Todo un siglo de andadura bien calzada en Daroca

El establecimiento Casa Morata, dedicado desde sus orígenes a la venta de calzado, ha cumplido un siglo de existencia diversificando su negocio con otros productos.

tienda centeneria ,casa morata, en daroca 09/01/2020 fotografia macipe [[[FOTOGRAFOS]]]
Antonio José Morata lleva un cuarto de siglo al frente de la tienda centenaria.
JMACIPE

Al abrir la puerta de Casa Morata, en el número 108 de la calle Mayor de Daroca, aparecen ante la vista un regimiento de estanterías en las que predominan las cajas de calzado y dos imponentes mostradores curtidos en décadas de atenciones presenciales a clientes y clientes. Este año el negocio ha cumplido nada menos que 100 años de andadura y lo hace de las manos de la cuarta generación de la familia. Detrás del mostrador están Sol Almor y Antonio José Morata, que lleva un cuarto de ese siglo al frente de la tienda.

"Desde que lo puse en Facebook me paran muchísimo por la calle para felicitarme, más que para mi cumpleaños", puntualiza Morata con una sonrisa en la cara. "Es una casa muy familiar, la gente incluso se acuerda cuando venía con sus abuelos a comprarse las zapatillas y los que no son de aquí se guardan el comprarse el calzado para hacerlo aquí", apunta. Él, que empezó a trabajar codo con codo con su padre, reconoce que "conozco a los distintos eslabones de muchas familias porque les he vendido a todos". Al igual que él, su padre también trabajo con su abuelo, su abuelo con su hermana…

En este negocio, como en otros, su catálogo es reflejo del tiempo en el que vive. "Mi bisabuelo vendía albarcas que se fabricaban en Daroca y productos de guarnicionería: cuero, serones…", recuerda. De aquellos tiempos, la familia guarda los libros de cuentas desde 1922 con las anotaciones de las ventas diarias. "Tenemos también el de 1920, porque lo hemos visto, pero no sabemos dónde está", se lamenta. Cuando la guarnicionería quedó obsoleta, su padre apostó por otros productos.

"Le gustaba el tema de los fitosanitarios y empezó con eso y con el tema de semillas agrícolas", comenta al mismo tiempo que señala los expositores y los sacos de sustrato que se apilan a pie de mostrador. "Ellos trabajaron muy bien y estuvieron donde ellos querían. Yo desde un principio tenía claro también que quería trabajar y vivir en Daroca", confiesa Morata.

Un siglo después, la situación comercial de la zona no es la misma, pero eso no le hace bajar los brazos: "Cuando abrimos había más población, porque Daroca ha bajado y también los pueblos de alrededor, pero bueno, pierdes gente por un lado y la ganas por otro, porque ahora la gente viaja mucho más y el turismo se deja notar". Así ha aparecido una nueva línea para seguir con la persiana subida y que está vinculada con la ‘otra’ cara de Antonio José: Moratha, su firma como dibujante de cómic.

"Es muy difícil vivir del cómic a jornada completa, por lo que lo complemento con la tienda: muchas veces estoy aquí y estoy dibujando. Además con Internet habló con las editoriales y da igual que estén en Zaragoza o en Sevilla", explica. De esta forma, en el escaparate hay zapatillas de ir por casa con algunos de sus personajes más famosos –como el Porrero medieval-, camisetas, tazas, cómics… Incluso ha adaptado el famoso juego de la oca a Daroca: "He quitado las seis ocas del escudo de la ciudad y he incluido guiños a la cárcel, la mina, la morica encantada, la Posada del Almudí…".

Y es que su conclusión es clara: "Nos estamos enfocando más hacia el turismo, porque es una puerta más y es que o te diversificas o ya has caído: tenemos que tener de todo".

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