos pueden decir, con síntomas muy leves", asegura la pediatra Carmen Puig, del Centro de Salud Actur Norte

Ambos trabajan como pediatras en este ambulatorio de la margen izquierda de Zaragoza, pero la cuarentena les ha obligado a hacer un parón en sus rutinas para tratar de frenar la curva alejados de primera línea de batalla. Arnal dio positivo el pasado jueves, tras permanecer varias semanas con síntomas menores de catarro. Al día siguiente le hicieron la prueba a ella y aunque no dio positivo, ambos permanecen aislados en domicilios diferentes para no contagiar a sus hijos. 

"Tenemos la hipótesis de que probablemente yo lo pasé a principios de mes porque tuve un cuadro de tos hace tres semanas… Pude haber pasado la enfermedad en un momento que no se investigaba tanto, a finales de febrero", recuerda Carmen. Al poco tiempo, su pareja y compañero de profesión empezó también a toser y, aunque creyeron en un primer momento que se trataba de un simple catarro, la prueba les confirmó hace una semana el diagnóstico. "Nos desplazamos al Hospital Royo Villanova, a Salud Laboral, y allí le hicieron el test. Al dar positivo, el viernes me la hicieron a mí también por ser su pareja y estoy en aislamiento domiciliario sin síntomas", cuenta. 

El resto de compañeros del centro de salud que tenían síntomas del virus también se sometieron a la prueba a lo largo del pasado fin de semana. Carmen indica que ha habido un par de casos en el ambulatorio pero no han sido contactos suyos. "Todos con los que hemos tenido relación por la comisión o el trabajo son negativos y estamos controlados", sentencia. 

A pesar de que la situación en este centro de salud del Actur ha mejorado esta semana, con la llegada de material y nuevos equipos de protección para los sanitarios, esta pediatra reconoce que todavía queda mucho por hacer hasta que vuelva todo a la normalidad. "La reestructuración que hemos hecho en los centros en tan poco tiempo ha sido buena, pero hay cosas que no puedes controlar. Hasta que se recupere todo tendremos gente convaleciente y para que todos se negativicen va a pasar una temporada. Esto no va de un día para otro...", señala. 

A ella, sin embargo, le pueden las ganas de volver a su consulta y seguir viendo pacientes. Lo "peor" de estar confinada y sin síntomas es precisamente no poder atander a los que están enfermos, aunque sabe que así también les protege. 

"Se están haciendo pruebas a los ingresos y a los que tienen síntomas, pero probablemente hay mucha gente que lo haya pasado sin saberlo"

"Esto es solo la punta del iceberg, y es lo malo de la pandemia. Se están haciendo pruebas a los ingresos y a los que tienen síntomas, pero probablemente hay mucha gente que lo haya pasado de forma asintomática. Nosotros vemos niños, que son vectores con muy pocos síntomas. Cualquier niño que hayamos podido ver con un cuadro catarral lo ha podido transmitir. Lo normal es que nos hayamos contagiado en el centro de salud o en el Royo Villanova, pero no lo sabemos con certeza", apunta esta pediatra. 

Su última guardia la hizo el 19 de marzo en este hospital de la capital aragonesa. Después cerraron pediatría para poder atender nuevas urgencias y reorganizar así la asistencia hospitalaria. "Ayer hablé con una compañera que tiene a su marido ingresado y toda la parte de pediatría la han ocupado por el coronavirus. Deben tener bastantes infectados. Urgencias, las plantas y las ucis todavía tienen capacidad, pero están desbordados...", recalca esta médica.

El principal temor de todos ellos es que el coronavirus termine por colapsar el sistema sanitario. Para evitarlo, esta pediatra cuenta que en el sector I, en el que trabajan ambos, han formado un equipo de médicos de atención continuada (MAC) que están ubicados en el barrio de La Jota y se dedican a atender en residencias de ancianos para evitar el desplazamiento de enfermos crónicos a los hospitales.

"Son ellos los que en caso de que haya alguna alerta de un posible caso van allí para atender a los ancianos, porque si no el 061 no daba abasto. Desde el Centro de Salud nos encargamos de ver si hay algún posible caso y ellos son los que se trasladan. En el sector I empezó a funcionar el viernes pasado", informa. 

