El sector turístico de Zaragoza afronta pérdidas millonarias por el confinamiento durante la Semana Santa

Un estudio de la Universidad de Zaragoza cifra en casi 3 millones de euros el gasto de los turistas en esta festividad. Horeca reclama ayudas fiscales a restaurantes y hoteles para impulsar de nuevo la actividad

El Tubo zaragozano, una de las zonas turísticas y hosteleras más emblemáticas, casi desierto
El Tubo zaragozano, una de las zonas turísticas y hosteleras más emblemáticas, casi desierto
Oliver Duch

La prórroga del estado de alarma y el confinamiento durante la Semana Santa han colocado al sector turístico de Zaragoza ante un escenario dramático: pérdidas millonarias y un horizonte de incertidumbre sobre las condiciones en las que podrán volver a levantar la persiana los hoteles y restaurantes de la ciudad. En este contexto, el Ayuntamiento de Zaragoza tiene previsto articular medidas, tanto en materia de ayudas como en la generación de actividades que permitan atraer turismo.

De momento, el Consistorio dio a conocer ayer un estudio elaborado por la Universidad de Zaragoza en el que se cifra en casi 3 millones de euros lo que dejan los turistas durante la Semana Santa. Eso ya está perdido. El informe, basado en 400 encuestas en las oficinas de turismo y correspondiente a 2019, cifra el gasto directo (alojamiento) en 1,59 millones, mientras que el indirecto (hostelería, restauración, actividades culturales...) alcanza los 1,2 millones. Pero eso es solo una parte. En años anteriores, el impacto económico de la Semana Santa en la capital aragonesa se había cifrado en unos 18 millones de euros.

Según el informe, el 60% de los que visitan la ciudad en Semana Santa es de origen nacional, sobre todo de Barcelona (12,8%), Madrid (9,8%) y Valencia (6,5%). El atractivo cultural es la principal motivación (64%), seguido por el ocio (10,5%) y el turismo religioso (9,5%). Los turistas suelen pasar en Semana Santa dos o tres días y gastan 91 euros de media cada jornada.

Pero estos datos son pasado y no se van a volver a repetir este año por el estado de alarma, con todos los negocios de restauración cerrados y solo con una decena de hoteles abiertos en toda la provincia para atender los servicios esenciales. La vicealcaldesa y concejal de Turismo, Sara Fernández, afirma que es pronto para definir en qué medida podrá participar el Ayuntamiento en paliar la situación del sector. No obstante, se comprometió a estudiar líneas de ayuda y a programar nuevas actividades con las que reactivar la economía local.

Luis Vaquer (Horeca restaurantes): "Tras la cuarentena, lo importante será la movilidad que hay en la ciudad. Y ver si persiste el miedo"

Luis Vaquer, presidente de la Confederación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Aragón (CEHTA) y de Horeca Restaurantes, asume que la Semana Santa es el segundo momento de mayor afluencia de la ciudad, después del Pilar, y supone el "pistoletazo" de la temporada. Pero también subraya que, en el contexto actual, perder la Semana "es una cuestión menor, dada la incertidumbre en la que está el sector". "Ahora lo más importante es que se normalice la situación sanitaria", afirma.

Lo mismo opina Jesús Boillos, que representa al sector hotelero de Horeca y que subraya que ahora la prioridad es salvar vidas. Señala que la Semana Santa representará "una pequeña parte» de la repercusión económica de lo que está viviendo el turismo, que está ahora más pendiente de las condiciones en las que podrán abrir los establecimientos.

Jesús Boillos (Horeca Zaragoza): "Habrá que adoptar medidas para facilitar la recuperación de las empresas que han estado cerradas"

En primer lugar por los hábitos de los clientes, que pueden cambiar tras esta crisis, pero también por el contexto económico. "Cuando esto acabe, será necesario adoptar medidas para facilitar la recuperación de las empresas que han estado cerradas", declara Boillos.

Luis Vaquer subraya el escenario de "incertidumbre". "Nuestra inquietud es saber en qué condiciones podremos abrir: cómo será la movilidad, cuánto tardarán en recuperarse los viajes, puede persistir el miedo", afirma. Por eso pide apoyo de las administraciones públicas. La flexibilidad laboral, el acceso a financiación o el apoyo a los alquileres son algunas cuestiones. Al Ayuntamiento de Zaragoza le reclama ayudas de carácter fiscal.

Recuerda el caso de Huesca, donde se ha aplazado la tasa de veladores. Vaquer alude también al impacto que supone el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) sobre los hoteles o cuando se repercute en los alquileres de los establecimientos «que ahora están cerrados». Según sus estimaciones, si la apertura de los establecimientos tarda dos meses se podría producir un impacto económico de 300 o 400 millones de euros en la ciudad

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