Por su parte, Carmen y Chema quieren también con su testimonio dar un motivo de esperanza a las familias. Es cierto que la situación les preocupa, pero saben en primera persona que, con ayuda, se sale de esta pandemia. "Dentro de lo que es la tragedia, no todo son tragedias ni está todo el mundo hospitalizado.... Tengo compañeros aislados en sus casas asintomáticos y otros que lo han pasado mal y con ingresos. Hay gente que se recupera y está bien, como nosotros, y seguro que son los que más", subraya ella. 

Como médicos, les asustan las cifras de cuidados intensivos y los ingresos, "por no poder atenderlos a todos", y aunque denuncian la falta de medios también ven algo positivo en todo esto. "La solidaridad estos días está siendo emocionante: desde señoras que tejen en sus casas a empresas que han reconvertido su actividad para fabricar y donar respiradores", afirman. 

Si todo va bien, Arnal confía en que a finales de semana le repitan la prueba y dé negativo para poder volver "a la normalidad", dentro de lo que significa ahora mismo hacerlo. "Cuando estás bien eres consciente de que tienes que aislarte porque puedes transmitirlo, pero te cuesta estar aquí encerrado porque quieres ayudar", añade.

Así llevan el confinamiento en casa

Carmen Puig permanece estos días aislada en su domicilio en compañía de sus hijos.
Carmen Puig permanece estos días aislada en su domicilio en compañía de sus hijos.
C. P.

Para pasar la enfermedad, ambos se han aislado por separado. Arnal se ha desplazado al piso que tiene su hijo en Zaragoza (él vive en el extranjero), y Carmen se ha quedado con sus hijos en la casa de ambos. "Estamos separados hasta que nos repitamos las pruebas. Llevamos ya una semana así, pero si el viernes doy positivo me tendré que ir con él", afirma esta pediatra. Como sus hijos son ya mayores y se valen por sí solos, se siente más tranquila en este aspecto, aunque reconoce que hay familias aisladas por dormitorios y turnándose el cuarto de baño con todas las medidas de seguridad que dictan los protocolos sanitarios. "Si mis hijos fueran pequeños, hubiera sido muy complicado, pero por ahora estamos bien. Afortunadamente tenemos esa posibilidad y yo me he hecho con guantes, mascarillas y de todo... Los primeros días los pasamos de limpieza y echando lejía por todo -dice entre risas-. Pero ahora estamos en la fase normal que está todo el mundo. Lo único, que no podemos salir y ellos salen simplemente a sacar al perro. Al no poder ir a comprar, lo hacemos online, pero nos va fenomenal", dice mientras organiza el pedido que le ha llegado esta mañana. En este sentido, explica que hay supermercados que tienen la opción de priorizar la entrega de alimentos y otros productos de primera necesidad a los sanitarios que están confinados. "Lo indicas en el asunto y está muy bien porque cuando estás en cuarentena o con síntomas no puedes hacer nada. Así la dejan en el ascensor y te la suben directa. Yo al repartidor ni lo he visto", confiesa.

"Todas esas pequeñas cosas que siempre te han parecido tan banales ahora las echas de menos"
Chema Arnal y Carmen Puig en una imagen del pasado 6 de marzo, en Málaga, antes de que se decretara el estado de alarma por la pandemia.
Chema Arnal y Carmen Puig en una imagen del pasado 6 de marzo, en Málaga, antes de que se decretara el estado de alarma.
C. P.

Cuando pase todo, Carmen y Chema tienen ganas de "recuperar" su vida normal: tomarse unas cañas con amigos, abrazar de nuevo a los suyos, salir a dar un paseo o disfrutar de unos días en la playa. En la lista de planes de Carmen hay muchos deseos. Se acerca también el cumpleaños de uno de sus hijos, al que no ve desde hace días porque está independizado, y lamenta no poder reunirse para celebrarlo. La cuarentena ha cambiado la escala de valores de mucha gente y de alguna manera ha ayudado a poner el foco en lo que de verdad importa. "Ahora tengo también muchas ganas de ver a mi madre, que está aislada... Todas esas pequeñas cosas que siempre te han parecido tan banales ahora las echas de menos… Volver a abrazar a los seres queridos, tomarte una cerveza o marchar unos días fuera... Lo que siempre hemos considerado que formaba parte de nuestra vida y ahora lo vemos tan difícil de alcanzar", sentencia.

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